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Espacio de producción propia, reproducción ajena y discusión de teoría analítica sobre estructura, relaciones y cambio sociales, y de difusión de iniciativas y convocatorias progresistas.

domingo, 26 de octubre de 2014

Asistiendo impotentes a las excavaciones de lo que serán nuestras propias tumbas

Por Arash


Los años de frustración de una clase trabajadora que no tiene una voz política propia y genuina; las tentaciones a buscarle picos a los círculos, a buscar cosas en lugares que no las contienen, para acabar de una vez con aquella, son factores que juegan un papel clave en la, por desgracia, gran deriva de la izquierda que padecemos desde la caída de la Unión Soviética que, pese a todos los errores que pudieron cometerse en ella, se llevó consigo algo muy bueno.

El límite de esta frustración-deriva de la que hablo, está perféctamente representada en el caso del obrero alemán votando al partido de Adolf Hitler sólo porque se autocalificaba de "socialista" -como no, junto con la imprescindible coletilla interclasista y negacionista de la lucha de clases de "nacional"-.

Creo que fue el líder del Partido Comunista Búlgaro, Jorge Dimitrov, quien afirmó que existía una anhelo de socialismo en los corazones de cada trabajador.

Fueron los partidos burgueses antidemocráticos quienes, en consonancia con la necesidad de acabar con la democracia por parte del capital al que ya no le servía esta, captaron ese anhelo de los obreros, que necesitaban para ganarse su apoyo electoral -Alemania, Italia- o símplemente moral o ideológico -en España dieron un golpe de Estado- y así hacerse con el poder.

Y esta deriva y frustración tan desoladora, por desgracia, se siente en todas partes: desde comprobando cómo los partidos políticos y los sindicatos que se supone que son de la clase trabajadora se subordinan a los fenómenos mediáticos ("políticos") que, como decía esta excelente iniciativa [1], "obligan al obrero a callar en tanto que obrero y sólo le deja expresarse en tanto que ciudadano, es decir: en tanto que miembro de la sociedad burguesa, en tanto que acepta sus preceptos y renuncia a su propia clase, o sea: sólo le deja expresarse en tanto que burgués", hasta yendo en el autobús y escuchando a un estudiante decir que "[se considera] de abajo y a la izquierda": ¿acaso la izquierda no se supone que debería representar a la clase trabajadora, y esta clase social es la que tiene que soportar el peso de todas las demás; la represión de todas ellas? ¿Acaso el Estado no es el instrumento de represión de una clase sobre otra, y en este momento son quienes tienen el poder económico quienes también tienen el político y el poder del Estado? ¿No es la clase trabajadora a la que la izquierda debería reivindicar quien está en la base de la pirámide social?

Pero aquel estudiante dudo mucho que se refiriese a esto, sino más bien a la "izquierda ciudadana" (los ciudadanos "por debajo" de los políticos), como decían en esencia aquellos de la Plataforma En Pie!, grupo "izquierdista" de la Coordinadora 25-S que quería acabar con la "casta parlamentaria" tomando el Congreso, que afirmaba que "el discurso "ni izquierdas ni derechas, vamos juntos y sin ideologías" [les; y a mi también me] parece peligroso" [2] -discurso tercerposicionista predominante de la Coordinadora 25-S de la que formaban parte "críticamente" - pero paradógicamente apoyaron la iniciativa golpista como cualquier otro falangista que no sabe que lo es, y que también decía que son "izquierda social"; cómo van a ser izquierda política si ellos, tan ciudadanistas, son antipolíticos.

Así, a pesar de toda la miseria que efectiva y realmente están sufriendo los trabajadores, a pesar de qué clase social es la que está encabezando la lucha de clases hoy, muchos que parecen sentirse izquierdistas (y hasta marxistas) se ven llevados a pensar que el nacimiento de los movimientos indignados supone "un cambio de signo de la lucha de clases a nivel mundial" [3]: nada más lejos de la realidad, pues el 15-M en España, antes de las elecciones generales, desprestigió al PSOE ante lo que se nos venía encima luego. Es decir, el signo negativo-burgués de la lucha de clases no ha cambiado.

Como diría un matemático comunista -perdónenme la estupidez de supuesto-, la dirección es la única posible -la lucha de clases-, el sentido/signo es el mismo que antes de las acampadas indignadas -negativo/burgués-, y el módulo ha aumentado en términos de valores absolutos -al 15-M le sucedió el peor gobierno hasta el momento para la clase trabajadora y la peor reforma laboral, el/la del Partido Patronal (PP); se está inaugurando la mas brutal ofensiva del capital contra el proletariado-. Quien sólo perciba que aumenta la movilización social pero no el signo pequeñoburgués sobre el que se radicaliza esta -con el consecuente peligro que supone una radicalización de este tipo-, es que tiene un problema.

Más aún, todo lo se haga para engordar a la indignacion, creyendo que eso es positivo para los trabajadores, algún día podría volverse en contra de nosotros: de los trabajadores asalariados -no "emprendedores" como dicen los nacional-sindicalistas de SOMOS [4]- a los que se les pueden bajar los salarios para "recuperar el crecimiento económico" y restablecer el consumo [5], o bien de los que vamos a serlo. Ya se volvieron en contra, aquellos "movimientos que no eran partidos sino antipartidos", de aquellos trabajadores que confiaron en ellos.

A pesar del evidente carácter pequeño-burgués de la indignación y sus productos, que sólo le dan caricias al capitalismo financiero (los bancos) -no hay que ignorar en absoluto la solidaridad de muchas de las gentes de la PAH, pero la dación en pago es una auténtica tragedia que deja a la familia obrera en la puta calle- y al gran capitalismo industrial de los "malos" grandes empresarios [6], pero alaban al capitalismo "de rostro humano" de los pequeños y honradísimos empresarios [7]; a pesar de ese carácter pequeño-burgués típico de quienes quieren volver la situación previa de las crisis -es decir, que son unos reaccionarios- y siempre "dejan para luego" las reivindicaciones del asalariado; a pesar de que la pequeña burguesía fue la lanzadera de los partidos fascistas, la reacción predominante ante este panorama es la indiferencia e incluso la simpatía.

Son muchos los "movimientos" surgidos de entre la indignación y existe, dentro de la generalidad, diferencias particulares.

El "movimiento" Podemos -como les gusta que les llamen, aunque la administración les exige que se inscriban como "partido" si quieren participar de la política y llegar a ser gobernantes, lo que parece que les irrita, como al nacional-sindicato SOMOS le ocurre al tener que inscribirse como "sindicato"-, que quiere "convertir la indignacion en cambio" y que nace al calor del legado del Movimiento 15-M -ah ¿no habían negado que fueran el partido de los indignados? ¡qué confusión!-, basa su programa político en una copia del de Izquierda Unida (IU), coalición política socialdemócrata que estaba acumulando el voto obrero de descontento con el bipartidismo y en especial del social-liberal PSOE a lo largo de los últimos años -no en "sorprendentes" 3 meses-.

Es cierto que la coalición IU a la que pertenece y es parte fundamental de ella el Partido Comunista de España (PCE), ha pecado también de querer hacer suyas las reivindicaciones pequeño-burguesas del Movimiento 15-M [8].

El propio Alberto Garzón, militante del PCE, ha dicho que está dispuesto a pactar con Podemos. Julio Anguita, quien fue Secretario General del PCE entre 1988 y 1998, también piensa que "la dialéctica derecha-izquierda no es ahora lo más importante" [9].

A pesar de los amagos podemistas de IU, su autonomía electoral la creo necesaria para que no se subordinen a lo que los medios de comunicación del capital consideren oportuno, y puesto que no existe hoy el partido genuino de la clase trabajadora, es la coalición socialdemócrata (IU; Partido de la Izquierda Europea (PIE), por el nombre de su candidatura a las elecciones al Parlamento Europeo; el toPo-demos está en su eurogrupo parlamentario) la organización política en la que esta puede aspirar a tener esa voz política que le falta. Aunque si dicha coalición decide colaborar con Podemos finalmente en las elecciones, la situación se volvería radicalmente distinta.

Considero que es vital la necesidad que tiene esta, la clase trabajadora, de una socialdemocracia de verdad, decidida en la defensa de los derechos de los trabajadores.

La coalición griega Syriza -de la que han acabado formando parte algunos sectores minoritarios de los que se separaron del Partido Comunista de Grecia (KKE) hace un tiempo, algunos elementos del Partido Comunista de Grecia (interior) (KKE (interior)), de tendencia eurocomunista - es la formación política análoga a IU en Grecia. Aunque en Grecia los trabajadores tienen a un KKE que tiene claro el carácter pequeñoburgués de los movimientos de indignados que también ocurrieron y surgieron en Grecia en los primeros años de la crisis capitalista, allá por 2008 [10], y ello le hizo a aquel partido comunista desmontar la falacia que los partidos comunistas occidentales no desmontaron.
 
La formación política que hereda el sentimiento antipolítico en Grecia, parece ser la neonazi Amanecer Dorado (XA) [11], una organización con un carácter fascista evidente, y con más de 400.000 votos en las últimas elecciones griegas.

Pero dejando ese caso radical del sentimiento antipolítico e interclasista captado diréctamente por un partido neonazi, no deja de ser interesante la comparación de los movimientos indignados en España y en Italia.

En España, el Movimiento 15-M también tuvo sus sectores ultraderechistas -inconscientes, puede ser, pero ello no es razón ni lo será nunca para que los que nos consideramos antifascistas y demócratas nos quedemos callados-, y más concrétamente dentro de Democracia Real Ya! (DRY) -la Asociación DRY- que justificados por su tercerposicionismo ideológico y su antipolítica, tendieron lazos de amistad al fascista Nudo Patriota Español (NPE) [12], en un intento de construir un partido político "antipolítico" [13] [14] al estilo de como los indignados italianos lo hicieron finalmente con el Movimiento 5 Estrellas (M5S), que según el payaso, bufón y de aires autoritarios Beppe Grillo nunca iba a ser un partido político y sin embargo se acabó inscribiendo en su Ministerio como tal, que también solía reunirse con la ultraderecha italiana y que finalmente ha formado eurogrupo parlamentario con el Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) [15] en esta legislatura.

Nótese, por cierto, la hipocresia de la Asociación DRY, tan amiga de los fascistas en España, que en la carta antes mencionada (enlace 12) le pedía al NPE "unir fueras, conformar un bloque común [y] dejar de lado las diferencias (que realmente son muy pocas)", y en definitiva, con tantas cosas en común, que ahora se reivindica del antifascismo ucraniano y de la lucha democrática de los partisanos del Donnbas [16].

Muchas de las organizaciones de extrema derecha que forman la coalición de la que forma parte el también ultraderechista al que ADRY le dirigió la carta amistosa, el NPE -la coalición La España en Marcha-, hasta se han presentado en coalición con el Movimiento Social Republicano (MSR) para las elecciones, que se ha reunido este último con una de las principales organizaciones ucranianas que participaron en el golpe de Estado en Kiev -Svoboda- [17].

Demasiadas contradicciones en tan poco espacio como para, no sólo suponer erróneamente que ADRY son antifascistas, después de conocer que son el nexo que intentaron algunos miembros de DRY para contactar con la ultraderecha en España e involucrarla en los movimientos de indignados, sino también para que cualquiera que supiera esto de antemano no sienta ninguna arcada.

La línea del PCE en España marcada por el eurocomunismo, y su socialdemocratización -renegaron de la revolución socialista, entre otras cosas-, es por supuesto muy criticable por la negación del horizonte de socialismo que supone el pensar que el poder económico va a ceder su poder a la clase trabajadora amablemente y va a abolir  la propiedad privada y socializar los medios de producción por nosotros los trabajadores, pero es mil veces mejor que la degeneración que sufrió el Partido Comunista Italiano (PCI) a principios de los años 90 del pasado siglo, cuya gran mayoría transmutó en el Partido Democrático de la Izquierda (PDS por sus siglas en italiano) e ingresó en la Internacional Socialista, hoy sólo la internacional de partidos políticos social-liberales que se reclaman defensores de la Sanidad pública pero que luego la privatizan -los conservadores la admiten diréctamente-, que tienen el marxismo tan cerca como de aquí -Madrid- en barca hasta los Pirineos, y el socialismo enterrado a 1000 metros de profundidad y sin posibilidad de recuperación.

Fue el Partido de la Refundación Comunista (PRC) quien agrupó a los sectores minoritarios que difirieron de la línea que tomaron los excomunistas. Este a su vez, sufrió la escisión de un sector eurocomunista -Partido de los Comunistas Italianos (PdCI)-, mientras que el PRC quedó como una formación política eminentemente marxista-leninista, al menos en la teoría.

Unos 4 millones de votos perdió el PCI tras renegar del comunismo, entre 1987 y 1992. Esta pérdida de electorado hubiera sido positivo para pagarles a estos excomunistas oportunistas renegados del socialismo que disolvieron el PCI ansiosos de adoptar la política social-liberal y keynesiana de la Internacional Socialista y de tocar poder, el tortazo que se merecían. Pero la realidad es mucho más dura: de esos 4 millones de votos perdidos, sólo 2 millones los consiguió el PRC -electorado que todavía quería votar comunista-, los otros 2 millones perdidos se diluyeron en la "colorida" gama política italiana -Democracia Cristiana (DC); el co-referente de la Internacional Socialista en Italia del PDS, el Partido Socialista Italiano (PSI), que sería aniquilado tras los casos de currupción de Manos Limpias (no os pongáis cachondos indignados antipolíticos: en su mayoría, los corruptores fueron empresarios, como siempre); el  ultraderechista y nacionalista padano Liga Norte (LN); y el fascista Movimiento Social Italiano (MSI)-, y los 6 millones de votos que todavía le quedaba al PCI transmutado en PDS, eran votos diréctamente a la basura para la clase trabajadora -como los votos de los trabajadores en España para el PSOE-.

Con un electorado mucho más desplazado hacia la derecha de lo que lo está en España, el movimiento indignado italiano no se ha hecho con unas reivindicaciones socialdemócratas -la mayoría de las que hoy se reclama la clase trabajadora, al menos en España y dentro de lo que es la izquierda, que no concibe la revolución socialista pero sí la muy honrada y necesaria defensa de sus puestos de trabajo y sus derechos laborales- inexistentes o al menos insignificantes tras el vacío dejado por un ex Partido Comunista que se ha adherido a la Internacional Socialista, y que hoy está fusionado con los liberales de La Margarita -Partido Democrático (PD)-. No se han hecho con esas reivindicaciones porque no lo necesitaban; porque el electorado al que deseaban arrastrar -asalariado- es votante, de facto, del social-liberalismo y no de la socialdemocracia. Por eso nadie diría, o al menos sería más dificil escucharlo, por lo menos fuera de Italia, que el M5S es un  partido de izquierda o socialdemócrata, como en España si que piensa mucha gente equivocada con respecto a Podemos.

El movimiento indignado en España, sin embargo, ha tenido que plagiar, una vez formado Podemos, el programa electoral de la coalición socialdemócrata IU para hacerse con el voto obrero -además del voto empresarial que aspira a captar, pero lo más grave: que lo van a mantener a costa de subordinar las reivindicaciones laborales a la necesidad de consumismo para la perpetuación del capitalismo, que necesita de la precarización de las condiciones laborales, del abaratamiento de los despidos, del aumento de la flexibilidad del patrón para hacer tropelias con sus asalariados, etc-.


Estas distintas adaptaciones de los movimientos ciudadanos en uno o en otro lugar, sólo demuestra esa indefinición ideológica de la que siempre se han reclamado desde la indignación, lo que va aparejado al oportunismo -la indignación sabe que discurso utilizar en un lugar o en otro- y a la imposición de las creencias individuales como modelo de partido, en lugar de tener una imprescindible ideología autoconsciente y definida.

Los movimientos indignados sólo son la copia oportunista de las alternativas existentes al bipartidismo, sean "de izquierdas o de derechas", les da igual, porque no tienen programa propio y el copiado sólo es para atraerse electorado a su proyecto corporativista. Obreros y patrones, unidos en una misma categoria -ciudadano- contra la "casta política".

Pero no acaba ahí la cosa. Si en España las iniciativas más descaradamente ultraderechistas como la de la Asociación DRY han quedado en minoría frente a una indignación falsamente socialdemocratizada -equiparación de muchos de los puntos programáticos de Podemos con el programa electoral de IU que prácticamente mantiene desde su creación a finales de los ochenta y principios de los noventa-, en Italia sucede lo contrario: lo que no funcionó en España con el intento de la Asociación DRY de institucionalizar la indignación entonces, lo consiguió el Movimiento 5 Estrellas (M5S), que hoy es el segundo partido político más votado allí para las elecciones al Parlamento Europeo (y tercero, por poca diferencia con los segundos y los primeros, en las elecciones generales al parlamento italiano), y que ya es conocido, además de por la mencionada alianza con el ultraderechista UKIP, por el racismo -por supuesto justificado como una necesidad para Italia y con un montón de argumentos sociales- de su líder Beppe Grillo, quien cuestiona el derecho a la ciudadanía italiana a los hijos de los inmigrantes [18], mientras que la indignación más aparentemente progresista es minoría.

Me refiero con estos residuos de la indignación aparéntemente progresista en Italia -aquí mayoritaria con Podemos, en comparación-, al italiano Movimiento Naranja fundado en 2012, que es una escisión de Italia de los Valores -partido fundado en 1998 y que es parte del Partido de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, uno de los dos partidos políticos europeos que forman el eurogrupo homónimo y que es miembro de la Internacional Liberal-, y que si se constituyen como "movimiento" y adoptan un color -como las mareas de colores en España-, es sin duda alguna por la influencia que tuvieron las acampadas indignadas que también se dieron en Italia.

En otro gran trabajo que hay que hacer un esfuerzo por analizar, se explica detalladamente la influencia y control que ejercen las organizaciones liberales en este tipo de movimientos [19].

No es el único caso en que las organizaciones políticas, muchas de derechas y hasta ultraderechistas, utilizan la indignación antipolítica para engordar las organizaciones de la reacción, como es el caso del eurogrupo parlamentario formado por el UKIP, el llamado Grupo Europa de la Libertad y la Democracia, que cuando el indignado y prefascista M5S se unió al mismo, cambió su nombre por el de Grupo Europa de la Libertad y la Democracia Directa.

Esa "democracia directa" en la que el pueblo "soberano" vota diréctamente sin instrumentos intermediarios [20A] [20B] entre él y el Estado, y sin los obstáculos ideológicos que dichos instrumentos interponen [21A] [21B].

Lo que todo esto quiere decir nos los explica muy bien Juan Carlos Monedero [22], proponiendo literalmente ilegalizar los partidos políticos que a su juicio se han hecho "casta política". Que quede patente que todos los partidos políticos que no sean Podemos son potencialmente catalogables como "casta política" o "régimen" por Monedero, Errejón o Iglesias [23].

Hasta los propios fascistas reconocen la apropiación del lenguaje falangista que ha realizado Podemos [24]. Esta falange -de todas las demás falanges que hay en la actualidad-, es por cierto la heredera legal -la que ganó la pugna de siglas en la Transición- de la histórica -de la que también provienen todas las demás-, de aquella que comenzó aplaudiendo la llegada de la II República Española y terminó realizando "sacas" al amanecer a militantes y sindicalistas de la clase trabajadora, y llamando al Alzamiento Nacional.

El panorama político europeo huele extremadamente mal.

Y es que el Partido de la Refundación Comunista (PRC) -que se suponen marxista-leninistas - y el Partido de los Comunistas Italianos (PdCI) formaron para las últimas elecciones italianas, coalición con el Movimiento Naranja, llamándose esta coalición Revolución Civil.

La izquierda asiste a su propio entierro.

¿Cuándo los partidos políticos de izquierda se quitarán de la cabeza de una vez la absurda idea de buscar otro pacto social entre clases que no lo va a ser porque el patio que nos han impuesto a los trabajadores presentes y futuros es mucho peor que el del ya muerto Estado de bienestar?

¿Ignoran que la corrupción política, de la que se reclaman opositores los indignados, entre ellos también el Movimiento Naranja de Italia, y sólo para desprestigiar el significado de la política y del político como cargo público, es en realidad el poder de coacción y chantaje de la burguesía que tiene el poder económico, aplicada al sistema político?

¿Cuándo los partidos políticos de izquierda dejarán de aspirar a, como dijo la Secretaria General del KKE, la gestión del sistema capitalista?

¿Cuándo dejarán de aludir a "la gente", a la "ciudadanía", y comenzarán a reivindicar de nuevo, como se ha hecho siempre desde que existe el Movimiento Obrero, al minero o al ferroviario: al trabajador asalariado?

¿No se impone la condición de trabajador a la de ciudadano cuando los empresarios atropellan cada día y por millones el derecho al trabajo?

Ya va siendo hora de que se dejen de chorradas y de que dejen sus obsesivas manías de incluir a los empresarios en sus proyectos políticos y de sociedad.
 

Hay millones de autónomos dependientes -esos que se están proletarizando ahora que asistimos al comienzo de la apertura de una gran brecha en la sociedad: entre empresarios que sólo progresarán pisoteando los derechos del trabajador, y sectores sociales que rozan las filas de los asalariados para caer finalmente en ellas-, y millones de trabajadores como para que la izquierda tenga que recurrir a los empresarios para sumar votos y ganar las elecciones; hay demasiados como para que la izquierda deje de serlo y se niegue sistemáticamente a abanderar la lucha contra la explotación de la sociedad en clases sociales, una lucha que la clase trabajadora necesita y, en el fondo, está pidiendo a gritos.

Por cierto, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL) ha llamado a la Huelga General en Italia. Los oportunistas de UGT y CCOO, Toxo y Méndez trataron en la última huelga en España de contaminar su significado denominándola, una vez los acontecimientos les obligaron a convocar una huelga que no querían convocar, como "huelga ciudadana".

Estoy seguro de que la CGIL también tendrá a sus pactistas y lastres del sindicalismo, segúramente ocupando cargos de liderazgo. Pero los trabajadores italianos, también los sindicalizados en la CGIL, deberían darles una lección con sus ganas de luchar y combatir al empresariado italiano que quiere acabar con el derecho a la indemnización y a la readmisión en los casos de despidos improcedentes.


Referencias:





[6]: http://www.cuatro.com/viajandoconchester/temporada-3/programa-2/pablo-iglesias/Viajando_con_Chester-Pablo_Iglesias-querer_es_poder_0_1866900303.html Salvan a los prequeños empresarios, además de resaltar que Podemos "son ciudadanos que se han metido a la política", como si el resto de políticos no tuvieran los derechos que les corresponden por ser ciudadanos, o de situar los derechos de los ciudadanos "por encima de su derecho a enriquecerse [el derecho de Emilio Botín]" -es un espectáculo el teatro preparado de los platós de televisión/pseudoparlamentos en los que la caverna les acusan de bolivarianos o de castristas: ¡quieren situar los derechos ciudadanos por encima del derecho a enriquecerse de los banqueros!, a la picota con los rojos-.












1 comentario:

  1. «las tentaciones a buscarle picos a los círculos». Puntazo.

    Iniciativa de Clase lo clava:
    - «con la excusa de la unidad por encima de siglas y de ideologías, niegan la voz a toda crítica»
    - «unidad que sólo le deja expresarse (al obrero) en tanto que ciudadano»

    P.D. En cuanto a la la excusa de la unidad (con/sin ideologías), es un arma famosa y muy utilizada.

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