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Espacio de producción propia, reproducción ajena y discusión de teoría analítica sobre estructura, relaciones y cambio sociales, y de difusión de iniciativas y convocatorias progresistas.

sábado, 28 de febrero de 2015

Intento de golpe de Estado en Venezuela

No sólo este periódico criminaliza a Venezuela
Por Arash

"Hay que limpiar esta porquería, comenzando con la cabeza, aprovechando el clima mundial con Ucrania y ahora Tailandia [...] cuanto antes mejor [...] ya creo que llegó la hora de acumular esfuerzos, hacer las llamadas necesarias, y obtener el financiamiento para aniquilar a Maduro, y lo demás caerá sólo" (Llamadas interceptadas de un correo electrónico de María Machado a Diego Arrias, políticos opositores).


"Me pedías opinión sobre la resolución de María Corina Machado, y creo que esa es la actitud: vamos por todo, y con todo contra todos; contamos con el Departamento y la Embajada [de EEUU], y ahora vienen las sanciones en el Senado [...]. Tomemos como nos corresponde, las calles del país, incluidas eventualmente las de Palacio, y cerquemos a este hijo de puta [refiriéndose al Presidente electo Nicolás Maduro]. Tenemos gente en Miraflores, gracias al amigo Bocaranda. Todo paso será útil, llegado el momento" (Pedro Burelli, exdirector externo de Petróleos de Venezuela S.A., a Diego Arrias).

Estos son la clase de líderes de la oposición, "de aquellos señores con aspecto de caballeros, que nunca levantan la voz, que usted lo ve y nunca rompen un plato"

"Debemos tener el ejército más fuerte del mundo, y de vez en cuando tenemos que torcer el brazo de aquellos países que no quieren hacer lo que queremos que hagan. Si fallan otros mecanismos de presión como económicos, diplomáticos, y en algunos casos militares; si no tuviéramos esta dósis de idealismo, no podríamos alcanzar nada." (Presidente de EEUU, Barack Obama, en Fox.com)

Y este anterior, el presidente de la primera potencia económica y militar del mundo.

Un documento, firmado por Antonio Ledesma –alcalde de Caracas—, por Leopoldo López –preso, y "bien preso"—, que se supone que era una señal para iniciar la Operación Jerico, y que se titula "Llamado a los venezolanos a un acuerdo nacional para la transición" dice lo siguiente. 

"El Gobierno de Maduro ya entró en fase terminal".

Jorge Rodriguez, un ex-vice Presidente de Venezuela y actual alcalde socialista -PSUV- de Libertador, bromeó, en Con el Mazo Dando: "¿cuántas veces van a decir que el Gobierno de Maduro entró en fase terminal? lo dijo el señor Henrique Capriles la noche del 14 de abril, desconociendo los resultados electorales; después de que les ganásemos las elecciones el 14 de abril, les dimos una paliza el 8 de diciembre, y lo que primero hizo el Presidente Maduro fue convocar a los alcaldes de oposición, y les hizo el planteamiento de trabajar juntos, eso fue el 16 de diciembre del año 2013, y en un tiempo tan corto como el 23 de enero del año 2014 estaba la señora Machado y el señor Leopoldo López llamando a la salida, es decir a la activación de este plan, que incluía los objetivos tácticos [bombardeos aereos sobre Caracas], que incluía la participación de algunos militares venezolanos que habían captado." 

De entre todos los fines del golpe que aparecen en dicho documento (disolución de poderes públicos, realización de "elecciones presidenciales libres y absolutamente transparentes", "asegurar la lealtad y apego de la fuerza armada nacional a la constitución [pero no a la que eligieron los venezolanos], y su desvinculación de toda injerencia extranjera y actividad político-partidista"), uno de ellos no pasa desapercibido: "recuperar la capacidad operativa y elevar significativamente la producción de la industria petrolera, revisar los marcos legales y los acuerdos lesivos a la misma y designar una nueva directiva de PDVSA, honesta y con capacidades, para garantizar su funcionamiento eficiente al servicio del país". 

Después de saber lo que quiere hacer esta gente con la electricidad, el agua, los residuos, el gas y el transporte público, es decir, "corregir las fallas de los servicios públicos", no debiera hacer falta exponer literalmente lo que también quieren hacer con la extracción y distribución del petróleo nacional. ¿Funcionamiento al servicio del país, una industria petrolera privatizada? Puede que en el mismo sentido al que se refirió Rajoy en el Debate sobre el Estado de la Nación, en el que insistió en que "el país se está recuperando".

Continuando con el documento Llamando a los venezolanos a un acuerdo nacional para la transición, tampoco pasa desapercibido el objetivo de "insertar nuevamente a Venezuela en los círculos financieros internacionales y obtener de ellos los apoyos económicos necesarios para superar las dificultades del corto plazo". 

Jorge Rodriguez traduce: "Fondo Monetario Internacional, es decir, liberación de precios [muchos empresarios venezolanos ya especulan y venden más caro, a pesar de la ley], eliminación de todos los subsidios, eliminación de todas las misiones sociales; si usted tiene un apartamento de la Gran Misión Vivienda de Venezuela, lo primero que va a decir el Fondo Monetario Internacional, porque lo hicieron en Grecia, lo hicieron en España, lo hicieron en todos los países de Europa que recibieron algún tipo de "auxilio", que son los auxilios asesinos [...], [es] recomendar que usted [tenga] que pagar a precio de mercado internacional el costo de ese apartamento que el Gobierno Bolivariano le entregó en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela".

Otros fines: "llegar a acuerdos para la justa reparación de los daños a los que hubiera lugar por expropiaciones arbitrarias", "revisar el estado real de todas las empresas no petroleras". Dice Rodriguez: "todo este proceso de redistribución de la riqueza de Venezuela que inició Hugo Chávez [...] iba a ser complétamente revertido".

Los militares desleales vinculados con la intentona: José Gustavo Arocha Pérez, así como los generales Ascanio Tovar Narciso Emilio y Figueroa Bracho Carlos Ernesto, son socios de una misma empresa llamada Geofénix. Bracho es, además, su director.


Los acusados mencionaron a los involucrados: el capitán Hector José Noguera Figueroa –en busca por las autoridades—, el coronel José Suárez Rómulo –en busca por las autoridades—, el general de división Maximiliano Hernández Vázquez, el mayor César Arnoldo Pérez Carrero, el primer teniente Wilfredo Castillo Colmenares, el primer teniente Henry Javier Salazar Moncada –detenido—, el primer teniente Miguel Angel Salazar Molina –en busca por las autoridades—, el primer teniente Carlos José Esquela Martínez –detenido—, el primer teniente Jafre de Jesús Pineda Trejo, el primer teniente Ricardo José Antich Zapata –detenido; era el encargado de los contactos con la embajada de EEUU para el asilo, después del pronunciamiento—, el primer teniente Peter Alexander Moreno Guevara, primer teniente Luís Hernando Lugo Calderón, el sargento mayor de segunda Jesús Garzón Osuna; son algunos de ellos. 

"Si no estás prevenido ante los medios de comunicación, te harán amar al opresor y odiar al oprimido" (Malcolm X)

Más informacíón en las primera, segunda y tercera partes (dividido así en Youtube) del programa de la televisión pública venezolana Con el mazo dando.

viernes, 27 de febrero de 2015

Así es como el Gobierno del PP colabora con el Gobierno fascista de la Ucrania pro-Unión Europea

Batallón Azov, de la reactivada Guardia Nacional ucraniana

Por Arash

En una nota del Ministerio de Interior del Gobierno del podrido Reino de España, facilitada al periódico El País, se dice, refiriéndose a los voluntarios antifascistas en el Donbass lo siguiente: "Durante su estancia en territorio ucraniano, además de la presunta comisión de delitos de cooperación o complicidad en asesinatos y homicidios llevados a cabo por los grupos y batallones a los que se unieron, hay que añadir la tenencia y depósito de armas y explosivos, hechos que han difundido también a través de las redes sociales y con repercusión en la captación y reclutamiento de futuros combatientes".

El Partido Popular (PP) es la sección española de la Unión Internacional Demócrata, una reunión de los distintos partidos políticos conservadores de todo el mundo. La sección alemana es la Unión Demócrata Cristiana (CDU), liderada por Ángela Merkel; la francesa, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), liderada por Nicolas Sarkozy; la italiana es Fuerza Italia (FI), liderada por el putero Silvio Berlusconi; y la griega es Nueva Democracia (ND), liderada por Antonis Samarás; por poner ejemplos que sean algo representativos.

El partido que ostenta el ejecutivo ucraniano se llama Patria (o Batkivshchina, en ucraniano), y es observador del anterior congreso internacional de conservadores. Patria comparte gobierno con los neofascistas de Libertad (o Svoboda, en ucraniano), y con los neo-nacionalsocialistas del Sector Derecho (Pravyi Sektor), ambas organizaciones conocidas fuera de la burbuja  o censura mediática por su implicación en el genocidio de Odessa o en el degollamiento de un jefe de policía de Donetsk (vídeo sospechósamente censurado, al parecer, que hace varios meses estaba disponible).

Estos del brazalete amarillo que le cortan la pierna a un opositor político (véase minuto 7:46, y 9:20, si quiere cerciorarse y sólo si quiere que se le revuelvan las tripas), son los Patriotas de Ucrania, también integrados en el Sector Derecho.

Esta es la banda criminal que encubren los Gobiernos de la Unión Europea y con los que pactan. No hay memoria histórica que le valga a la derecha para no volver a utilizar a fascistas para la consecución de sus objetivos. Está en su ADN. Necesitan recurrir a esta clase de soportes para acabar con la resistencia a sus planes de dominación.

El Cuerpo Nacional de Policia ha detenido a 8 antifascistas en España, tras su regreso de la cuenca minera del Donbass. Podrían caerles cárcel.

SOLIDARIDAD CON LOS DETENIDOS

Combatiente antifascista español en el Donbass


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-Noticia de El Mundo.
-Noticia de El País.

jueves, 26 de febrero de 2015

La Batalla de Chile. Poder Popular

Entrevistador: "¿Qué opina usted de la situación que estamos viviendo ahora, compañero?"

Obrero: "bastante difícil está, compañero, con las cosas que todos vemos...porque según el gobierno, ayer, las mismas compañeras que estuvieron con él, le decían que pusiera mano dura [a la patronal y a los fascistas], y el gobierno no puede poner mano dura porque no tiene mayoría en el Congreso, y eso es lo más grave que tiene nuestro compañero Presidente en estos momentos. Y voy a defender a nuestro gobierno porque nosotros sabemos que es el gobierno del pueblo y que tenemos que defenderlo. Así que yo por eso le digo, miedo yo no tengo, porque yo ya estoy decidido, que se lo he dicho a mi misma señora: "usted tiene dos niños, los niños están grandes y usted terminará de criar los niños, y si a mi... si muero por algo, bueno, quiero morir defendiendo la causa nuestra, como obrero"."


Otro obrero: "el momento que vivimos es bastante dificil. Hay que hacer una limpieza a fondo, desde arriba para abajo. Si el Gobierno no se desprende de ciertos compromisos, el Gobierno va a ser liquidado. No le queda otra, otro remedio, que tomar las riendas, y hacer una limpieza en todo el país [...] Esta es la oportunidad [de poner mano firme al capital], si no es ahora nunca. El enemigo está sumamente preparado, y el enemigo no nos da tregua, y esta es la oportunidad de hacerlo, sino lo afirma ahora [Allende] no lo va a hacer nunca. Porque sabe el enemigo lo que le espera, y lo que él ha perdido, sabe que no lo va a recuperar nunca, y es como el diablo [...] Nos vemos compañero, nos vamos viendo. Que salgamos adelante, ahora o nunca"



martes, 17 de febrero de 2015

Contra la Tercera Ola

Por Arash

«El golpe del 25 de abril –se refiere a la "Revolución de los Claveles"— fue el increible comienzo de un movimiento mundial –el tercero en la historia después de las revoluciones alrededor de 1848, y después de 1926, según el autor— hacia las democracias, porque los golpes de estado derrocaban con mucha mayor frecuencia los regímenes democráticos en vez de instaurarlos».

«Portugal, sin embargo, se convirtió en un fenómeno diferente de Rusia. Los Kerensky ganaron. La democracia triunfó.» (La tercera ola)

Resulta muy común en las teorías inspiradas, en general, por el liberalismo –como la contenida en "La tercera ola", obra de Samuel Phillips Huntington, quien trabajara cierto tiempo en la Casa Blanca de EEUU—, identificar la democracia burguesa / democracia liberal, con la democracia. Quizás, para matizar más, en las teorías inspiradas por aquello que algunos llaman "liberalismo democrático", puesto que no es cierto que todo aquel, a lo largo de toda su historia, haya convivido y reivindicado el pluripartidismo, que asumen como garante de ella.

Sirvan de ejemplo los casos de la Francia revolucionaria de 1789. Los girondinos, defendían un liberalismo clásico, y eran aquellos que más diréctamente patrocinaban, en la Asamblea Nacional francesa, luego Asamblea Legislativa, a la gran burguesía industrial y comercial. Tan sólo deseaban su derecho exclusivo a participar en las decisiones políticas y en la vida política del Estado capitalista mediante el sufragio censitario, relegando oficial e institucionalmente a las otras clases sociales populares y a la pequeña burguesía artesanal a la marginalidad política. En el Reino de Francia que ellos gobernaron, no existían todavía los partidos políticos, al menos en su versión moderna.

Los jacobinos pretendieron ser la expresión de la voluntad del "interés unitario" del pueblo. Llevaron a la horca a decenas de miles de franceses contrarrevolucionarios. Ello no quita, no obstante, para admitir las grandes conquistas que se produjeron durante su gobierno, durante el gobierno de la Convención Nacional: la supresión de la monarquía francesa y la proclamación, posterior, de la I República Francesa, así como la instauración del sufragio universal (masculino). Fruto de su marcado populismo y su convicción en ese "único interés", tampoco existían partidos políticos en esta acepción moderna.

Entonces, el pluripartidismo, tomando en consideración el concepto moderno de partido político, no existe en la I República Francesa y fueron otras corrientes liberales posteriores las que asimilaron el mismo. Puede que a esas corrientes se refieran algunos autores cuando hacen referencia al "liberalismo democrático", que al menos contrastan mínimamente con quienes tratan de hacer pasar el liberalismo como la máxima expresión ideológica democrática.

También es necesario aclarar que las victorias democráticas que se lograron durante el gobierno de la Convención Nacional, fueron fruto de la movilización exitosa de las masas, que desempeñaron su lucha muchos de ellos como jacobinos o como parte de otro de los clubes. A nadie se le debiera de ocurrir criminalizar la conquista popular del sufragio universal en la (por la) que lucharon jacobinos, cordeleros, etc, a pesar el terror posterior del gobierno jacobino.

En cualquier caso, lo que Huntington quiere decir afirmando que el "Kerensky portugués" venció en la región lusitana de los años 70 y que por ello triunfó la «democracia» en aquel país –lo mismo que en España—, es que se actualizaron regímenes de inspiración fascista que en los convulsos años revolucionarios de la primera mitad del siglo XX fueron un recurso y herramienta de las distintas burguesías nacionales para acabar con la revolución social, con la emancipación del proletariado. Desde las burguesías española, italiana y alemana, que "impulsaron" a fuerzas antidemocráticas al poder de sus Estados mediante el terrorismo y el paramilitarismo patronal (y el propio voto, sólo que cuando este dejó de ser una herramienta a su favor optaron por obviarlo utilizando los otros dos), hasta las burguesías norteamericanas y en general anglosajonas, que alimentaron financieramente y conservaron convenientemente en el poder las anteriores opciones políticas totalitarias mediante la propaganda antisemita, el apoyo de infraestructura para la construcción y fabricación de armamento militar, el abastecimiento comercial, y la congelación de las cuentas bancarias de los judíos para financiar sus Estados fascistas títeres del anticomunismo y la reacción [1].

La "Revolución de los Claveles" marcó el inicio de una nueva ola, es cierto, pero, ¿qué triunfó en ella, o en la transición española? Es cierto que triunfaron las libertades democráticas, y ello es positivo porque ellas son necesarias para la propia lucha del movimiento obrero y de la clase trabajadora en estos y en todos los países. No es excusa para dejar de defender a estas ni tampoco a aquello que de democrático conserve el sistema político actual a pesar de la crisis capitalista pero no deja de ser verdad que se consolidaron regímenes burgueses, en un momento en el que, como a lo largo del resto del siglo XX que precedió a dichas transiciones, la burguesía temía procesos y dinámicas que pudieran orientar la lucha social hacia la centralidad de la clase trabajadora en ellas. No fueron entonces aquellas libertades, las democráticas, las que la monarquía y los franquistas reformadores de FET y de la JONS revestidos en Alianza Popular y después, muchos de sus dirigentes, en el Partido Popular, nos arrebataron, en general. Esto, a diferencia de la democracia orgánica de los anteriores, no es ninguna partitocracia, ni ninguna dictadura de ningún partido.

Esto de lo que estoy hablando, pues, es el motivo de las tan "excepcionalmente" buenas y cordiales relaciones entre un país democrático, o Estado liberal como Estados Unidos y la dictadura totalitaria española –aunque algunos, para restarle importancia, la adjetiven como "autoritaria" sólamente— , de las bases militares norteamericanas en España –con las que Podemos casi indudablemente sea compasivo y tolerante [2], como con la UE, la monarquía, y demás—, o de aquella operación militar aliada denominada Overlord, o Hacha de Batalla, o Hacha de Guerra, llevada a cabo en junio de 1944 en la costa normanda –dejando de lado posibles explicaciones militares estratégicas—.

Sin ir más lejos, es también el motivo de que las clases poseedoras autóctonas arrebatasen a la clase trabajadora y demás clases populares, esto sí, la II República Española, fuértemente vinculada con las luchas obreras, aquellas con las que una burguesía franquista y totalitaria (falangismo, conservadurismo, nacional-catolicismo, etc) que se "liberal-democratizó" en la Transición, y que de nuevo tiende a "autoritarizarse", quieren acabar. Pueden ilustrar tal vinculación de la que hablaba, la conquista de la Ley de Contratos de Trabajo –aprobada por un entonces marxista y obrero PSOE en el gobierno (hoy partido derechista burgués del keynesianismo y el social-liberalismo), y que limitaba los despidos, trataba de blindar el derecho de huelga, e instauraba las vacaciones pagadas—, la Revolución de Asturias de 1934 – socialistas, anarquistas y comunistas se unieron bajo la hoy tan necesaria Unidad de Hermanos Proletarios, cuyas siglas se comienzan a ver de nuevo en las manifestaciones obreras; la única unión que puede detener el oportunismo interclasista de estos días—, o la revolución social de Barcelona de 1936. Y especialmente, y al márgen de los combates internos que pienso nunca debieran haber ocurrido, el alineamiento del proletariado con el bando republicano para defenderla frente a los nacionales (nacional-sindicalistas y falangistas, nacional-católicos, conservadores, etc) a partir de 1936.

Con esto pretendo decir que las libertades políticas, fueron una concesión sustitutiva de muchas de las dictaduras de corte fascista utilizadas por entonces para detener y acabar con el "socialismo real". Las dictaduras capitalistas eran insostenibles una vez se había derrotado al Bloque del Este, con gran cantidad de estrategias sucias, golpes de Estado, y dólares norteamericanos de por medio. Pero en la estructura económica fundamental no se cedió un ápice, cuando los Estados de bienestar desarticularon al movimiento obrero; Estados de bienestar con los que en la actualidad se acaba deliberadamente, como si hubieran tenido desde siempre un carácter temporal y terminal.

En cuanto a la "ola" huntingtoniana en la "otra parte", supuesta "democratización" del Este de Europa que necesita de las lecciones "democráticas" de occidente, en realidad cruzada ultraliberal y librecambista contra el comunismo, no exenta de tendencias ultranacionalistas y fascistas, se hablará en las líneas siguientes.

La concepción huntingtoniana de «democracia», tomada en gran parte de Dahl, establece un criterio de dos variables: la competitividad y la participación.

Antes de continuar con estas dos variables, es revelador decir que, en base a este criterio anterior, Huntington toma de "fundaciones sin ánimo de lucro" como Freedom House u Open Society, que en realidad son fundaciones paralelas a los partidos demócrata y republicano norteamericanos y están controladas por poderosos lobbies y por el poder económico, toda una clasificación, en forma de mapas, de países que son «autoritarios» y países que son «democracias».

¿Qué es lo primero que debiéramos de preguntarnos, ante el hecho de que estas organizaciones no gubernamentales que reciben fondos y financiación fundamentalmente del gobierno de EEUU –sobre todo a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)— y que están dirigidas por lo peorcito de la burguesía financiera norteamericana, elabore mapas sobre los países que son «democracias» y los que no lo son?

¿Estarán jugando a los dados sobre el tablero mundial?

¿Se os habrá olvidado ya –me dirijo a la opinión pública manipulada no por otras que pueden incumbirme, sino por esta clase de mentiras— la Invasión norteamericana de Irak?

¿Es que no os importa el papel de EEUU en la República Democrática de Afganistán, cuando la CIA enseñaba prácticas de tortura y entrenaba en insurgencia a grupos yihadistas para tratar de arrebatar la influencia soviética?

Esos grupos a los que hace bien poco armó la OTAN (reciéntemente me he enterado de que esta última alianza va a realizar maniobras militares masivas este otoño en España, con hasta 30.000 efectivos armados o más, para tratar irresponsablemente de intimidar a Rusia y sus socios económicos [3]) para combatir la anterior república libia gobernada por Gadafi, que andan decapitando a los "infieles" en Oriente Medio y el Maghreb. Irónica y muy grotescamente, a lo que se referían en realidad muchos de los teóricos occidentales -algunos de "izquierdas"- y medios de comunicación cuando hablaban de la "primavera árabe", de los "rebeldes libios" y del Ejército Libre Sirio (en lugar de llamarles lo que son, terroristas y mercenarios), es que se avecinaba un "verano" que les iba a achicharrar. Debería darles vergüenza, porque lo cierto es que tras esta "primavera", estos mercenarios incineradores han conseguido toneladas de armamento, servir de fuerza de choque y de excusa para una intervención militar, y elevarse cualitativamente hasta rango de beligerante -victorioso en Libia, ni más ni menos- en guerras civiles.

La posición, durante la guerra fría, de la URSS o de Cuba, tomando parte en los procesos de descolonización –apoyando a los frentes de liberación nacional— de una África todavía hoy dominada por el capital norteamericano y europeo, me parece personal y descomunalmente más honrada y progresista que el saqueo criminal que practica EEUU y Europa, a través de sus multinacionales, en todo el mundo.

¿O es que acaso creen que EEUU ha cambiado su política exterior desde la Guerra Fría hasta nuestros días? La respuesta está contenida en las palabras de los propios multimillonarios, inversores de bolsa y globalistas liberales –véase el documental, si no se ha visto ya, de "Estados Unidos a la conquista del Este"— que dirigen las ONG's anteriormente mencionadas: "hacen de manera transparente lo que antes hacía la CIA" –dice así, casi literal; ver documental— , una institución que, desde luego y sin lugar a dudas, desea la democracia en el mundo.

En primer lugar, si es posible, utilizan el poder económico capitalista para crear disidencias controladas y guiarlas precísamente contra la democracia; creadas dichas disidencias controladas mediante la dependencia del capital norteamericano donado [4]; gran parte de la capacidad de funcionamiento de estas disidencias, depende de ese capital, por eso son adictas y teledirigidas, no hace falta que los "ninis" se inventen paranoias para justificarse. Se trata de dirigir a las masas, dependientes de ese poder económico capitalista, hacia el derrocamiento de poderes políticos de Estados que no están alineados económicamente con el Imperio norteamericano: donaciones generosas de miles de dólares, apoyo con infraestructura, financiación de imprentas opositoras al gobierno... ¿va sonando la canción?: justo lo que sucedió en EEUU durante el auge del fascismo en los años 20 del siglo pasado; exactamente lo que hizo la oligarquía capitalista norteamericana con el nazismo en Europa. Un fantasma se cierne sobre Europa y, por desgracia para el proletariado e incluso para la humanidad, no es el comunismo.

Hasta ahora –desde hace algo más de la caída de la Unión Soviética y de los Estados del "Socialismo real"— puede que sólo cantidades minoritarias donadas por el departamento norteamericano hayan caído en manos de los sectores más "radicales", pero esperen, porque de aquí en adelante ese dinero, como ya lo hace, va a caer cada vez en mayor cantidad y proporción en manos de yihadistas –en el mundo árabe— y de fascistas –en occidente—. Lo acabamos de ver hace un año en el Euromaidán de Kiev de 2014, un ejemplo límite aterrador de cómo las revoluciones de colores de ciudadanos indignados se daban de la mano con "revoluciones nacionales" de ultranacionalistas y fascistas, que eran estos últimos realmente quienes convocaban las manifestaciones desde finales de 2013 en Kiev, a las cuales se sumaban los primeros. Estas son las magníficas relaciones internacionales que practica EEUU: las que amenazan a Cuba bajo una aparente amistad, entre otras. Sólo quiero añadir a esto, que me parece una actitud muy negativa la contenida en las declaraciones, con algo de tiempo ya, del líder de la formación política Izquierda Anticapitalista (IA) y su posición de apoyo al Euromaidán indignado-fascista [5], así como su iniciativa de Podemos, que está contribuyendo a sembrar la tierra idónea para el peor de los oportunismos.

Respecto a esto último, dice Santiago Alba Rico que, aquello a lo que se refiera él cuando habla de "izquierda", utiliza un esquema que se basa en la especulación (y se retroalimenta con el utilizado por la "derecha") y que se vale de manipulaciones. En ambos esquemas ("pro-ruso" y "pro-occidental"), faltaría siempre un actor: "la gente", que en Ucrania la han constituido los que se sumaban a las largas, luminosas –utilizaban antorchas, como Amanecer Dorado (XA) en Grecia—y ruidosas manifestaciones –"¡Bandera (el genocida colaboracionista), héroe de Ucrania!"— que convocaban los ultranacionalistas y los fascistas. Habría que tragar con tal situación, porque es "la gente" la que está actuando, incluso si a su costa crecen opciones políticas totalitarias que hasta se hacen con el poder y amenazan no la Europa de los capitalistas –la Unión Europea; el fascismo es una herramienta a su servicio, por mucho que digan—, sino la integridad de los pueblos de Europa a los que amenazan con una nueva guerra. Pero esta actitud, que en absoluto pienso que sea la que está al lado del pueblo ucraniano, y que sí que pienso que sirve al capitalismo occidental en fase de sabotaje y aislamiento económico progresivamente creciente a Rusia y cia –a base de "revoluciones de colores"— y, en un futuro no muy lejano, en fase de tercera guerra mundial –cuando EEUU tenga la terrorífica y suficiente confianza en la derrota militar de Rusia—, no será tratada por este simple crítico más de lo debido.


Continuando con lo que decía, el título del libro de Huntington, "La tercera ola", quizás sea una premonición o un aviso oculto sobre una tercera ola reaccionaria y totalitaria global reivindicada por ellos, después de las restauraciones conservadoras y absolutistas del Antiguo Régimen en el siglo XIX, y las restauraciones, ya con un movimiento obrero más maduro y con unas reivindicaciones sociales más elaboradas, llevadas a cabo por aquellos otros (neo)conservadores (el inspirador de las raíces del falangismo y de las JONS, Onésimo Redondo, era un conservador y estuvo en el partido político monárquico y conservador Acción Católica actuando como propagandista) que plagiaron el discurso de las organizaciones obreras, de Estados antidemocráticos. Con la segunda ola de la restauración me refiero al fascismo, por aclarar. La tercera es la ola de la que habla Huntington.

Sea lo que sea, lo que en absoluto parece que quiera decir la "tercera ola" a la que se refiere Huntington, es que se avecine una tercera ola democrática. No cuela "ni harto de grifa", Huntington. Insisto en la lectura de la aberrante mezcla de ultranacionalismo norteamericano, imperialismo, ultraliberalismo y anticomunismo (oculto).

Entonces, ¿qué significa ese "mapa de la libertad", elaborado de manera cínica por la fundación liberal globalista Freedom House, que utiliza el autor del libro? ¿A qué llama «democracia» y «autoritarismo»?

Intentaré responder lo que yo creo obvio, con más preguntas.

¿Por qué la mayoría de los Estados catalogados como "no libres", o «autoritarios», son todos aquellos cuyas políticas económicas están volcadas al comercio con Rusia y China? ¿Por qué salta a la vista tanto –además de por su vasta extensión geográfica— que Rusia sea uno de esos países que hay que «democratizar»? La misma pregunta vale para China, sin duda.

¿Por qué un Estado socialista como la República de Cuba aparece también como un país «autoritario» o "no libre"? La respuesta a este caso particular es que hay unipartidismo; volveré con ella al final.

¿Por qué la República Bolivariana de Venezuela aparece catalogada como "semilibre"? ¿Por qué países como Colombia o México, en cuyos Estados ejercen funciones narcotraficantes de esos que EEUU dice combatir, aparecen como "semilibres" –equiparados desvergonzadamente con una Venezuela ya muy criminalizada— y no como "no libres"?

En septiembre de 2014 la corrupta policía mexicana entregó en Iguala a 43 estudiantes a cierta mafia, que terminó practicando un auténtico genocidio y una mutilación con ellos.

Un estilo que recuerda a los lazos institucionales con el narcotráfico de la época de Pablo Escobar en el régimen yankee-aliado de Colombia, aunque no hace falta retroceder tanto en el tiempo porque la ESMAD –policía antidisturbios— utiliza machetes y armas no reglamentarias para aterrorizar y torturar a los manifestantes en la actualidad [6]. En la Huelga General del 14-N en España, también vimos a la Policia Nacional con porras extensibles [7], por cierto.

Reconozco que no es el tema que estamos tratando. No obstante me parece relevante destacar la mención de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2005, de que en Venezuela se consiguiera, bajo el gobierno del Partido Socialista Unido de Venezuela –que es una aglomeración de varias formaciones políticas, entre ellas el Partido Comunista de Venezuela (PCV)— y gracias a sus grandes programas políticos y sociales progresistas, erradicar el analfabetismo en menos de diez años, o su impulso a la educación pública y gratuita, a la que el empresariado de este país le enseña sus dientes de depredador.


En el criterio de Dahl, tomado también por Huntington y, por desgracia, también por profesores de la Universidad Complutense de Madrid que hablan también, y con entusiasmo, de esta "tercera ola" (desvelada antidemocrática, tal y como lo evidencia el euromaidán indignado/fascista de Kiev, con el que por cierto simpatizan), se dice que la democracia depende de la existencia de competencia y participación, como decía antes.

Empecemos con la competencia. En boca de estos globalistas, es evidente que sólo encubre una extrapolación del lenguaje económico de los liberales. En parte, es cierto que la burguesía termina haciendo de los partidos políticos una mera marca publicitaria de diversos intereses, esos que en la economía capitalista compiten entre sí. El poder seleccionará los más adecuados en un lugar y tiempo determinados. No debería de extrañar que la política, estando integrada por partidos que la entienden como un mercado más, esté en la actualidad tan corrompida por empresarios corruptores, que termine generando señuelos a la pequeña burguesía que sólo percibe esa corrupción de una manera aislada de la base material que fundamenta realmente su explicación; señuelos que terminan en la mera antipolítica y en la construcción de "movimientos", como aquel de Jose Antonio Primo de Rivera. "Movimientos" de la "gente corriente", que deja de lado diferencias, siglas e ideologías para lograr la "verdadera democracia" (sic). Como si a las organizaciones pequeñoburguesas les preocupase en principio la defensa de la democracia, si ésta última permite y tolera que los trabajadores luchen contra las pésimas condiciones laborales y salariales que les deparan, impunidad que aquellos demandan y silencian al mismo tiempo. La pequeña burguesía no es antidemocrática por sí misma, ni mucho menos, pero a no ser que la clase trabajadora encabece las protestas sociales –y en la actualidad no es difícil comprobar que sucede exáctamente lo contrario—, aquella otra sólo se servirá de lo que (obedecerá a) los amos en los que aspira convertirse (grandes empresarios, muchos de ellos en el PP) les pongan en bandeja: un mercado de trabajo lo menos intervenido, con salarios que aseguren el "pleno empleo" (o sea, de miseria, se refieren), indemnizaciones por despido "que no afecten a la capacidad de contratación de las empresas" (indemnizaciones por despido ridículamente bajas), etc. Para lo cual necesitaran, por un lado, utilizar la legalidad que se lo permita y, por otro, acabar con ("modernizar") los restos de aquella que suponga un obstáculo para tales fines.

Pero lo que quieren tratar de decir Dahl, Huntington y ciertos profesores de la UCM y compañía, es que el pluripartidismo forma parte de una metodología –la metodología debe definir a la «democracia», tal y como Huntington la entiende; y no la «fuente de autoridad» (que sería el "pueblo") o el «propósito de la autoridad» (que sería el "Bien Común"; cómo se nota que son liberales), aclara— que asegura la democracia. Es decir que, obviando la concepción, implícita en esta fraseología, de la política como un mercado electoral, lo que estos personajes tratan de decir es que el pluripartidismo es igual a la democracia.

Los Estados con elecciones pluripartidistas, es cierto que suelen disponer en casi todos los casos actuales, de libertades democráticas muy apreciables. Creo necesario recordar, por un lado, su carácter regresivo en cuanto a las necesidades del capitalismo en los tiempos de crisis se refiere (se cedieron a las demandas populares cuando dejaron de ser un peligro para el estátus quo: cuando había caído el Bloque del Este), y por otro, su carácter progresista en cuanto se refiere a la resistencia contra los nuevos y futuros diseños autoritarios en los que se tienden a convertir los Estados liberales –como nos lo demuestra el golpe de Estado ucraniano—, y progresista en cuanto se refiere también al propio socialismo.

A este respecto, algunos sectores de la izquierda, entre ellos algunos –no todos— comunistas –no os precipitéis lectores anticomunistas (si es que los hay en este mísero blog), no me refiero a los que tienen voluntad de revolución social, aunque algunos de estos estén incluídos en los casos a los que me refiero—, desvalorizan la necesidad vital de defender dichas libertades; en los casos más extremos, incluso piensan que iniciativas como la Plataforma en Defensa de las Libertades Democráticas, son pérdidas de tiempo, es decir que la revolución socialista, a su juicio, sustituye a estas.

Aquel supuesto de sustitución de una cosa por la otra no es cierta. Incluso la revolución social necesita de las libertades políticas y de la libertad de opinión, pues la conciencia de clase, la organización, la unión de la clase trabajadora, y finalmente la abolición de la legalidad burguesa y la construcción de una legalidad para quienes mueven y sostienen el planeta, son inseparables de las libertades democráticas que permiten y dinamizan los anteriores procesos, y que las clases populares –la asalariada entre ellas— comenzaron a conquistar antaño.

Si hablamos de la democracia y el multipartidismo –que no son lo mismo—, habría que analizar el papel de los movimientos indignados, como no; es decir, el papel de la fuerza de choque de la "tercera ola" huntingtoniana. En estos, hoy todavía muchos izquierdistas que identifican en ellos al movimiento obrero, votan a sus organizaciones y apoyan sus movilizaciones. Entendí y me pareció muy lógico que hubiesen banderas de la II República con las siglas UHP, banderas de la república socialista, o banderas anarcosindicalistas de la CGT en la marcha de los mineros, o en las marchas de la dignidad del 22M; pero no daba crédito a estas en la Marcha por el Cambio del pasado sabado 31 de enero en Madrid –por entender, no entiendo ni las banderas tricolores vírgenes en aquella Marcha podemista, si Podemos ni siquiera está dispuesta a echar a la única casta Realmente existente en España—.

Podemos convocó la Marcha por el Cambio el 31 de enero; movilizaciones de este tipo surgen por la ausencia de movilizaciones proletarias como aquella ruta de los obreros de la minería hasta Madrid. La convocatoria de la Marcha sobre Roma, también fue un sustitutivo reaccionario posterior a la ausencia del protagonismo del movimiento obrero en Italia, aunque en aquel caso la ausencia del mismo fue producto de una represión violenta del Estado y sus instrumentos paramilitares burgueses, y la convocatoria posterior tuvo un carácter abiértamente hostil, después de dicha represión; también es posible que una razón de peso de que los movimientos pequeñoburgueses en la actualidad no tengan un cariz tan violento como entonces, se debiese, o tenga que ver con, un "equilibrio" distinto de la lucha de clases entonces y ahora –pareciera que entonces estuviese más conocida y asimilada, al menos por parte de los trabajadores—, en cuyo caso adquirirían en la actualidad ese cariz tras una radicalización de la crisis capitalista y el devenir asociado a ella, de las libertades democráticas y los derechos laborales.

Estos movimientos son los sembradores de esa semilla de la que podría emerger el partido fascista que seguro emergerá de alguna parte en el siglo XXI, si no lo impedimos. Estos son, además, como decía, la fuerza de choque que trata de derrocar los regímenes "del Este" –socios de Rusia, China, Siria, etc— y ponerlos del lado de Estados Unidos y la Unión Europea. Son la fuerza de choque de la "tercera ola" huntingtoniana.

Mencionaba a los indignados tratando de establecer una relación entre la democracia y el multipartidismo porque se debe comprender que, a sus ojos, los políticos son una "casta" –por eso lo repiten a coro los indignados de Podemos, y como loros el resto de sus fans— que se mantiene en los Gobiernos y/o en los Parlamentos mediante puertas giratorias, como lo hacían los aristócratas feudales en su caso con el derecho de sangre (herencia) en el Antiguo Régimen.

No es cierto que la razón única y fundamental del bipartidismo sea esa de la que hacen tanto proselitismo, las puertas giratorias y demás. De igual modo que en el capitalismo se termina por privatizar la educación que en su día fue pública, de modo que sólo los adinerados burgueses tengan la oportunidad de formarse intelectualmente –y ello no quiere decir que el proletariado sea menos "educado", como decía el economista capitalista liberal, antimarxista y anticomunista Keynes, referencia para pseudo-socialistas, situación que se da especialmente en el PSOE, y también, en menor medida, en IU—, sucede en la política: que se llena de burgueses oportunistas que aprovechan los fondos públicos para acometer crimenes contra los desposeídos. Burgueses que utilizan la maquinaria del Estado para tensar las cuerdas contra la clase trabajadora. Burgueses que como buenos empresarios que son, quieren hacer negocio, esta vez con las vidas humanas y por eso aceptan los sobresueldos de dueños de empresas privadas farmacéuticas o sanitarias; sobornos a cambio de los cuales se les "premia" (en una relación corrupta, en la actualidad parcialmente censurada por medios de comunicación y partidos políticos del capital, los corruptores obtienen algo a cambio) a los corruptores privatizando la sanidad. Ello no niega los mecanismos como las puertas giratorias, aunque la manera en que la indignación presenta o ha presentado generalmente el asunto prescinde de explicaciones propias de los sistemas políticos democráticos, justo en donde piden un "cambio".

De todas formas, ¿ven qué fácil? Así de sencillo lo tiene la burguesía para pasar por encima de la ley y financiar a sus opciones políticas.

Pero los movimientos de la pequeña burguesía sólo tienen contra "los banqueros" –sus financistas, a los que necesitan para montarse sus negocios de expropiación privada del beneficio colectivo— y contra "los políticos". Perciben la corrupción en un sentido reaccionario: puramente verbal, que en absoluto alude a quienes la provocan en la radical mayoría de los casos. De este modo, la corrupción empresarial de la política sirve de pretexto (señuelo) para criminalizar a los políticos y a los partidos políticos, preparando así el terreno para que en el futuro una nueva generación venidera de empresarios puedan prescindir de las decisiones de los políticos, de la política, y de los límites que un sistema político democrático impone al desempeño de la actividad de explotación capitalista de los trabajadores: derecho a movilizarse en defensa de los salarios, huelgas de trabajadores, etc. Esta hostilidad empresarial contra los políticos es comprobable, como sabida es la opinión de gran cantidad de ellos contra los políticos, a los que ligan con la "burocracia", la cual se convierte en un pretexto justificante de su ofensiva contra el Estado. Esta ofensiva contra el Estado en cuanto a la asimilación de las luchas del pasado se refiere (servicios públicos, derecho de huelga, libertad sindical) se está librando ahora, destacable pero no únicamente, en Sanidad y Educación, sectores laborales que se pretende dejen de ser jurisdicción del Estado o de empresas públicas para que lo sean de corporaciones privadas.

Decía que los movimientos indignados están sembrando la semilla de la que podrían nacer opciones antidemocráticas, y es así porque su concepción romántica de la política como "el entramado de la casta; de los políticos que nunca salen de ahí" –no digo que no sea cierto que los burgueses sean unos vividores de la política— y del pueblo y la ciudadanía como "liberador de la opresión partitocrática", les explica a ellos que el bipartidismo sea consecuencia de una "política cerrada" antes que una consecuencia del voto del proletariado desclasado, siendo esta capacidad de voto (en la que dejaron de creer peligrosa y repentinamente los indignados el 15-M, hasta que apareció el Partido revelación de la mayoría de ellos) lo que diferencia de raíz, digo de raíz, el capitalismo actual, en cuyos Estados han sido logradas ciertas conquistas –ahora en retroceso— democráticas asimiladas forzosamente por la legalidad burguesa, del feudalismo pasado en el que apenas el pueblo tomaba decisiones políticas –y cuando lo hacía, los dos primeros estamentos siempre eran mayoría, pues se votaba por brazo—. Los indignados y sus partidos –como Podemos—, prefieren echarle la culpa al sistema político. De hecho, los indignados y sus partidos contribuyen precísamente al desclasamiento de las masas, de ahí el tratar de encauzar las protestas de la clase trabajadora en sus mareas (estrategia que, a excepción de la ultraderecha rancia de intereconomía y similares, entienden y captan la mayoría de medios de comunicación, privados sobre todo y, en especial, La Sexta, perteneciente a Atresmedia S.A., que publicitan/publicitaron ellos protestas laborales como protagonizadas por mareas ciudadanas y no por los sindicatos de trabajadores a los que pertenecen muchos de sus miembros), y el discurso de aquella en un ciudadanismo interclasista mortal –por traicionero— para la misma. Su concepción subyacente de la "verdadera" o "real democracia" (Ya), es una en la que sobran los partidos. Suenan los tambores del falangismo.

Es decir, los movimientos de indignados están cargando contra la democracia formal, contra las formas democráticas; reivindican un "cambio" –"Marcha del Cambio"— fundamentado en un cambio del sistema político, en un cambio estético y superficial, en un cambio de careta o fachada. Y este supuesto y por seguro falso cambio político no va acompañado de un cambio de sistema económico, es decir, no señala en ninguna dirección parecida ni en ningún grado de intensidad la abolición o el mero cuestionamiento de la propiedad privada ni del trabajo asalariado, y su sustitución por un régimen económico de propiedad colectiva y pública; no mencionan la autogestión trabajadora de la producción. Es decir, no señalan ni buscan la abolición de esta lacra humana –el capitalismo—, y la conquista del socialismo. Más aún, señalan, como ya se ha dicho, y sea este un proceso autoconsciente o no, el afianzamiento de aquella mediante las carencias democráticas.

Buscan alternativas sistémico-políticas dentro del capitalismo. Y sin embargo, las alternativas a los sistemas políticos de los Estados capitalistas de hoy, son aquellas en las que las libertades políticas y sindicales, democráticas, están abolidas, erradicadas: el fascismo, hacia el que avanzan las sociedades y los Estados capitalitas hoy, avance que se centra en torna a, en concreto y en principio –es decir que estas sólo son un comienzo—, la abolición del derecho de huelga y a la criminalización de las opciones políticas que el poder considere como "subversivas".

Estos movimientos indignados han dado sus frutos. El Movimiento 5 Estrellas (M5S) empezó en las mismas circunstancias y con exactamente la misma fraseología que el Movimiento 15-M, aunque haya habido diferencias de las evoluciones de uno y otro, y este primer movimiento, el italiano, es amigo y miembro del mismo eurogrupo parlamentario que un partido político xenófobo y ultraderechista británico que es el UKIP: ha conseguido, pues, arrastrar la simpatía popular italiana hacia la xenofobia, una de las coartadas que necesitan los empresarios para desplazar la responsabilidad que ellos tienen del paro y de la crisis capitalista, a la inmigración.

En Ucrania, a los movimientos contra los "políticos que oprimen al pueblo" [8] los tenían ustedes engordando las manifestaciones de la ultraderecha y gritando "¡gloria a la nación, muerte a los enemigos!" [9].

Pero tratemos de continuar con la línea expositiva pretendida. Volvamos a nuestro "amigo" Huntington y a la "competencia". Es verdad que caminamos hacia el totalitarismo pero, no parece que los movimientos de indignados y las "revoluciones de colores", patrocinadas por Washington en todo el mundo y, en especial en esos países "no libres", sean precísamente los demócratas. Más bien parece que, la "ola" a la que se refiere como "democratizadora" es en realidad la razón de la cual debamos temer de la abolición capitalista de las democracias.

Las intenciones "democráticas" de su criterio a la hora de definir lo que son «democracias» y lo que no lo son, además de por incluir como «autoritarios» a los gigantes económicos del bando opuesto al imperialismo euro-norteamericano (cuestión de estética colocar gramaticalmente antes a Europa que a Norteamérica; si hay alguna prioridad de intereses, estarán por encima los de EEUU que los de la Unión Europea), se desvelan rotúndamente con el caso venezolano, y a través de este ejemplo mostraré mi visión personal sobre la "identificación" entre pluripartidismo y democracia, de la que habla Huntington.

Los capitanes de los barcos, cuando ven el pico de un iceberg que asoma sobre la superficie del agua, saben lo que hay debajo y tratan de evitar la catástrofe que supondría chocar contra él. Yo no soy capitán de nada, pero la metáfora podría servir de ilustración a la relación entre la punta del iceberg –caso venezolano—, la parte sumergida –todos los países que señale Washington—, las consecuencias de una brecha en el navío –échenle imaginación, en el siglo XXI, a 76 años del comienzo de la segunda ecatombe internacional, y a 70 años de su finalización mediante los bombazos nucleares del ex-presidente norteamericano Harry S. Truman, unas mil veces menos potentes de los actuales—, y también el capitán –que en este caso debería ser un actor colectivo consciente, avispado y antiimperialista—, pero de esto último yo no tengo el control ni influencia alguna, por eso escribo. 

La República Bolivariana de Venezuela no es un país "libre" sino "semilibre", según las ONG's norteamericanas, y ello les justifica, como hacia la CIA en la Guerra Fría y como hizo, en particular, con otros pueblos latinoamericanos –Chile o Argentina—, invertir constántemente en la financiación a la oposición política al gobierno democrático progresista mayoritario, en el caso venezolano, el PSUV. Incluso si es de corte antidemocrática. Una auténtica violación de su soberanía y una injerencia total en los asuntos internos de dichos países soberanos.

Pero también es una inversión. Los beneficios que obtendría el mercado estadounidense de un cambio de gobierno y de una privatización masiva de los grandes servicios públicos venezolanos, sería similar al que obtuvo en Chile cuando estos lobbies criminalizaron a Salvador Allende y en su lugar colocaron vía golpe a un dictador fascista.

Las estrategias utilizadas en Chile entonces, son similares a las utilizadas hoy en Venezuela y, resumidamente se tratan, en fundamento, de las siguientes.

Primero, utilizar las empresas privadas no venezolanas y también las venezolanas –detractoras de la Revolución Bolivariana y de un gobierno democráticamente elegido que protege a los humildes y les confiere una serie de derechos (sanidad o educación públicas, yacimientos petrolíferos nacionalizados que repercuten positivamente en las clases populares, etc); ellas prefieren un gobierno comprometido con el librecambio, las condiciones laborales precarias, y la destinación de fondos públicos a iniciativas privadas—, para provocar escasez en el mercado, mediante el acaparamiento; se trata de un sabotaje patronal [10]. Esta escasez de productos en los supermercados y en la economía de la nación víctima será denunciada como una "ineficiencia" por medios de comunicación privados, profesores economistas liberales de la UCM –qué asco cuando la caverna dice que la Complutense es un nido de rojos y que se adoctrina a los alumnos; miren, esto último me lo creo, pero no para formar precísamente individuos que piensen por sí mismos ni para ser "bolivarianos"—, y platós de televisión. Y por supuesto, por las redes sociales [11].

Segundo, culpar de toda esta situación al gobierno bolivariano –como en Chile se culpó a la Unión Popular—, retransmitir las "espontáneas" protestas de los opositores al gobierno, exagerar las noticias para que parezca que está pasando más de lo que está pasando e, incluso, manipular las noticias, tal y como sucedió en el intento de Golpe de Estado de 2002 promovido por la patronal venezolana –a su vez financiada por Freedom House— PDVSA y su líder Pedro Carmona, que no duró ni dos días de dictador porque el pueblo venezolano se echó a la calle y expulsó a esa banda criminal golpista de empresarios y militares desleales. Dicha manipulación mediática internacional la menciono más adelante.

Richard Nixon, expresidente de los EEUU, explica muy bien esta estrategia practicada antes por la CIA, ahora por fundaciones paralelas al departamento de Estado: hay que "hacer chillar a la economía" –es una expresión literal pronunciada por él— de los países cuyas democracias son un impedimento para el imperialismo yankee y la expansión del mercado norteamericano.

Monumento en Cuba a las víctimas de los atentados terroristas.
En Venezuela existe esa competencia que para teóricos y profesores de la UCM, globalistas liberales y especuladores financieros es una variable definitoria de la democracia. Pero como las elecciones democráticas y pluripartidistas no las ganan las opciones de la burguesía que desea Washington ni Bruselas, algún motivo tienen que encontrar para desprestigiarla y justificar agresiones económicas, como el agotador bloqueo al pueblo cubano que trata de ahogar la revolución cubana; como las declaraciones del canciller imperial de la Alemania de 1918, Max de Baden, que dijo pretender ahogar a la Revolución de 1918 en Alemania ("ya que no podemos derrocar a la revolución, sólo podemos asfixiarla"), y como Kerenski también pretendió cuando llenó la Rusia revolucionaria de los ejércitos reaccionarios y nacionalistas Aliados de la IGM, que de facto sólo prolongaron la miseria que los gobiernos de los Imperios Centrales ya habían provocado entre el campesinado y el proletariado en Rusia, miseria que terminó ahogando efectivamente en sangre al Estado socialista ruso. Las agresiones económicas se practicaron en Chile antes, y se practican en Venezuela ahora. Si no son suficientes, se aumenta el grado de hostigamiento: agresiones terroristas o militares, intentos fallidos de golpes de Estado en Venezuela, atentados terroristas en Cuba, golpe de Estado exitoso de Pinochet en Chile, sabotajes de líneas telefónicas, etc.

Luego esos profesores de los que tanto hablo ligan o vinculan el respeto a la democracia de los partidos comunistas con su rechazo a la revolución socialista; los partidos que aceptan la legalidad y "tratan de ejercer sus políticas" llegando democráticamente al gobierno –como si fuera posible el socialismo reformando el Estado capitalista o como si un programa político socialista sin acción revolucionaria no vaya a ser derrocado, como ha sucedido y tiende a suceder, vía terrorista por el capital—, son (los únicos) partidos comunistas democráticos. Hay una total inconsistencia teórica en ello, sino es sólamente un afán con el objetivo de confundir a propósito.

Pero, ¿es la otra variable –la participación— la que les explica que Venezuela sea un país "semilibre", según Huntington?

Desde que Hugo Chávez ganase las Elecciones Presidenciales en 1998 y, después de un período que pasó privado de libertad tras intentar tomar el poder fallidamente con apoyo del ejército, privación que le hizo adquirir mucha popularidad, la participación política en el país no ha hecho más que aumentar.

Desde las elecciones presidenciales de Caldera –las últimas que ganó la derecha— de 1993, hasta las últimas, pasando por todas las elecciones presidenciales en las que el pueblo venezolano eligió al ya difunto Chávez y al todavía resistente PSUV, la participación ha aumentado considerablemente [12].

Rafael Caldera, quien fuera fundador de la organización juvenil conservadora y democristiana Unión Nacional Estudiantil (UNE), del Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) conocido también como Partido Social Cristiano –hoy miembro de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) opositora al gobierno socialista del PSUV y liderada por el golpista Henrique Capriles—, y de Convergencia, fue Presidente de la República en 1993, año cuyas Elecciones Presidenciales contaron con una participación del 60'16%.

Húgo Chávez fue democráticamente elegido Presidente de la República en 1998 con una participación política del 63'45%. Con las excepciones esporádicas que suponen los altibajos provocados por las desestabilizaciones sociales, económicas y políticas que, visto lo visto, han sido estimuladas en gran medida por Washington y/o sus socios en Venezuela, tal y como reconocen los dueños de las ONG's antes mencionadas, la participación política ha aumentado sin lugar a dudas.

En las Elecciones Presidenciales del 2000 hubo uno de estos altibajos, con una participación política del 56'05%, que fueron sucedidas por las del 2006, con su 74'70%, después por las de 2012, con su nada envidiable 80'56% de participación, y finalmente por las de 2013, con su 79'69%.

En las Elecciones Parlamentarias de 1993, Acción Democrática (AD) –sección venezolana de la social-liberal y keynesiana Internacional Socialista— obtuvo 55 escaños en la Cámara de los Diputados, y 16 en el Senado. En las de 1998, ya con la gran presencia parlamentaria de la formación socialista fundada por Húgo Chávez Movimiento V República (MVR) (el segundo en número de escaños en ambas cámaras parlamentarias), AD obtuvo 62 y 19 escaños, en la Cámara de los Diputados y en el Senado, respectivamente.

En las Elecciones Parlamentarias de 2000, el victorioso MVR contaba con 92 diputados en la nueva Asamblea Nacional, despues de haber aprobado la Constitución de Venezuela de 1999 (la Constitución Bolivariana; la primera que reconocio, entre otros derechos sociales a las clases populares, los derechos de las minorías étnicas y de los indígenas) que disolvía el anterior parlamento bicameral y convocaba uno unicameral. En dichas elecciones, la participación era del 56'05%. En las posteriores de 2005, del 25'26%, y en las de 2010, del 66'45%.

Es totalmente incierto que el aumento de la participación se deba únicamente al voto progresista y bolivariano. Pero es que, tampoco ha de serlo para afirmar rotunda y contundentemente que en Venezuela, además de haber competencia, también hay participación.

Además, hay competencia no sólo en el sentido huntingtoniano, quien la entiende como sinónima de pluripartidismo, incluso aunque la mayoría de los partidos políticos que "compitan" tengan todos posiciones políticas singulares y muy poco plurales, todas ellas defensoras del librecambismo y del keynesianismo. Y hay una participación que nada tiene que envidiar, porque de hecho es superior, a la que hay en España –quizás otro gallo cante con el entusiasmo y la "ilusión" que ha generado Podemos— o en muchos países europeos. Pero el criterio huntingtoniano y de sus amigos los halcones es una mentira que oculta sus verdaderas intenciones. Y los profesores mienten a sus alumnos cuando criminalizan a Venezuela.

A los pobres y desposeídos –campesinos, asalariados, indígenas— no les interesaba tanto la política cuando saliese quien saliese victorioso de unas elecciones, la situación iba a ser igual de miserable para ellos; cuando ninguno de los partidos burgueses y derechistas iba a gobernar y legislar pensando en sus intereses para bien. Cuando nadie iba a invertir el dinero público al que ellos contribuyeron con su propio esfuerzo y trabajo, en universalizar la educación y la sanidad, por ejemplo.

Es símple y llanamente mentira que en Venezuela haya competencia pero no participación. He llegado a oir como alguno otro sustituye "competencia" por "debate público": ¿qué insinuaba? ¿Es que como el criterio de Dahl y Huntington no funciona en Venezuela, le ha hecho un "arreglo" barato a su medida? ¿Es que aunque haya competencia y partidos políticos –algunos incluso antidemocráticos, y ese es Primero Justicia (PJ), liderada por Henrique Capriles, en coalición para las elecciones de 2013, con la Mesa de Unidad Democrática (MUD)— no hay "debate público" porque está prohibido por ley? ¿Es que aunque tengan la posibilidad, la mayoría humilde de Venezuela no vota otras opciones porque "hay una dictadura"? ¿O es porque los venezolanos están "fanatizados"?

No sean tan hipócritas, ustedes los globalistas liberales, ni tan "poco ilustrados" los que les repiten las consignas. No ser un liberal no significa ser un "fanático". No llamen intolerantes a los demás mientras con las mentiras que salen de sus labios justifican y legitiman golpes de Estado que colocan a ultranacionalistas y fascistas genocidas por la fuerza en los parlamentos y en los Gobiernos, como han conseguido que ocurra en Ucrania el pasado año con la legitimidad que su ignorancia y pasividad proeuropeísta le ha otorgado al golpe allí. Son tan miserables que ni siquiera tienen que hacer nada para que acaben con las democracias porque el poder actúa utilizándoles.

En Venezuela no hay ninguna dictadura. Lo que hay es una democracia ejemplar, y una Constitución progresista y una serie de normas a cuyos desobedientes de las respectivas en EEUU o en Europa les llamarían "antidemocráticos" sólo por "anticonstitucionales". Lo que ocurre es que ustedes se dejan llevar por lo que les dicen aquellos voceros que hablan en su persona: los medios de comunicación, la mayoría de ellos privados, y su propaganda reaccionaria, que dicen que el socialismo es antidemocrático. Por ello cualquier cosa que se le parezca la criminalizan.


Por cierto, este 2 de mayo de 2015, que aún queda tiempo, será el primer aniversario de la masacre, matanza, genocidio y tortura practicados por los títeres asesinos del Pravy Sektor –que comparten Parlamento y Gobierno con los primos gemelos del fascista MSR en Ucrania y con los hermanos gemelos conservadores observadores de los congresos de la IDU a la que pertenece el Partido Popular (PP) de Rajoy— en la ciudad antifascista de Odessa, a los militantes y sindicalistas miembros de Borotba y del ahora ilegalizado por las autoridades ucranianas, Partido Comunista de Ucrania (PCU).

Creo que es un error pensar, en consonancia con lo que es el pensamiento liberal (o "liberal-demócrata", como dije al principio, si es que es el caso), que la democracia consista en un pluripartidismo de partidos políticos (sobre todo los relevantes), todos ellos obedientes al capital y respetuosos con la legalidad burguesa en una uniformidad de pensamiento nada plural que incluso ofende el mismo concepto de "pluralidad" y el propio intelecto. La pluralidad ideológica o política, en ese sentido, no se ve por ninguna parte, salvo en Cuba, Venezuela, y unos pocos y contables casos más.

Debería quedar claro que, como dije antes, los sistemas políticos actuales son pluripartidistas. Y es positivo que lo sean, sobre todo cuando las masas, especialmente en occidente y en el oriente que se quiere "occidentalizar", comienzan a cuestionar dicho sistema político y la miseria del capitalismo las empuja (especialmente a la pequeña burguesía) al odio meramente visceral contra este sistema político y sus políticos –sin distinción ni de siglas ni de ideologías— que ostentan cargos representativos, para permitir que "los empresarios, dignos y decentes" [13], puedan ejercer su impunidad.

Esto último, junto con la obsesión por una "democracia directa" –que no procede del anarquismo; los anarquistas (especialmente me refiero a los colectivistas) no venderían al mejor postor las reivindicaciones de la clase trabajadora a la burguesía, y reivindican esta, la democracia directa, para los centros de trabajo y otras formas de organización proletarias pero no para las asambleas ciudadanas interclasistas ni para los Círculos Doctrinales Pablo Iglesias— en todo caso falsa, significa, de materializarse plénamente, el fin precísamente de la democracia representativa –vinculada con el "gobierno de los partidos", con la "partitocracia"—.

La "célebre" frase de Jose Antonio es fiel reflejo de la forma que el fascismo adoptó en España en las décadas de 1920 y 1930: "¿Para qué necesitamos el instrumento intermediario y pernicioso de los partidos políticos, que, para unirnos en grupos artificiales –las clases sociales, se refiere, porque los partidos que les preocupaban eran partidos obreros, empiezan por desunirnos en nuestras realidades auténticas?". Esas "realidades auténticas" a las que se refiere no son la base material económica de la que escribía Marx, aunque los falangistas, tan farsantes ellos, fundamentaran su "pensamiento" en lo peor del conservadurismo por un lado –intrínseco a su naturaleza y a sus objetivos—, y en la copia y plagio indiscriminado del programa y estética de las organizaciones de la clase trabajadora, por otro.

La nueva forma definitiva que tome el fascismo en el siglo XXI no la sabemos, pero las pistas para identificarlo y combatirlo se pueden seguir.

Así pues, aún teniendo claro lo positivo de la situación –todavía— en la actualidad, en la que unas menguadas libertades democráticas todavía se mantienen, y hay que defenderlas, pienso que la identificación entre democracia y pluripartidismo es un error conceptual, de orígen. Y las teorías que parten de ello, además de estar formuladas por gente muy sospechosa (multimillonarios especuladores o simpatizantes de ellos, y diversos personajes procedentes de la Casa Blanca), me parecen erróneas e incluso claramente malintencionadas.

Va siendo hora de que los trabajadores comprendan que el capitalismo es un obstáculo en el eterno objetivo de acercarse a lo que sea que sea la democracia.

Si al «método» que define la democracia según Huntington, se le impone el poder, y no me refiero, que conste, a la concepción liberal del mismo, sino al de verdad, al económico, aquel al que tienen acceso sólo quienes acumulan capital y poseen negocios y empresas privadas, entonces todo lo que pueda caber de democracia en el capitalismo se esfuma en ciertos momentos de crisis sistémicas.

Pienso que el poder económico no está por delante del poder político a veces. Creo que lo está siempre, y que ello se visibiliza especialmente en los momentos de recesión económica, momento en el que los partidos burgueses, que son la inmensa mayoría, se doblegan ante aquel.

Si cuando, después de una división infinita del trabajo y una especialización, precarizadoras ambas de las condiciones laborales, y del sostenimiento de los grandes monopolios del capital financiero y productivo que necesita en estos momentos señalados despedir a grandes masas de asalariados de sus empresas y sembrar así más paro y miseria, el empresariado y la burguesía se encarga de manifestar ese poder del que dispone y corrompe la política y las instituciones saltándose la ley; si cuando los empresarios, en previsión de todos los despidos que van a tratar de efectuar, utilizan sus miles de euros para meterlos en sobres y dárselos a los partidos burgueses que están en el gobierno, y que de esta forma legislen, juzguen y gobiernen para ellos; si cuando el patrón despide, se salta las resoluciones judiciales; si ocurren todas estas legalidades y, particularmente también las ilegalidades que permiten las anteriores actuaciones..., entonces lo que ello quiere decir es que la burguesía internacional está dispuesta a transgredir la democracia en todas sus formas. Del mismo modo que lo hicieron en el pasado.

A los patrones no los elige nadie, y sin embargo ahí estan: lucrándose del trabajo ajeno. Ahí está la burguesía acaparando para sí sóla el producto del trabajo de la sociedad. Ahí está la patronal practicando diariamente la expropiación privada del beneficio colectivo, mientras su despreciable (por manipuladora, no por otra cosa) prensa llama a esta "salarios", como si fuera lo más natural del mundo, y tan sólo llama expropiaciones a las meras estatalizaciones de alguna empresa en bancarrota que habrá de soportar el sector público hasta que se vuelva a privatizar, como si la paga a final de mes no escondiese otra, y además protegida y penada por todo el peso de la ley, hecha a medida de los poderosos.

Y todo esto lo llevan a cabo entidades antidemocráticas como las empresas privadas. A esto no le gusta llamar «autoritario» el señor Huntington y compañía. El método definitorio de la democracia no podría valer para un liberal como él. El progreso de la democracia y de la humanidad está bloqueado hasta que se termine con un sistema económico antidemocrático como lo es el capitalismo que, no sólo incumbe a los millones de puestos de trabajo de todo el mundo (mundo laboral), como muchas veces se nos quiere hacer ver, sino a la misma política que queda instrumentalizada a su servicio.

El derecho de los burgueses a agruparse en patronales nunca ha tenido que ser conquistado; siempre han sido legales. Es lógico en un Estado que no puede sino pertenecerles originalmente a quienes tienen el poder, a quienes acumularon originariamente capital. A la clase trabajadora, sin embargo, le ha costado dolorosas huelgas generales, huelgas revolucionarias, y sangrientas revueltas y algaradas que la reacción se encargó de que lo fueran, la legalización del sindicalismo, para que ahora permitamos que el Partido Patronal o los nacional-sindicalistas inconscientes/conscientes de SOMOS acaben con este y otros derechos, y no hay duda de que se intenta y se intentará.

Desde la concepción errónea de democracia como sinónima de pluripartidismo, un país como lo fue el último Reino de Italia y especialmente durante el Bienio Rojo, sería un país «democrático», y ello a pesar de que esas instituciones legales y representativas de los empresarios y la patronal –en Italia agrupadas entonces con el nombre Cofindustria— contratasen a sicarios y mercenarios de los Fasci Italiani di Combattimento, gérmen de lo que Mussolini convertiría en el Partido Nacional Fascista, para asesinar a los campesinos y trabajadores italianos, por hacer huelgas que trataran de lograr aumentos de salarios que les permitiesen poder comer y por ocupar fábricas al comprobar lo que a ellos les servía, en un momento dramático como aquel, la democracia burguesa, destinada en cierta etapa de la historia a convertirse en una dictadura fascista.

¿De qué sirve el derecho a la libertad de opinión o el derecho a la huelga, si el mismo gobierno italiano ejercía y practicaba el terrorismo de Estado contra la oposición política y contra los sindicalistas?

¿De qué sirve la libertad formal de los obreros italianos de afiliarse a los ya extintos Partido Comunista de Italia (PCdI) o al Partido Socialista de Italia (PSI) –eran otros tiempos— si los patrones que estaban en el poder les castigaban efectivamente con la muerte?

El terrorífico golpe de Estado del Euromaidán sólo demuestra que un Estado liberal como es el ucraniano, es –lo ha sido siempre— compatible con gobiernos autoritarios y totalitarios, eso sí, llenos de nacionalistas antisemitas, neonazis y fascistas; compatible con gobiernos fascistas –no es otra cosa el criminal gobierno de Kiev—.

Lo que pretendo, repito, no es desvalorizar unas libertades democráticas que son precísamente las que en España el PP pretende arrebatar a la clase trabajadora, puesto que esta última las necesita para su actividad sindical y política.

En la actualidad, no es tal la situación como la mencionada sobre Italia antes de la toma de poder del fascismo. Aunque, desde luego, se esté caminando a ese tipo de situaciones.

En la actualidad, las fuerzas políticas interclasistas (incluídas las revoluciones de colores y su definición occidental, los movimientos de indignados) que tratan de ocupar un espacio reivindicativo de la izquierda abandonado por esta hace tiempo, van de la mano del corporativismo y del autoritarismo. A la par que evoluciona la lucha de clases, hay que defender estas conquistas democráticas históricas tan necesarias, y ante la iniciativa reaccionaria en esta lucha, debe sobreponere una iniciativa proletaria por derrocar el poder, iniciativa esta última que comienza desde el simple apoyo a las luchas políticas socialistas que se están llevando a cabo –como destacan las de Venezuela—, a las luchas sindicales contra las rebajas de salarios, y a las luchas sociales contra la represión: hay que defender la democracia en Venezuela e impedir que los criminales golpistas den otro golpe de Estado como aquel que derrocó a Allende, e instauren otra dictadura latinoamericana, hay que impedir que rebajen los salarios a los trabajadores de Coca-Cola y a todos aquellos que están inmersos en luchas laborales, y hay que liberar a los sindicalistas que están presos por ejercer su libertad sindical y su derecho a la huelga.

Y en un objetivo más próximo, la clase trabajadora debiera unificar sus luchas y crear sus organizaciones.

Por supuesto que no seré yo, un simple "aficionado", quien diga cómo tendrán que ser esas organizaciones.

Pero deberá crearlas. Debería existir una socialdemocracia digna al menos de llamarse como tal, y no la porquería actual de la Internacional Socialista; deberían haber partidos obreros que defendieran al proletariado en los parlamentos y, sólo si este llega a reconocer el papel de vanguardia en alguno o alguna facción comprometida con la revolución social, aquel o aquella debería orientar las luchas obreras contra el derrocamiento del capital. Las revoluciones las hacen los hombres y las mujeres (que desde 1789 sólo pueden ser proletarios), no los partidos: son los trabajadores los que debieran de infestar los barrios obreros e industriales, los puestos de trabajo, de lo que muchos iraníes llamaron en 1979 shoras –antes de que el proceso degenerase asimilado por la iglesia musulmana chiita, que no obstante asimiló muchos derechos progresistas, sobre todo para las mujeres [14]; de ahí, un ejemplo del paso progresista que supuso la Revolución Islámica, frente a la monarquía sostenida por el Imperio Yankee—, infestarlos de lo que los rusos llamaron en 1917 sóviets: llenarlos de Consejos de Diputados de Trabajadores (no en su "más amplio sentido", como se dice en el borrador del nacional-sindicato vertical podemista, sino en el sentido socialista de siempre: asalariados), y son los trabajadores, pues, los que debieran de ejercer la democracia desde esos mismos puestos de trabajo, organizando la producción frente al Estado capitalista, y empoderando, no a los puñeteros "ciudadanos" (no hay que empoderar más a los empresarios) ni a "la gente" (como dicen en Podemos y en IU), sino a la clase trabajadora.

Entonces se habrá dado un paso progresista en la historia, hacia la democracia, justo el paso contrario que pretende Huntington proponiendo la invasión militar norteamericana de países con todo el cinismo del mundo, para permitir con dichas invasiones, no un dominio absoluto del imperio de EEUU y la paz –supuesto totalmente infundado, pues el imperialismo y las guerras son parte de la esencia del capitalismo—, sino una guerra en la que los Estados, que están armados hasta los dientes con armas nucleares, terminen con la humanidad, que es a lo único que puede aspirar la prolongación de esta barbarie.

Estados Unidos ya ha inventado vehículos policiales de represión para las manifestaciones, que incorporan antenas emisoras de rayos microondas que te hacen hervir la sangre en una milésima de segundo [15]. Según Huntington, EEUU exporta la democracia. No me gustaría vivir en una "democracia" de este tipo, construida sobre la represión tan terrorífica de la disidencia y sobre la censura.

Este libro de Huntington y, en general, todo lo que dicen los globalistas ultraliberales norteamericanos asociados con ONG's vinculadas a los partidos demócrata y republicano estadounidenses, me causa más terror incluso que la novela de Orwell 1984, porque a esta última le subyace un sentido de crítica e incluso de aviso y prevención de la manipulación, lobotomización y de los lavados de cerebro pero aquel, correlato político pseudodemocrático y totalitario de la versión económica de especuladores multimillonarios como Mike Stone y sus «exportaciones de la economía de mercado» a todo el mundo, no es ninguna novela sino todo lo contrario: va realmente en serio.


Pienso que es despreciable la manera en que Huntington liga el nacionalismo norteamericano con «el particular interés en el desarrollo de un entorno universal favorable a la democracia». Quienes piensan que los EEUU exportan la democracia a todo el mundo, son, a mi juicio, unos auténticos fanáticos totalitarios y belicistas, muy comparables a los yihadistas que se creen enviados de dios, o a los sionistas.


Por ello, o la lucha de clases la gana el proletariado, o pierde la humanidad.

Por cierto, no soy de los que simpatizan con partidos o nombres oficiales de repúblicas que contengan los términos "socialista" o "comunista", sólo por contenerlos. Es un criterio sectario.

Menciono el tema para hablar finalmente del socialismo en Cuba, tan criminalizado en los noticiarios de todo el mundo.

Según Dahl, y Huntington, y algunos profesores dichosos de la UCM, Cuba es una "cruel dictadura comunista". Dicen que como en Cuba hay unipartidismo, no hay democracia –supongo que es difícil esperar otra cosa por parte de quienes piensan que el pluripartidismo asegura la democracia—. Algún "despistado" por ahí (alguno profesor, incluso) dice que la política cubana es mentira porque sólo puedes votar al Partido Comunista de Cuba (PCC). Y también que no existe la libertad de opinión.

Mentiras fabricadas para criminalizar, no los errores que pueda tener la política de Cuba –no entro a valorarlos, ni siquiera a conocerlos en este preciso instante, quizás porque todo lo que "comunica" la privatizada prensa occidental es sólo propaganda y sea difícil obtener fuentes fiables—, sino uno de los referentes principales de la revolución obrera y un ejemplo de la resistencia contra el belicismo norteamericano. Las ideas socialistas de los cubanos les empujaron a la revolución y al derrocamiento de la dictadura de Batista, herramienta made in USA para reprimir precísamente dicho programa socialista.

En el ámbito educativo –también en la UCM—, se enseña que en Cuba "te dicen que eres libre de elegir pero que sólo tienes para elegir a un partido"; una especie de timo. También se enseña que la propiedad (privada) es un derecho (natural). Eso es lo que el alumnado piensa cuando sale de allí. No me sorprende en absoluto, pero qué menos que mencionarlo.

En Cuba los ciudadanos votan en la Asamblea Nacional del Poder Popular, a candidatos independientes que pueden o no pertenecer voluntariamente al PCC, que no es un partido político electoral ni tiene funciones electoralistas. No obstante, la afiliación voluntaria al PCC es tan enorme que la mayoría de los candidatos al parlamento cubano suelen ser del PCC. Es decir, en Cuba no votan al PCC, votan de entre un espectro plural de candidatos que se presentan libremente a las elecciones.

Suelen añadir los anticomunistas que esta afiliación voluntaria es producto del "deseo desesperado" de los cubanos de elevar su nivel de vida.


Dudo mucho que la ciudadanía cubana sea estúpida. Desde 1962, los cubanos llevan pagando el precio de elegir su Constitución y el futuro de su país con la escasez y la precariedad, tras hace más de 50 años de bloqueo imperial. Los detractores suelen estar muy confiados con sus opiniones sobre Cuba a pesar de que en occidente es prácticamente imposible el contraste de información sobre este tema concreto. La versión de la afiliación masiva al PCC para elevar su nivel de vida no tiene mucho sentido cuando la afiliación, también voluntaria, a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) que realizan labores benéficas y sociales, como el mantenimiento de calles, también es masiva y no está remunerada. No es de extrañar que los proyectos socialistas despierten entusiasmo en las clases populares y en el proletariado en especial. Nos lo ha demostrado muchas veces el orgulloso pueblo venezolano en cada golpe de Estado derechista y ultraderechista, saliendo a la calle para defender su democracia.


Los medios de comunicación privados dicen que hay "censura" cuando no se pueden inventar barbaridades y noticias falsas con afán manipulador y criminalizador. En 2002 –la manipulación mediática internacional de la que hablaba antes, viene mencionada ahora—, todos los canales de comunicación de entidades privadas retransmitieron el golpe de Estado de Pedro Carmona en Venezuela, pero no retransmitieron al gobierno legítimo proclamando que todavía resistía. De hecho, uno de los primeros objetivos de los elementos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana leal al régimen constitucional y al Gobierno democrático de Hugo Chávez fue retomar los edificios de las cadenas públicas, aquellas cuyas noticias están libres de la injerencia de los poderes económicos en la libertad de información que debieran caracterizarlas siempre, no sólo en Cuba o en el único canal estatal venezolano que los golpistas trataron de censurar militarmente.

No es el único caso, ni mucho menos. Otro, fueron las noticias inventadas que decían que una manifestación bolivariana, en pleno transcurso del golpe de Estado patronal de 2002, disparó a una muchedumbre indefensa. Eran momentos tensos en que los líderes de la irresponsable oposición al PSUV, dirigieron una manifestación hacia el Palacio de Miraflores, a sabiendas de que iba a terminar en enfrentamientos armados entre defensores del régimen constitucional y partidarios del golpe; la oposición incluso estaba dispuesta a la guerra civil.

Otra grabación que salió a la luz posteriormente, mostró un plano más amplio de los acontecimientos que fueron utilizados como matriz del ataque mediático: la manifestación bolivariana no disparaba absolutamente a nadie, sino al aire. Ninguna cadena "libre" (privada) pidió perdon o se disculpó.

Esta manipulación, realizada de forma muy habitual por los medios de comunicación privados, la desvela quien fuera el propio Jefe de Producción de la cadena privada Venevisión, Andrés Izarra [16]: "La cámara que estaba en ese edificio perpendicular a Miraflores, era una cámara de Venevisión, y ellos capturan las imágenes cuando desde el puente disparan [los chavistas]. Ahora, no sabemos realmente... presumimos que disparan contra la manifestación [convocada por la oposición] pero no vemos, ahora, sí se ve que esa gente que está en el puente [manifestación chavista] se está agachando, se está cubriendo presumiblemente de los disparos que les están llegando [francotiradores; en Ucrania también los contrataron los líderes de la revuelta euromaidanista [17] ]. Ahora, nosotros no hicimos ningún esfuerzo por averiguar qué era lo que estaba pasando sino que ya a priori, condenamos, y se manipuló. Y esas imágenes se repitieron una y otra, y otra, y otra vez para decir que el chavismo había asesinado, o era el principal culpable de la masacre de Caracas".

Es obvio decir que, finalmente, debajo del puente de Miraflores, es decir allí donde la prensa privada simuló que había "pacíficos" manifestantes antibolivarianos, no había nadie.

Merece la pena ver el documental completo [18] y no sólo la confesión de Andres Izarra, para percatarse de que en donde está implantada la censura/filtración mediática masiva es en el resto del mundo; fuera de Cuba y de los canales públicos venezolanos. Merece la pena verlo para percatarse de algunas de las estrategias de los capitalistas para dar golpes de Estado en países democráticos; para poder defender las democracias de la brutal agresión del los poderosos.

No, en Cuba, de lo que no eres libre, es de crear medios de comunicación antidemocráticos, esos en los que hay un propietario no elegido por nadie, esos cuyos propietarios están ahí sólo porque tienen más riqueza que los trabajadores a los que emplearían.

Sencillamente, es inconstitucional. Cuba garantiza el derecho a una información digna, entre otros muchos derechos

Cuando hablamos de socialismo, ¿dónde está esa libertad de expresión de la que tanto alardean sus detractores? 

La democracia deja de ser aceptable para el poder cuando los esclavos adquieren la conciencia de liberación de las cadenas de la ideología dominante: en ese momento, las peores artimañas y manipulaciones antidemocráticas del capitalismo se generalizan, y este último busca una salida sustituyendo las anteriores cadenas ideológicas, por otras basadas en la tecnología, la tortura, la represión de la disidencia, y las peores barbaridades humanas.




Referencias:

[9]: https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=mrG_UZibwbU . Véase este documental; la pega es que está en inglés. Pero es muy recomendable.