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Espacio de producción propia, reproducción ajena y discusión de teoría analítica sobre estructura, relaciones y cambio sociales, y de difusión de iniciativas y convocatorias progresistas.

domingo, 21 de noviembre de 2021

La "perroensa" y sus dueños contra los trabajadores y el derecho a la huelga

No, esto no huele a 15-M, antes de que lo digáis,
ni estos obreros parecen unos pijos de clase media

Por Arash

En otras ocasiones he expresado la inatajable distancia que siento no ya hacia el arco institucional y parlamentario, sino hacia el conjunto del actual espectro ideológico político y mediático, incluida, sin confundirla ni asemejarla ni mucho menos con la amenaza potencial del fascismo viniente, la parte pretendidamente alternativa y anticapitalista que se autoubica tanto dentro como fuera del eje izquierda-derecha, o sea, en la izquierda y fuera de ella.

A los que están convencidos de que algo pueda ser apenas lo que se dice sobre sí mismo (nombre personal, símbolos y banderas que se enarbolan, declaraciones, autorías como recurso de autoridad y adherencias a las mismas, formas en definitiva) en vez de lo que se demuestra con sus actos (contenido) y por eso les rechina algo de lo anterior, quizás les vendría bien tener en cuenta que como la izquierda, tercerposicionismo no es lo mismo que comunismo, si es que existe este último como voluntad aunque sea meramente intencional, y a la vez ajena tanto a la liturgia como a la simple búsqueda de fama y seguidores en el twitter o de salidas profesionales en alguno de los tantos diarios digitales existentes.

El tercerposicionismo es y será, como ha sido siempre, una fullera ocultación de las contradicciones económicas y sociales presentada como superación, que fue reproducida ampliamente en este país y de manera pionera por la esotérica lógica quincemayista. Aquella búsqueda de las "esencias" de la democracia, que los "indignados" buscaron en la proporcionalidad como quien encuentra la solución a la calvicie en el equilibrio de los chakras, tuvo importantes remembranzas con el planteamiento radical del liberalismo italiano de principios del siglo pasado, en el que ya se canalizaba la frustración existente hacia "los políticos", mientras los empresarios y el capitalismo se iban de rositas.

Por su parte, y pido disculpas a las dispersas excepciones que confirmen la regla por mi recurso al tiempo verbal condicional, el comunismo sería una comprensión de la realidad del capitalismo, partiría pues de la existencia de la propiedad privada y la separación entre productores y medios de producción, y por lo tanto, de intereses económicos y sociales irreconciliables y contradictorios, aunque no sea lo mismo que esa liturgia, ni que esos diarios digitales, ni que esos twitstars o youtubers. 

Se puede hacer demagogia y exaltación de la personalidad hasta refiriendo la lucha de clases, incluso mencionándola y aludiéndola explícitamente. Haya o no haya quienes estén a la altura de lo que se nos venga, que seguro que no son esos pretendidos campeones de la "lucha" en las redes sociales aparecidos hasta debajo de las piedras, hay y habrá quienes expresen dichas contradicciones materiales, y quienes traten de manipularles por lo puramente egoísta. 

Es parte de lo que deben lidiar los obreros del metal en Cádiz, y otros trabajadores de otros puntos del territorio del Estado, de otros sectores diferentes. Los que como ellos aceptan el reto de ir contra la corriente y la tendencia corporativista de nuestras sociedades se encontrarán sólos, a no ser que les dejemos despertar la solidaridad, o sea, con otros en su misma condición de ser objeto de la explotación, más allá del sector y de la región en los que estalle la protesta de aquí a los próximos tiempos.

Entre quienes tengan justo enfrente de la barricada que levanten, se encontrarán los distintos bomberos al servicio del pacto social y los perrodistas de la información, que merecen su mayor desprecio por la absoluta bajeza moral de sus líneas editoriales y por la actividad cómplice que están desempeñando intentando neutralizar, incluso criminalizar unos derechos que tenemos y la práctica totalidad de las veces no estamos ejerciendo.

A la mayoría de estos adversarios les interesa desviar cualquiera de estos estallidos laborales y sociales hacia todo lo que sea ajeno, por incompatible, con el cuestionamiento del salario y la centralidad del trabajo en las luchas, y mientras no puedan conseguirlo tratarán de deslegitimarlo por cualquier medio y con mucho "rigor" perrodístico, por ejemplo con propaganda sobre niños que se quedarán sin el regalo de los Reyes Magos o el Olentxero por navidad o sobre viajeros que pierden un avión. 

En esto, toda esta "perroensa" de Público, El Diario y alguna más se parece a la propaganda de Antena 3 y esos soplapollas de Facua. Por cierto, cuando les llamo soplapollas a estos últimos no es porque tenga algo en contra de tal práctica por parte de nadie, sea este heterosexual u homosexual, orientaciones que respeto igualmente y hacia las que me siento plénamente tolerante.

Lo digo no vaya a ser que alguien me diga que soy un cretino. Es símplemente que esos de Facua "exigen" servicios mínimos incluso en huelgas de la administración pública que ya tienen unos de hasta el 90 % que revientan cualquier huelga, y por eso les llamo soplapollas, que es lo que son.

En cuanto a los uniformados que van a golpearles a los obreros que luchan estos días, me pregunto si es que las pelotas de goma que llevan consigo cuando "pasan por allí" son para ir a echar un partido con sus "compañeros" en algún frontón municipal de Cádiz, y si no merecerán alguna expresión de rabia en caliente por parte de quienes van a ser violéntamente reprimidos, porque hacer barricadas no es violencia, figuras de la "perroensa" y el activismo para gilipollas. Cualquier marica con mucho orgullo de serlo y con conciencia de clase no le habría dado mayor importancia, desde luego no como para aprovechar a difamar contra la protesta, y seguramente tampoco como para insultar a quien dice algo malsonante en un momento de tensión.

El cuestionamiento del salario y la centralidad del trabajo en las luchas es fundamental. Trataré de ser escueto: el salario es una relación, no dinero que se obtenga porque sí y para lo que sea. Se trata de lo que se recibe a cambio del tiempo que activamos nuestra fuerza de trabajo para los empresarios, y que necesitamos para consumirlo en la forma de cualquier bien o servicio, sea este privado o también público, como las vacunas que hemos recibido muchos contra la covid. 

Por eso, si recibes el doble de dinero por trabajar el doble, o la mitad por trabajar la mitad, el salario no varía. Siempre que la cantidad de dinero recibido a cambio, varíe de manera diréctamente proporcional al tiempo de trabajo por el que se desempeña, el salario permanece inalterado, constante. El dinero que te ingresan en la cuenta, que antes era en metálico y antes aún en especie, es el salario en efectivo.

En efecto, el salario se lo han estado ahorrando cada vez más los empresarios durante los últimos cuarenta años, ya sea aplicando dicho ahorro sobre las nóminas, ya sea flexibilizando la relación laboral, o ya sea mediante determinadas tácticas y movimientos macroeconómicos que no se reflejan en los convenios, sobre los que ahora no me detendré, aunque los cite como parte de los principales ejemplos. 

Sé que a la mayoría seguirá sin entrarle en su dura mollera sedienta de ilusiones o esperanzas en vena, pero cuando los obreros del metal en huelga y otros trabajadores luchan por lo suyo de esa manera, defendiendo el empleo y exigiendo un convenio que reconozca la actualización de sus remuneraciones, están luchando también por lo de todos los demás. Si son un ejemplo es precísamente porque se mueven en lo que le hace daño al beneficio capitalista, que es en donde uno debe dar la cara y se la juega de verdad, no en el puñetero twitter de las pelotas, que sólo es el estercolero en el que algunos buscan notoriedad y seguidores.

¿Por qué creéis que los mismos que no han revertido ni revertirán ninguna de las externalizaciones y recortes de plantilla y medios en el sistema nacional de salud, los mismos que han impuesto la mochila austríaca, el sistema estadounidense o las pensiones individuales, que son la rentabilización del sistema público de pensiones (el de la SS) por los bancos y las aseguradoras, los mismos que están amortizando plazas en la administración pública o sacando como OPEs las que ya están ocupadas por los temporales y las interinas, son los mismos buhoneros y vendeburras que ahora están soltando mierda contra los huelguistas del metal en Cádiz o que dicen que los que necesitamos trabajar para vivir tenemos que fiarnos de su gobierno? 

Todo lo que tenemos, además de a nosotros mismos en carne y hueso, es salario. Menos salario, pues menos se podrá tener para cuando te pongas enfermo, te agarre una depresión, te vuelvas viejo, tengas que cuidar a tu abuela o a tu tía, seas padre o madre, puedas permitirte la maravilla de tener un crío o símplemente termines la jornada en la fábrica o el almacén de tu jefe a las doce de la noche y cuando vayas a descansar en una jaula de treinta metros veas que no tienes ni para limpiarte las posaderas.

Por eso son un ejemplo, porque señalan con su lucha el camino de los demás trabajadores, no todos esos que persiguen hacerse famosos, ni tampoco quienes están pensando en cómo ponerles freno y sordina desde el minuto cero, antes de seguir jodiéndonos la vida con sus reformas y recortes contra el salario, sea en su forma directa, indirecta o diferida.

viernes, 12 de noviembre de 2021

El "comunismo" en manos de unos y de otros, y el asco que me da todo

Por Arash

Hasta hace dos fines de semana, muchos individuos sin demasiado criterio propio, de cualquier sexo y género, estarían muy ocupados en amar y odiar a Irene Montero porque eso es lo que se establecía en la agenda impuesta por el poder mediático y corporativo. Se la sudan las mujeres aquí y en Afganistán, tanto como que ciertas muyahidinas de alma podrida y cerebro putrefacto "oprimidas por la islamofobia" se manifestaran en Kabul el pasado mes de septiembre para manifestar su apoyo a quienes hacen desfilar cadáveres colgados de grúas móviles, con el fin de amedrentar a las mujeres y a los hombres que lideran la resistencia contra su régimen integrista en la clandestinidad.

De los forofos del "mal menor" en la tasca y el teclado, dejando ya el mercado que abastece la materia prima de la droga y volviendo a este putiferio económico aún distante del horror que toma forma en la periferia, espero escuchar y leer muy pronto que la próxima reforma de Yolanda Díaz no estará tan mal, cuando les den la señal para pronunciarse en defensa de sus queridos salvadores, como hicieron con el "mínimo vital" antes de que tras su fracaso (la gran mayoría de sus solicitantes ni siquiera lo han recibido) desaparecieran misteriosamente en el pantano virtual de las redes sociales. 

Entre otras cosas dirán algo así como que sus referentes están en coalición, y que por lo tanto no todo depende de ellos ni de las carteras ministeriales o consejerías que dirigen, como hicieron con Ada Colau por haber estado tirada en el suelo prometiendo vivienda digna y luego haber promovido contenedores ya desde el ayuntamiento. La inclinación y el seguidismo hacia las duras políticas antisociales (energía, vivienda, salud, pensiones, trabajo) del gobierno progresista seguirá generando esa misma confusión y desconcierto que ha estado alimentando a las opciones que representan la tendencia más salvaje. 

No es que esta fosa séptica y delictiva de Vox y similares sean lo mismo o uno de sus apéndices, que no lo es ni de lejos y el que crea lo contrario es un analfabeto político, es que cuanto más hacia ellos muchos menos escrúpulos para mentir, y si la izquierda también nos está jodiendo poco a poco la vida a la clase trabajadora en Europa y en Latinoamérica (a los que sólo podemos vivir de nuestro trabajo) mientras insinúa estar rompiéndose los huevos por nosotros, entonces no hay nada que les impida a los otros hacerlo todavía más y mejor, con tal de alcanzar el gobierno para pisar aún más el acelerador e imponer la mano dura, ante los más que previsibles estallidos sociales. Teniendo las cosas claras, a ninguno nos interesa que suceda eso, aunque se lo hayan puesto en bandeja.

Mientras tanto, todo lo que veo que no forma parte del espectro "oficial", que es lo que se considera alternativo a la institucionalidad más o menos reconocida, o incluso "antisistema" sea lo que sea que signifique eso, se reparte entre los simpatizantes de los agitamanitas de aquel soufflé indignado de asambleas místicas y simulacro democrático de poder "ciudadano" hace ya unos años, que decían aquello del "sin banderas", y por otro lado, en los que no alejan las que enarbolan ellos ni toman distancia de los portaestandartes humanos de los desfiles de retratos, que en cierto modo son, lógicamente, la expresión última y más acabada del sectarismo.

A un lado tenemos a los libertarianos, que intentan colarnos, mientras se descojonan de risa, un "futuro" lleno de huertos urbanos y decrecimiento, bicicletas y patinetes eléctricos para trabajadores pobres, economía circular y por supuesto ese ataque bestial a gran escala contra nuestra clase que es la transición ecológica, a la que no se duda en calificar como "social", y que es solo una parte del estiércol que los comehierbas de sus discípulos siguen empeñados en confundir con la tradición solidaria.

A otro tenemos a los socialpatriotas, respecto a los que no parece muy aclarada cierta amalgama de proyectos fallidos que jamás lograron ser partidos de clase sino infinitesimales divisiones en la clase, que es diferente. Si yo fuera miembro de alguno de ellos de ninguna manera me sentiría ofendido por reconocer su alejamiento con respecto a la realidad de millones de explotados, sino que trataría de preguntarme por qué motivo es así a pesar incluso de la que ha estado cayendo todo este tiempo. 

Los primeros tienden a reírles las gracias al PSOE y a Unidas Podemos, quien sabe si porque están retraídos o se dejan intimidar por los cerdos voxemitas o todo lo que les rodea, o creen que se les puede combatir justificando y embelleciendo las recetas del actual gobierno. Empezaron creyendo que la movilización de los jubilados y pensionistas era "lo del IPC" y poco más, porque se enteraron de aquella cuando a los diarios digitales progres les empezó a interesar, que es justo después de que empezara a tomar fuerza en las calles antes de que la dividieran, y del mismo modo que aquellos partidos han estado tratando de neutralizar la protesta que comenzó a denunciarlo en el minuto cero, terminarán por tergiversar los auténticos objetivos que persiguen todos quienes subscribieron el Pacto de Toledo.

Otros, envalentonados, compitiendo con la extrema derecha por la idea de la patria en lugar de enfrentarla, o como algún iluminado del facebook, del tonter y el youtube, que está convencidísimo de haber leído en el "Manifiesto Comunista" la divulgación de una identidad de país entre los explotados y los oprimidos. Nadie mínimamente enterado de lo que trata el marxismo diría, ni harto de grifa, que quienes creen que Marx o Lenin defendieron patriotismo alguno, cosa que jamás hicieron, son capaces de distinguir entre organizar procesiones y organizar trabajadores. Otra cosa es rendir culto al solitario, claro está.

No me engaño al respecto, tengo bastante claro lo que significó con respecto a la revolución de octubre. En ningún caso le confundiría ni por asomo con el de la "solución final", como hacen a propósito tantos neofascistas y liberales disimulados o declarados que equiparan la URSS con la Alemania nazi, que son una panda de miserables ignorantes dispuestos a triplicar la población mundial del baby boom con tal de atribuirle víctimas a sus cabezas de turco. Pero ese es otro tema.

Ya les vale a algunos con sus guerras doctrinarias, que lo mismo hablo también de los trotskistas, o qué os pensáis. La conclusión que he sacado es que librar esas batallitas tiene que ser más cómodo que estar en los frentes de lucha más que para enseñar una insignia, para comprender en qué consiste la naturaleza concreta del conflicto capital-trabajo allí donde brota por las circunstancias, para entender la génesis y el desarrollo de las diferentes tendencias e inclinaciones en el mismo. Nada de eso es lo mismo que diluirse en cualquier porquería sin tener criterio para discernir, ni tampoco es lo mismo que teñirse de ningún color.

Lo más preocupante es que, sin existir una alternativa creíble frente al capitalismo en descomposición, que solía llamarse socialismo y comunismo, el socialismo y el comunismo han sido convertidos tanto por unos como por otros en una vulgar retórica, de la que sin embargo se aprovecha un fascismo que divulga odio al semejante y anticipa el próximo llamamiento caudillista al mantenimiento del orden.

Eso es lo que ven, allí donde dirigen su mirada contaminante, el señorito burgués de Don Rodrigo, y la señorita muy jústamente "exiliada" (por terrateniente) de un país ni de coña socialista, perteneciente al mismo partido medieval que aquel: comunistas por todas partes. Incluido este gobierno que pacta con energéticas verdes, bancos y aseguradoras, y los empresarios en general a través de los sindicatos corporativos, para quienes reformarán una vez más el mercado laboral, como han hecho con las pensiones. Hasta un perroflauta cagando margaritas sería comunista para estos dos "tipos", dirigentes de una organización de clara orientación criminal.

Por lo tanto no, no son iguales, y tremendo despropósito inaceptable el de quienes están convencidos de que hay que confundirles con los otros. Lo que me parece significativo, sin perjuicio de ello, es su coincidencia al respecto de ese supuesto regreso del "fantasma" que un día se cernió sobre Europa, y que hoy está tan emputecido en boca de quienes dicen que lo defienden y quienes lo atacan sincéramente, a un lado o al otro, dentro y fuera del parlamento, incluso siendo libertarianos o socialpatriotas. El ministro de consumo, que recientemente ha promocionado un libro oficial sobre cómo cocinar verduras baratas, dice que es comunista. De la ministra de trabajo y vicepresidenta segunda del gobierno se dice también que es una transgresora comunista, y en este otro caso se dice que está preocupada por "las mujeres".

El pasado día 28 de octubre, por cierto, hubo convocada una huelga general sectorial para exigirle al gobierno que aplique la directiva comunitaria 1999/70/CE, que según el Tribunal de Justicia de la Unión Europea debía ser traspuesta a la legislación española, de manera que las administraciones responsables fuesen sancionadas por abuso de la temporalidad en el sector público. La respuesta del gobierno a esa sentencia europea fue acordar con UGT, CCOO y CSIF la reducción de la temporalidad mediante OPEs en las que se convoquen plazas que ya están ocupadas.

El gobierno pretende "estabilizar" las plazas en vez de estabilizar a los cientos de miles de trabajadores que quedarían en el limbo y serían despedidos cuando sus plazas fuesen reocupadas, en lo que sería un ERE ilegal y el más grande de la historia. Este falso proceso de estabilización es la negativa a reconocer su contratación en fraude de ley durante años, por lo que los despedidos tampoco serían indemnizados. Además, por si determinadas centrales sindicales no tuvieran suficiente con lo que ingresan por ser accionistas en compañías de seguros y cómplices en la privatización de nuestras pensiones, estas obtendrán muchos más beneficios mediante los cursos preparatorios para esas OPEs, y luego dirán que es para defender a los trabajadores.

Lo que pretenden el gobierno y sus organizaciones es, como siempre, dividirnos en las mil y una formas que hagan falta: entre trabajadores jóvenes y de mayor edad, entre pensionistas y desempleados (mochila austríaca y "mínimo vital"), entre perceptores de prestaciones contributivas y no contributivas (reconversión de la SS en asistencialismo), y muchas más que con frecuencia no se quieren reconocer abiértamente. 

Hacen las cuentas de la lechera, nos intentan marear con malabarismos en los presupuestos estatales, enfrentan distintos conceptos de la cobertura social en los extremos de una misma balanza de gastos. A eso se refieren cuando hablan de "no dejar a nadie atrás". Se "olvidan" del empresariado y sus beneficios, y de vez en cuando tienden a equiparar las condiciones materiales de todos los trabajadores a la baja, tras haber atacado con alguna de sus reformas las de un sector determinado, para evitar la solidaridad de quienes no quieren enterarse de qué va el rollo.

Hay egoístas e insolidarios que creen que este tipo de convocatorias, como la mencionada huelga del pasado 28 de octubre no va con ellos, que los mayores de anteriores generaciones son unos "privilegiados" o que prejubilarse es un "lujo", que se la pelan las pensiones porque han aceptado que "vivimos demasiado", o que tienen un problema con determinados subsidios sólo porque no son ellos quienes los reciben, poniendo de relieve cómo el individualismo alcanza mucho más allá de los del gusano dorado. 

Sea como sea, en muchas de esas administraciones públicas, hasta tres cuartas partes de las plantillas interinas y temporales están formadas por mujeres, y si a las de este gobierno tampoco les importan más que cero o nada, me parece a mí que buena parte de las demás feministas, pertenezcan o sean ajenas a los partidos que lo ostentan, ni siquiera se habían enterado de esta huelga. ¿A que no?

Todo depende de cómo entiendas la igualdad. Si crees que como hay hombres empresarios, directivos y ejecutivos en nómina de grandes compañías, también tiene que haber mujeres en esos mismos cargos, entonces a lo mejor apoyas una huelga feminista como las últimas del ocho de marzo, contra los "techos de cristal". A más de una persona cobarde he conocido por ahí que se calla lo que piensa aunque sepa que debe decirlo en un momento dado. Del mismo modo, una hipotética revolución tampoco pasaría por ignorar nada de lo que le sucede cotidianamente a la clase trabajadora.

El retirado que un día personificó en su figura la ilusión de un cambio, que era la confusión de la de los trabajadores por llegar a final de mes con los intereses personales de una clase media de acomodados universitarios que se colocaron bien (15-M), dijo que también fue comunista, y que luego dejó de serlo, no fuese que algunos se pensaran que alguien iba a expropiarles el bolso a sus señoras, algo sobre lo que no hay duda de que siempre estuvieron muy tranquilos en el hotel Ritz. Los fascistas, por supuesto, corroboran la condición comunista de las izquierdas, y dicen que vivimos en esa dictadura social-comunista que tanto les aterrorizaría. 

No viví el final de la momia postrada en la cama, pero siempre he tenido claro que me bastaban mis ojos y mi cerebro para seguir entendiendo mejor lo que implica y significa el fascismo, tratando de aprender también lo mejor que puedo del ejemplo de esa generación que lo combatió en el pasado. Adoptará nuevas formas porque se está reinventando, y es verdad que cuando regrese vamos a flipar.

El camino para detenerlos es la organización de los trabajadores en activo, pensionistas, fijos, temporales y desempleados; la organización de todos nosotros como clase, porque todos necesitamos defender el empleo y cuestionar el salario, que es literalmente todo lo que tenemos además de a nosotros mismos en carne y hueso, al menos mientras sigamos teniendo que buscar la manera de vender nuestra fuerza de trabajo para vivir. Ahí es sin duda donde más les duele que les golpeemos, y donde unidos en la acción se podría recuperar la iniciativa en nuestro favor, pero nadie nos va a obligar a combatir nada por lo que no estemos combatiendo aún. 

Mañana acudiré a una de las concentraciones y manifestaciones de jubilados y pensionistas que hay convocadas para ese mismo día por la mañana en diferentes localidades y puntos del Estado español, que en mi caso será Madrid, para denunciar esa odiosa separación de fuentes, sin olvidar que muchos de quienes pretenden que nos olvidemos de esta y tantas otras cosas, que estarán cerca, fueron quienes dividieron una vez más la protesta obrera.