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Espacio de producción propia, reproducción ajena y discusión de teoría analítica sobre estructura, relaciones y cambio sociales, y de difusión de iniciativas y convocatorias progresistas.

domingo, 22 de mayo de 2016

Recuperar el protagonismo de la clase trabajadora significa recuperar el significado de la lucha contra el fascismo

La contramanifestación superó con creces la del HSM
Por Arash

Ayer día 21 de mayo de 2016 acudí, a título individual, a una contramanifestación de gran afluencia juvenil, en la que estuvieron presentes diversos colectivos de la izquierda "radical" y alternativa, con motivo de la manifestación convocada por la "organización comunitaria" xenófoba y de extrema derecha Hogar Social Madrid. Se del ambiente que suele haber en esta clase de convocatorias. Esta fue más animada de lo que esperaba, pero en cuanto percibí que algunos estudiantes comenzaban a sentarse en el suelo de Sol, donde terminó la convocatoria, me marché escopeteado e inmediatamente de allí, a sabiendas de que el acto contra el HSM había terminado definitivamente.


No se por qué, me quedé sorprendido, ya de nuevo en casa y sin percibir hostigamiento alguno de los elementos fascistas y camisas negras que se encontraban "de cacería" por los alrededores de la multitudinaria contramanifestación, cuando comprobé lo selectivos que habían sido los principales medios de comunicación en el ejercicio de la tarea que tienen encomendada. En realidad ya lo había hecho antes, al haber visto cómo estos mismos se comportaban ante protestas de contenidos y consecuencias muy diferentes: la práctica censura de la Huelga General del 14N y de los sindicalistas, trabajadores y jóvenes represaliados por el Estado burgués, como el joven vallecano Alfon, en contraste con los campamentos del 15M, que gozaron del mismo favor y cobertura mediática de la que gozó alguno de los partidos que trataron de representar (y lo hicieron en gran medida) las demandas y la ilusión de aquellos.

Pero en esta ocasión, los principales medios de comunicación se hacían eco en sus primeras planas de la convocatoria fascista y no de la contramanifestación "alternativa", algo repugnante por su parte, por cierto. Me vino a la cabeza, no por casualidad pero siendo consciente de las distancias correspondientes entre ambos fenómenos, el picazón que se pillaron los dirigentes podemitas cuando el mass media, después de haber sido su "fiel" amigo de campaña electoral, comenzó a ignorarles. Tan sólo estaba recordando que todos aquellos productos sociales inconsistentes y amorfos (y lo que desde hace tiempo usurpa el nombre de la izquierda lo es) sólo son herramientas, y como tal pueden ser utilizadas de diversas maneras, algo imprevisible como lo es un pollo sin cabeza o una hidra de cinco cabezas: pero en el escenario del sistema capitalista, productos inconsistentes como aquel, herramientas sueltas sin un proyecto político que las utilice, sólo pueden ser destinadas a convertirse en cómplices de la dominación de las clases propietarias, y a ser instrumentos de las clases sociales que tienen el poder.

Las Unidades de Intervención Policial (UIP) se referían a su calurosa presencia, en el mejor de los sentidos, en la manifestación fascista del HSM, tal y como expresaron ellas mismas en las redes sociales, como un apoyo para "proteger el derecho a manifestarse", mientras se referían a la cabecera de la manifestación alternativa como una manifestación "de la izquierda radical".







Más allá de las simpatías, nada novedosas, que destilan las UIPs por la extrema derecha de este país, así como por la carga morbosa y provocativa de sus declaraciones al respecto de ambas manifestaciones, la declaración referente a la contramanifestación no dejaba de tener un "fondo de verdad" que en absoluto significa que una muy justa convocatoria contra la xenofobia del Gobierno del Estado español y los grupos que operan en su sistema de alcantarillado, representase ahora ni nunca peligro alguno para la seguridad pública ("subversión", dirían en el franquismo), que es el mensaje que el órgano de represión de la disidencia y neofranquista del Cuerpo Nacional de Policía (del Reino de España) realmente estaba difundiendo en las redes.

El fascismo es sinónimo de violencia sistemática, de exterminio y de genocidio contra la humanidad, como ha demostrado la historia y como se deduce de su ideología de odio e irracional, y la expresión de ideas fascistas en las calles no es el ejercicio de ningún derecho porque la finalidad de las mismas es convencer al pueblo de que derechos y libertades son negativos y deben ser abolidos, y el pueblo no debe permitir bajo ningún concepto la propaganda de tales ideas. Por eso, una vez más, el Gobierno y el Partido Podrido han demostrado su complicidad criminal con estos grupos.

Pero es cierto que la izquierda lleva mucho tiempo atravesando una enorme crisis, especialmente desde los años 60, y agravada a finales del siglo pasado, y como resultado de ella las verdaderas luchas de las que podíamos esperar resultados perdurables en el tiempo, incluso las meras luchas de resistencia ante las agresiones de la clase dirigente, se han debilitado gravemente, y la lucha contra el fascismo no es una excepción, por desgracia. El crecimiento de la xenofobia, el racismo y el fascismo, lo corrobora.

El abordaje teórico que el antifascismo hace del fenómeno autoritario y liberticida contra el que se opone, es frecuentemente pobre y desafortunadamente estático. El antifascismo procede de una sana y combativa tradición de lucha de generaciones pasadas que vivieron el golpe de Estado de 1936 contra la legalidad republicana, la expresión explícita y cruda que adquiriría la lucha de clases hasta el final de la guerra, y la represión franquista de la posguerra y la lucha obrera por los derechos y libertades democráticas de la década de 1960 en España, pero el carácter normativo que este ha adquirido en su estado actual, no es ni mucho menos suficiente para detener a la bestia.

La manera en que la juventud comprende a día de hoy, en términos generales, el fenómeno del fascismo, sólo permite detectarlo a través de la identificación de sus símbolos y eslóganes históricos. Pero si algo nos ha demostrado el Euromaidán ucraniano y el trágico genocidio del pueblo antifascista de Odessa, o el movimiento italiano de las "5 estrellas", es que el fascismo de nuevas caras, el "inclusivo" con las ideologías y con quienes las sostienen, se terminará dando de la mano con el de siempre, porque este último las negaba todas ellas, siendo necesarias su existencia y confrontación para todo proyecto de transformación social, y el fascismo es un engendro que vino a este mundo de la sociedad moderna contemporánea precísamente para obstaculizarlo, imposibilitarlo e impedirlo a toda costa.

Si el antifascismo no es capaz de comprender la auténtica naturaleza del fascismo, tan dinámica y dialéctica como la lucha de clases que la explica; si no es capaz de entender que este es el producto que una pequeña burguesía en crisis, asustada por su proletarización o por la simple depauperización económica y social a la que está sometida y por el miedo de perder irremediablemente su renta, genera de manera continuada como alternativa al futuro que seguro la espera en el marco del capitalismo; si no logra visualizar que, ahora que la crisis capitalista de superproducción de mercancías se explicita de manera crónica, ese temor de caída del beneficio del pequeño capital es constante, como constante es el peligro de caída del interés del gran capital financiero del que depende; si el antifascismo no comprende que esta pequeña burguesía tiene la mirada puesta en un pasado de "bienestar", crédito "ilimitado" y consumismo que ya no volverá y que, precísamente por esa misma razón, nos guste o no, queramos admitirlo o no, suda conservadurismo por los poros de su piel; si el antifascismo no consigue interiorizar que esta pequeña burguesía, cortejada por las aburguesadas clases medias, es apoyada, publicitada y financiada por la gran burguesía industrial, comercial y financiera (y ella incluye a los medios de comunicación y manipulación de la opinión pública, los oficiales, pero también muchos de los "alternativos" que ya han demostrado de lo que son capaces), que es recíprocamente interdependiente del resto de las clases sociales explotadoras (es decir, las que extraen plusvalía); en definitiva, si el antifascismo no es capaz de terminar de elaborar y construir el conocimiento de su enemigo, entonces se terminará enterrando a si mismo y fracasará la oposición a la alternativa fascista de dominación de clase que el sistema capitalista lleva preparando desde hace unos años. Y el antifascismo, para hacerlo, tiene que romper con el "alternativismo" y el mal llamado "radicalismo"; tiene que romper con esa trayectoria de decadencia que tomó la izquierda hace tiempo, cuyas desagradables consecuencias desmovilizadoras sufriremos más que nunca a partir de ahora, cuando los capitalistas comienzan una ofensiva sin precedentes contra el proletariado en todos los frentes.

Si no logramos que los militantes del Movimiento Obrero, los futuros demoledores del capitalismo, la clase trabajadora, los que ya están sufriendo la vida que les tocará sufrir a los jóvenes del mañana de las familias trabajadoras como la de Alfon, vuelvan a ser protagonistas de las convulsiones sociales, si no logramos recuperar las luchas de transformación social, la sociedad agotará por completo su paciencia y sus deseos de mirar hacia adelante, la sana voluntad que parte importante de la juventud actual expresa de querer luchar contra el fascismo, como la vista en la última contramanifestación, será llevada hacia un indeseable callejón sin salida, y la humanidad se verá de nuevo ensuciada y estancada durante otro montón de años de exterminio sistemático.

Recuperar el protagonismo de la clase trabajadora significa recuperar al completo la lucha contra el fascismo.

lunes, 16 de mayo de 2016

Esa "cosa" a la que ustedes se niegan a llamar "reformismo"



Por Marat
[marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es]

1.-Marco general:

Conviene aclarar de qué hablamos cuando lo hacemos sobre el reformismo. A estas alturas debiera estar claro pero parece que la ideología dominante y la renuncia ideológica han hecho todo lo posible en su ceremonia de la confusión.

Hay reformistas que, para quitarse de encima la acusación de serlo, se la traspasan a otros, que no lo son. Se lo llaman a sectores desgajados de la derecha capitalista más salvaje, a esos que se autoproclaman de centro, concepto que existe en el mundo físico pero que no existe, por más que se empeñen algunos, en el mundo político y económico. Son los mismos que llaman reformistas a los que se sitúan programáticamente en la transparencia y la regeneración, en ambos casos refiriéndose a la corrupción de las instituciones políticas por las empresas. Ello no es otra cosa que legalizar las mismas estableciendo una forma de dar carta de naturaleza a los lobbys del capital.

Para muchos marxistas, en cambio, el reformismo es equivalente a socialdemocracia y/o keynesianismo. Aunque hay una confusión teórica-práctica grave en identificar ambas categorías como sinónimas (socialdemocracia y keynesianismo), estamos ya ante una acepción mucho menos errónea. Atajemos aquí la confusión tan habitual entre socialdemocracia y keynesianismo:

a) El keynesianismo se inscribe dentro de la teoría liberal y lo que parece contradecirle es sólo su carácter de cataplasma de urgencias para una situación extraordinaria que sólo funcionó hasta finales de los años sesenta del pasado siglo.

b) En cambio, la socialdemocracia de origen tuvo un programa obrero, bien que reformista, propio, que nada tenía que ver con el Keynesianismo (no había escrito Keynes su obra cumbre aún) y que no renegaba de la pretensión de ciertas formas de poder obrero. Que el segundo New Deal de Roosevelt, ya marcado por el keynesianismo, mantuviera su apoyo de la primera fase de reformas en y a los sindicatos USA no significa ni que el keynesianismo ni que Roosevelt y sus planes para atajar la crisis económica norteamericana tuvieran algo de socialistas, ni siquiera de socialdemócratas. Simplemente la administración USA bajo su mandato necesitaba alianzas políticas y sociales para remover inercias del poder de las grandes corporaciones.

c) En cualquier caso, debemos admitir que la socialdemocracia, tras Bretton Woods, abrazó el keynesianismo como su modelo económico y, a pesar de que la crisis capitalista ha demostrado que ya no hay lugar para tales recetas económicas, sigue ceñida a ese muerto porque le espanta volver a Marx.

El problema está en cuando entramos a definir qué es socialdemocracia. Aquí nos encontramos con un concepto que para muchos puede parecer perennemente fijado en la Historia, pero que en gran medida tiene que ver con la pereza intelectual de quienes manejan el término socialdemocracia o socialdemócrata y que, en mucho, señala el deseo acusar de tal cosa sin ser, a la vez, acusado de ello.

La socialdemocracia es un término histórico con un comportamiento dialéctico, en el sentido marxista del término. Los seguidores de Louis Blanc acuñaron el término. Marx en “El 18 Brumario de Luis Bonaparte” explicaría el significado del concepto:

A las reivindicaciones sociales del proletario se les limó la punta revolucionaria y se les dio un giro democrático; a las exigencias democráticas de la pequeña burguesía se les despojó de la forma meramente política y se afiló su punta socialista. Así nació la socialdemocracia”

Marx y Engels llegarían a militar dentro de la socialdemocracia de entonces porque, a pesar de todo, presentaba un grado de organización de los trabajadores que hasta entonces no se había dado. Pronto se encontrarían con los Lassalle, los reformistas de las Trade Unions británicas, los prohudonianos de última etapa, con personajes como Bernstein, a quien Engels debió vigilar de cerca sus veleidades gradualistas (cambios paso a paso, no de modo revolucionario), el cuál destapó todo el tarro de sus esencias a la muerte del revolucionario alemán, porque antes no se atrevió a hacerlo, o socialdemócratas como Kautsky o Plejanov, a quienes Lenin denunció por lo que representaban como involución dentro del movimiento socialista.

Tras la muerte de Engels, 12 años posterior a la de Marx, la socialdemocracia, que ya en el Programa de Gotha se había adentrado en una senda que abandonaba los principios revolucionarios, apenas reorientada por un Programa de Erfurt que había caído en la “democratitis” (algo muy distinto a la democracia), se iría convirtiendo en cómplice del capitalismo internacional y nacional de sus países, lo que se demostró en la I G. M,, con el alineamiento socialpatriótico de los Partidos Socialistas (PP.SS.) a favor de la guerra, y provocó la escisión que daría lugar, tras la revolución soviética, a la aparición de los Partidos Comunistas.

Tras la II G.M. algunos partidos comunistas alcanzaron gran peso político, siendo especialmente importante el caso del Partido Comunista Italiano (PCI) y el del Partido Comunista Francés (PCF), que superaban en votos a sus competidores electorales “socialistas”. Y aquí, en la competencia electoral, en el “cretinismo parlamentario” pequeñoburgués, que asume las reglas del juego del capitalismo para poder jugar legalmente, estaba la primera piedra de toque de los futuros “nuevos socialdemócratas”. La doctrina de la “coexistencia pacífica” de Jruschov, que significaba en la práctica la renuncia a la expansión de la revolución socialista mundial y la entrada en escena de lo que se denominó como la política del “toma y daca”. La disolución de la Kominform fue una de las primeras consecuencias de la política de coexistencia pacífica.

En los años 70 el PCI y el PCF, junto con sus homólogos español, japonés y británico, entre otros, se embarcarían en la aventura “eurocomunista”, socialdemocracia en lugar de una socialdemocracia que estaba dejando de serlo y que no era otra cosa que la ambición “togliattiana” de convertirse en los nuevos PP.SS. de referencia, una ambición fielmente mantenida por Enrico Berlinguer. En el PCI la teorización del “compromiso histórico” con la Democracia Cristiana (D.C,), una vez demostrado que el “sorpasso” a la misma era insuficiente, acabaría 20 años más tarde en una coalición (El Olivo) de su partido heredero (ya no se llamaba comunista) con los restos de la disuelta D.C., resultando elegido el democristiano Prodi como Presidente del Gobierno. Hoy, tras el paso por otra mafia política distinta a la democristiana, que heredó su lugar “centrista” (los diversos inventos políticos de Berlusconi), la resultante de verdes, democristianos y socialdemócratas excomunistas ha dado lugar al gobierno del Partito Democratico, dirigido por el democristiano Mateo Renzi, también secretario general de este partido. Esto de enamorarse de un partido (del PCI por parte de la dirección y los militantes del PCE) por el número de votos que logra acaba siempre en el oportunismo reformista.

Si el “socialista” Mitterrand se dedicó en su primer gobierno a hundir a un PCF socialdemocratizado en el pacto con el “programa común de la izquierda” y en el segundo a convertir a su partido en social-liberal, Tony Blair demostraría en sus dos gobiernos que era capaz de no mejorar a la señora Thatcher en su política antiobrera y de ser un asesino en Irak junto a Bush jr. y Aznar.

Y a partir de aquí, el resto de gobiernos “socialistas” se irían haciendo más y más social-liberales y los PP.CC. provenientes de la III Internacional, con la excepción del KKE y, parcialmente del PCP, que tolera a un gobierno social-liberal de austeridad en Portugal, socialdemócratas.

Allá donde los partidos comunistas socialdemocratizados o no, pero insuficientemente poderosos como para poner en jaque al poder del capital no eran capaces de tumbar a la exsocialdemocracia, luego social-liberalismo, aparecieron los trotskistas del Secretariado de la IV Internacional y sus alianzas: Syriza, con su parte exKKE y mucho trotsko, el Bloco de Esquerra (una alianza de trotskismo, maoismo y “alternativismo” antiglobalización) e Izquierda Anticapitalista (trotskismo light sin conexión con el movimiento obrero e integrado en el alternativismo). Éste último daría lugar a la columna vertebral de los primeros adherentes ciberactivistas de Podemos.

En esta etapa, el reformismo proveniente del mundo de los liberados sindicales que constituyen la “aristocracia obrera” y de los cargos públicos, ambos profesionalizados, se ha ido produciendo una nueva sustitución, está con un mayor grado de desconexión con la clase trabajadora, al desplazarla fuera del escenario histórico como fuerza transformadora de la sociedad y reemplazarla por los apetitos de una clase media real o figurada que reacciona ante el temor a la pérdida de su “status”. Los sectores más jóvenes de esa clase social son los que han tomado el relevo del viejo sindicalismo de concertación para revindicar los “buenos tiempos”. En su discurso no falta el elitismo de fondo de quien desde una perspectiva meritocrática cree merecer un destino mejor que el que le toca sufrir a los jóvenes pertenecientes a la clase trabajadora. Y desde tal posición se han erigido en los paladines de un supuesto cambio que, en el mejor de los casos, lo sería para unos cuántos miles de ellos que pasaran a engrosar el papel de burócratas político-institucionales.

La socialdemocracia es conciliación de clases con la burguesía, modelo gradualista, que nunca llega a un fin de transformación social,se apoya en una idea de “cambio” a través de las instituciones políticas, tiene una visión neutral de la naturaleza del Estado, actúa como paliativo de algunas lacras del capitalismo sin platearse acabar con él,… Pero es dinámica. No permanece siempre en los mismos partidos. Los distintos agentes que el capital ha empleado para darse una alternativa “progresista” de dominación de clase (ex socialdemócratas reconvertidos en social-liberales, excomunistas y pseudoizquierdistas transformados en socialdemócratas) se reemplaza para llevar el agua al mismo molino:

a) la desmovilización de la clase trabajadora,

b) el ciudadanismo como disolución del antagonismo capital-trabajo,

c) el pacto social, que ya ni quiere ni necesita el capital,

d) la “democracia”, en lugar del socialismo, como curalotodo del empobrecimiento que el capital produce a la clase trabajadora,

e) el protagonismo de la clase media como mensaje en el que se centran los politicastros, expresado en los términos mágicos de “ciudadanos” y “gente”, aunque esa clase media no lo es en las ¾ partes de los casos sino clase trabajadora.

f) la negación del carácter expropiador del trabajo por el capital bajo el término que lo esconde -la “casta”- ,

g) la negación de la condición de clase del Estado para colar el embuste de que gobierno es igual a poder y de que el no cambio en las condiciones de vida de las clases trabajadoras es un asunto de falta de voluntad política.

En definitiva, han infantilizado la política, convirtiéndola en un Juego de Tronos para espectadores que esperan, cómodamente, a ser salvados por el conjuro mágico del “Sí se puede” (cuando descubramos el qué será un día de fiesta, al menos nos habrán dicho “su” verdad). Ese fue el término que empleó el Emperador del mundo, Obama, en su día, para continuar con la farsa democrática para clases medias amenazadas de desaparecer, profundamente despreocupadas de la realidad que afectaba a otros que llevaban decenios descendiendo en sus condiciones de vida, hasta que ésta les golpeó a ellos en el rostro.



2.- Caracterización sociopolítica:

La base social de ese reformismo político, aunque no siempre sus votantes, se caracteriza por rasgos similares a la de los partidos y sindicatos mayoritarios europeos, curiosamente muy similares a los del progresismo político norteamericano y sus “movimientos sociales”.

Esta involución es de naturaleza ideológica y tiene que ver con varios factores:

a) El aburguesamiento desde hace decenios de las cúpulas políticas y de los sindicatos partidarios de la concertación social por profesionalización del cargo y cambio de su extracción social.

b) El aburguesamiento de sectores de lo que el marxismo denominó la “aristocracia obrera”, sectores de las clases trabajadoras mejor remuneradas y que durante los años en los que operó el keynesianismo en Europa vieron mejoradas sus condiciones de vida y nivel social mediante las políticas redistributivas y de protección social, que hace tiempo han ido acabándose.

En este proceso de derechización política y social en el que la vieja socialdemocracia se hace social-liberal y la mayoría de los PPCC, en compañía de la gran mayoría de la pseudoizquierda radical de raíz trotskista, se hacen reformistas y se socialdemocratizan, hay una relación dialéctica que se retroalimenta entre organizaciones políticas y sindicales y base social en la que ambas se sustentan. De tal modo que el parlamentarismo como meta real final y el pacto social crean una base ideológica de consenso y consentimiento en el sistema capitalista, mientras el aburguesamiento de amplias capas de la población crea en las organizaciones una actitud de acomodamiento y de renuncia a ser vanguardia transformadora, limitándose a pastorear voto político y la afiliación a los grandes sindicatos, que van siendo cada vez menos grandes. En el caso de la representación política se producen sustituciones en cuanto a qué partidos lideran el reformismo, aunque en esencia no cambie nada, sólo las máscaras de la farsa. El reformismo de los tiempos modernos es una carrera de relevos en la que las marcas políticas se van pasando el testigo para mantenerlo y servir, mejor así, al viejo capitalismo en crisis.

Tras el inicio de la crisis capitalista en Europa (llega al continente en 2008, aunque se inicia en el cuarto trimestre de 2007 en USA), las primeras reacciones sindicales contra el inicio de políticas antisociales de los diferentes gobiernos europeos (incluyendo los social-liberales), no se producen hasta 2009 (Francia), 2010 (en España y Grecia), 2012 (Italia).
Lo cierto es que esas huelgas apenas han logrado cambiar el signo de las medidas políticas de “austeridad” ni apenas han generado acumulación de fuerzas.

Tantos años ideología dominante de la burguesía, de renuncias y ausencia de lucha ideológica por las organizaciones obreras, de pacto social, de parlamentarismo burgués, de ausencia de trabajo de base, conjugado con el terrorismo empresarial y la “esperanza” en que la crisis capitalista escampe algún día, junto con la práctica inexistencia de organizaciones revolucionarias, han producido las derrotas sucesivas de la clase trabajadora en el último decenio que, sin embargo, venían de mucho más lejos.

Hay que hacer una excepción en cuanto a la voluntad de resistencia. En Grecia, aunque las huelgas no han logrado revertir las medidas del gobierno Tsipras, sí que están construyendo conciencia de clase y de lucha, formando sentido de la importancia de la militancia y el compromiso, construyendo tejido solidario. No es ajeno el hecho de que estás huelgas, la última potentísima, estén dirigidas por un suprasindicato, el Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME), de orientación comunista, que coordina a multitud de sindicatos. Éste es el sindicalismo que marca la línea de lucha, por muchas diferencias de situación de la clase trabajadora en los distintos países de la UE que existan pero que acabarán igualándose a la baja.

Quienes tienen un profundo desprecio mal ocultado hacia la clase trabajadora dirán: ¿”Y de qué ha servido tanta huelga?” Son los mismos que en Agosto de 2011 hablaban de convocar huelgas sin sindicatos. “Bastante más que agitar las manitas en las plazas”, podríamos contestarles. El resultado tras sus “movidas” transversales acabó en España un tiempo después en una gran desmovilización y en un nuevo fetiche: el de cambiar las cosas por el voto. Cabría preguntarles cuántos casos más como el de Syriza necesitarán para ver lo que da de sí el voto. En España parece que hasta que el triunfo y gobierno de la confluencia, unidad popular, paella valenciana, “gobierno de cambio y de progreso”, o como quieran llamarle cada uno de los socios al engendro, no se produzca y sus medidas no se apliquen -incluidos los 20.000 millones de € en recortes que les exige la UE- no quedará satisfecha la respuesta que necesitan recibir de los hechos. Cabe entonces interrogarse: una vez que han votado reformismo mezclado con reaccionario peronismo, si se desilusionan, ¿qué pedirán entonces? ¿Un salvador? De momento, ya se galvanizan con uno que se cree tal y lleva coleta.

En cualquier caso, a estas alturas debiera resultar bastante obvio que lo que representa la CES (Confederación Europea de Sindicatos) y sus organizaciones miembros (CCOO, UGT, CGIL, CISL, UIL, CGT Francesa, CFDT, etc.) es paz y diálogo sociales, mantenimiento dentro de la UE y, en general, todo aquello que se opone a que la clase trabajadora rompa sus cadenas con el capital. Y eso por mucho que la CGT Francesa ahora parezca radicalizarse un tanto (Ley El Khomri). En realidad las huelgas generales de este tipo de sindicalismo sólo tienen un objetivo: garantizar la continuidad como liberados de quienes ocupan sus estructuras de dirección, asegurándose la continuidad de sus sindicatos en las mesas de negociación. Una vez logrado esto, vuelven a la mansedumbre. El ejemplo de las huelgas generales de UGT y CCOO estos años, sin continuidad en las luchas, es palmario. La única garantía de éxito de las mismas era el sostenimiento en el tiempo de la movilización mediante un plan bien articulado y de alcance europeo y no una eurohuelga que, por falta de acuerdo entre los convocantes, acabó convertida en una manifestación de burócratas sindicales con globos en Bruselas (2013).

Por su parte, la base social más activa de los sectores reformistas se dedica a agitar las redes sociales, consume un neolenguaje elaborado por nuevos gurús a sueldo de medios, fundaciones y grupos semiprofesionalizados en sus organigramas, se limita a manifestarse a fecha fija o en las plazas con un discurso y unos lemas enamorados de sí mismos y la exhibición de un “ego colectivo” (soy consciente de que el ego remite al yo individual, tómese por tanto como licencia retórica) marcado por el autobombo y superávit de “momentos históricos”. Fuera de eso, nada que señalar como relevante.

El nuevo reformismo es de carácter inmediatista. El aquí y el ahora son imperativos de sus programas. Aquí y ahora que no pasan de exhibir un mero antineoliberalismo y, en el más radical de sus pronunciamientos, un anticapitalismo que no define cuál es su propuesta de sociedad. Con revertir parte, no todo de las medidas antiausteridad se conforma. Donde gobierna (Syriza) las incrementa con saña. Con mala conciencia y dolor de su corazón dirán ingenuos y cínicos a coro. Y este discurso lo reproducen sus bases.

Criticar el inmediatismo no significa no comprender las necesidades inmediatas de la clase trabajadora, sus incertidumbres vitales y problemas que, en muchos casos, son de pura supervivencia material. Muchos militantes comunistas las sufrimos en nuestras propias carnes. Pero tras el aquí y ahora se esconde la aceptación de las políticas de programa mínimo que, no alcanzando a ser siquiera migajas cedidas por el capital, a la primera de cambio en que las cañas se les vuelven lanzas en su contra, entran en las rebajas posibilistas y acaban haciendo justo la política contraria a la que decían iban a realizar, por moderada que esta fuera. Lo más escandaloso es cuando su venta a saldo de principios ideológicos y programas se hace, no desde el gobierno, sino para ganar unas elecciones.

El trabajo lento, oscuro y callado, la formación política de la base social, la lucha ideológica, la construcción de tejido militante, la creación de organización que no reniegue de su identidad de clase trabajadora, la conciencia de que sin violencia revolucionaria no caerá el sistema de dominación burgués son, para estos sectores y partidos, ideas desfasadas, fanatismos, “ranciedumbre”. Llamativamente la reideologización del pensamiento que genera “lo nuevo” (a veces tan viejo como el peronismo) provoca estados casi catárticos y espasmos de entusiasmo muy cercanos a la secta entre los fieles a esta “ilusión” colectiva.

c) Una labor de penetración ideológica, financiamiento, cooptación de líderes y patrocinio de los sectores reformistas por parte de fundaciones globalistas, think-thanks y organizaciones pantalla de los sectores liberales que han podrido de arriba abajo a partidos, sindicatos y “movimientos sociales”, proyectos ciudadanistas e interclasistas, grupos antiglobalización y de la socialdemocracia real actual.

Sobre el último punto que acabo de señalar quiero explayarme especialmente con un número lo bastante extenso de datos como para que cualquier acusación de conspiranoia demuestre que quien la hace responde simplemente a la mala fe y al consignazo propio del reformista que, al carecer de argumentos, se limita a pretender desacreditar y desalentar la lectura simplemente desde el recurso a un término infamante.

No voy a dedicarle apenas tiempo al mundo del 15M, prácticamente desaparecido tras el 15 de Octubre (15-O) de 2012, ya que lo hice sobradamente a lo largo de aproximadamente año y medio

El 15M fue lo que fue y sirvió para lo que sirvió como movimiento pretendidamente “espontáneo” que no fue otra cosa que dar voz a la clase media, real o falseada, en lugar de a la clase trabajadora, sembrar la ideología ciudadanista, interclasista y de conciliación de clases (teoría del bien común), dejar un rescoldo de pesimismo y pasividad tras su fracaso, fuera de los permanentemente “ilusionados”,  e instaurar una involución en ideológica en unas “izquierdas” que ya estaban maduras para ello.

El 15M era un bucle de ida y vuelta permanente desde el reformismo socialdemócrata al ciudadanismo y desde éste a una nueva socialdemocracia reconvertida en los que ahora “si les representan” (Podemos).

Ahora nos vuelve otro 15M, el francés, con nombre propio, “Nuit Debout”. Sobre este movimiento escribí un breve artículo (alguno hay) no hace mucho. La traducción más correcta del nombre de este movimiento al castellano es “Noche en pie”, la cuál es muy indicativa del rasgo sociológico más sobresaliente del mismo: estudiantes y pequeña burguesía que se pueden permitir el lujo de echar unas horas discutiendo de lo divino y de lo humano, más algunos parados despistados que se han ido alejando de un ambiente tan exquisito. La clase trabajadora, en cambio, no puede estarse hasta las 4 de la mañana todos los días, hora pactada con la policía parisina, porque al otro día trabaja.

Un periodista nada sospechoso de derechista, Rafael Poch, o cuando menos no más que ellos, señalaba hace pocos días en un artículo muy interesante sobre Nuit Debout titulado “El 15-M francés: entre el agotamiento y el “gauchisme””lo siguiente:

A falta de base social el movimiento parece estar cociéndose, cada vez más, en la vieja salsa de un tradicional izquierdismo parisino, en el peor sentido, leninista, de la palabra. En su Enfermedad infantil, el revolucionario ruso definió el izquierdismo como un radicalismo que corta el vínculo con las masas e impide al movimiento social implantarse (…).

En la plaza los discursos tienden frecuentemente a una poesía enamorada de sí misma. La importancia del momento es loada continuamente. “¿Cual es el objetivo de Nuit Debout?”, se pregunta François Ruffin, el periodista de Amiens y autor del documental Merci patron, que fue el primero en proponer en febrero ocupar un lugar público. “¿Se trata de combatir la reforma laboral y su mundo, o de inventar una democracia pura en 2.500 metros cuadrados en el corazón del París de los burgueses-bohemios?”. Ruffin ha insistido desde el principio en resaltar la importancia del nexo con el mundo del trabajo. “Mi propósito era trasmitir la palabra de las cajeras de supermercado de provincias, a los parados de Forêt-en-Cabrésis y a las asistentas a domicilio de Poix-du-Nord, de toda una Francia periférica invisible y olvidada, y la paradoja es que la Nuit Debout aún los está ocultando más en beneficio de los de siempre”, dice. El movimiento necesita una victoria contra la ley laboral –contra la que ayer hubo una nueva manifestación, coincidiendo con el inicio de su discusión en la Asamblea Nacional– para demostrar la utilidad de su bella energía, dice Ruffin que se queja del “perfume antisindical” que se respira en la plaza; “los sindicatos no son suficientemente cool, ni jóvenes, ni nuevos”, dice.

Acogido con gritos de “¡Huelga general!”, el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, ha explicado en la plaza que una huelga general no se improvisa a gritos sino que se decide en las empresas, algo que hay que currarse. La CGT apoya una huelga de ferroviarios que el 18 de mayo podría paralizar el transporte, pero este fin de semana la plaza se preparará para otra cosa: el Global Debout del 15 de mayo, con la perspectiva de un “movimiento social transnacional”.


Hasta aquí nada nuevo respecto a lo que fue el 15M en sus primeros momentos de efervescencia, comisiones de espiritualidad, paz, amor y mala poesía de los creadores de neolenguaje y frases al estilo anarcoide, que no libertario (eso es una cosa más seria) del Mayo francés, tan idealizado por la misma clase social de antaño y de hoy.

Y es que el funcionamiento, asesorado por miembros del Círculo Podemos París, es una copia del 15M español hasta en los ínfimos detalles, tales como los códigos de las manos para hablar en las asambleas, como puede apreciarse en la siguiente fotografía



O bien en un cartel ya emblemático en los medios que están divulgando la “gesta” de Nuit Debout que no es muy diferente de otros carteles del 15M, como podrán comprobar en la imagen de abajo.



El cartel en francés es reaccionario porque acaba por no cuestionar al capitalismo. El cartel español lo es también porque, al no relacionar la crisis con la naturaleza del capitalismo como modo de expropiación a los trabajadores, bastaría con que los capitalistas fueran honestos y de buen corazón para que viviéramos en un mundo mágico y feliz.

En realidad, llámese 15M, Occupy o Nuit Debout, este movimiento es una franquicia.

Este tipo de “relatos”, como apunté con anterioridad, vienen diseñados desde fuera de la propia protesta social y se consumen por proximidad ideológica de los jóvenes y no tan jóvenes burgueses que juegan a rebeldes, liderando protestas que se agotan en un mensaje autorreferencial, y por la flagrante ignorancia y desclasamiento del resto.

No debe de sorprendernos entonces que aparezcan alrededor de Nuit Debout algunos apoyos externos un tanto sospechosos. Me refiero a la noticia de Le Monde que, en su sección dedicada a África se titula: “Quand la françafrique passe la NuitDebout, place de la République” . Si en el enlace que les acabo de poner buscan ustedes en la columna izquierda de la página, encontrarán quiénes son los socios de Le Monde en su sección Afrique.



Imagino que a estas alturas ya sabrán ustedes quiénes son Bill y Belinda Gates. Espero que les suene también George Soros. Este filántropo por la noche, promotor de revoluciones de colores, arruinador de la libra esterlina, de los tigres asiáticos y amigo del Plan B de Varoufakis por el día.

Se preguntarán porqué razón Le Monde, en su sección África, con los patrocinadores que les he mencionado, iba a publicar un artículo de estas características sobre Nuit Debout. Muy sencillo: porque Nuit Debout sociológicamente no ha salido de los barrios centrales de París, donde viven los “bo-bos” (burgueses-bohemios) y apenas han penetrado en las banlieues, en las que viven inmigrantes e hijos de inmigrantes norteafricanos y subsaharianos, los cuáles no se sienten representados en las flash-mob y performances de este movimiento. Y, “casualmente”, tanto la Fundación de Bill y Melinda Gates como la Open Society Foundation de Soros tienen mucho interés en hacer una labor de captación de líderes comunitarios desde hace años entre estos colectivos africanos, como lo demuestran editorialmente en sus webs y en inversiones en “iniciativas” y “ONGs” en esta zona del mundo. A pesar de ello, Nuit Debout sigue teniendo menos que escaso éxito entre los habitantes de las banlieues.

Por cierto, el señor Varoufakis, “alma mater” del reformista (una especie de Syriza 2 a la Europea) Plan B para Europa, del que últimamente ya no oímos hablar, y una parte de cuyos miembros tienen conexiones con fundaciones globalistas ligadas a las élites mundiales capitalistas, como se demuestra en el enlace anterior, también hizo su aparición por la Nuit Debout, como uno de sus oradores.

¿Les suena a ustedes el puño de Otpor, una organización empleada por el complejo “asociativo” de Soros para la destrucción de Yugoslavia? Pues se lo pueden encontrar en la Nuit Debout, como antes estuvo en el 15M y en tantas revoluciones de colores.




Por si no lo saben, no todos los puños de Otpor fueron éste



Otpor ha empleado otras versiones de puño




No deja tampoco de ser llamativo que Mediapart, vinculada al ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación), entidad financiada por la Open Society Foundations (OSF) de George Soros, que dio a conocer los Panama Papers, sea la publicación digital que con más ahínco no ya informa sino que promueve las actividades de Nuit Debout.

Pero no es el señor Soros el único amigo de Nuit Debout ¿Imaginan ustedes que la Unión Europea o más concretamente que el Parlamento Europeo sea un patrocinador de Nuit Debout a través de programas de radio?

¿Han oído ustedes hablar de Europhónica? Es una radio comunitaria de la UE para jóvenes universitarios, cuyo principal financista es el Parlamento Europeo.



Pues bien Europhonica, el 14 de abril pasado promovía a Nuit Debout en su página de facebook, presentando para hablar de ello a un burócrata de Podemos en Bruselas




Dentro de las radios que promueven a la Nuit Debout pueden encontrar ustedes Radio Campus France ligada también al Parlamento Europeo.



La programación de Radio Campus France era el 24 de Abril pasado la siguiente



¿Les parece a ustedes que un movimiento que cuenta con apoyos de la Fundación Melinda y Bill Gates, de las fundaciones de George Soros, en el que aparece el puño de Otpor, que recibe cobertura del Parlamento Europeo a través de sus radios, de verdad van a cambiar algo sustancial? Ojo, que no les hablo de hacer una revolución socialista.

Si ustedes desean conocer más conexiones extrañas de Nuit Debout les invito a leer también un largo pero muy interesante artículo titulado “Nuit Debout: las sombras de “la revolutión””.

Debiera ser sospechoso cómo la prensa del capital europeo, incluido el español, ha dado relevancia a Nuit Debout, si es que su proyecto es tan avanzado. Pero no lo es.

A pesar de todo, como el 15M en su día, Nuit Debout es un soufflé que se está desinflando. En la Plaza de la République apenas hay unos cientos de personas en las últimas noches y el movimiento se ha extendido ya hasta dónde podía hacerlo.

Puedo equivocarme, como otras veces lo he hecho, pero creo que el llamamiento “Global Debout” para el 15 de Mayo, que pretende celebrarse en 500 ciudades del mundo, y de paso resucitar al 15M, será más bien un fiasco, con algunos destellos locales y el principio del fin de Nuit Debout, como el 15-O Mundial de 2012 fue el canto del cisne para el 15M. Más allá de la exhibición de un narcisismo colectivo, este movimiento carece de proyecto concreto y es pura retórica de juego de artificio de pequeños burgueses jugando un ratito a hacer performances “revolucionarios” a lo comandante Marcos pero con una ideología bastante más retrógrada.

Quizá por ello, recientemente Podemos se ha desvinculado como organización, cuando inicialmente había apoyado el “Global Debout” en España, siguiendo las movilizaciones que hará el 15M, aunque dice que sus militantes acudirán. ¿Imaginan que, si se vincula más de lo que ya lo está esta movilización con el partido morado y es un fracaso, esto pueda tener una lectura en clave electoral? Yo creo que ellos ya lo han pensado.


3.-Apéndice político en clave española

Diré muy poco sobre esta cuestión porque el “parlamentarismo de plató televisivo” al que han reducido sus tratantes la política nacional cada vez me interesa menos y se me hace tan trabajoso hablar de ello como a Sísifo subir eternamente la montaña cargado con una enorme piedra.

De un marco político de apariencias en el que todo es simulacro, mentiras, venta del programa a tanto el escaño posible, enredos y dimes y diretes que tan poco interesan a muchos de los que vivimos afectados por los golpes que nos propina el capital y sus gobiernos con la disculpa de la crisis, sólo los ingenuos y las cheerleaders de la política pueden esperar cambios reales que superen los de los actores que han de aplicar las políticas de dominación del capital.

Ignoro si la repetición de las nuevas elecciones traerá un nuevo “impasse” y se vuelva a unas terceras. Sinceramente me importa un carajo. No voté en las anteriores, como he hecho muchas veces porque sé que, salga el partido que salga, sólo cambiará el collar de nuestros perros guardianes, así como la mejora de sus fortunas personales. En un contexto en el que la crisis capitalista ha convertido al llamado “poder” político en una gestora de juegos de simulación de quienes aceptan sus reglas (todos los que tienen posibilidad de sacar al menos un escaño), imaginar otra cosa es engañarse uno a sí mismo. El partido, coalición o amalgama de coaliciones que le toque gobernar correrá presuroso a Bruselas para recibir las nuevas tablas de ley de recortes por un equivalente, en estos momentos, de otros 20.000 millones de euros. Y no se me diga que España no es Grecia porque Bruselas sí que es Bruselas, lo que le corresponde como buen guardián de los intereses del capital europeo, y aquí nadie se sale del redil ni se le mueve un pelo de la ceja sin su permiso, que no lo da.

La salida a este atolladero no vendrá jamás de “otra Europa posible”, ni de plan B o C, ni de Cristo que lo fundó, sino de descomponer la UE, como tampoco de las urnas (salvo para los que tienen una por cabeza y no imaginan otro camino) sino de una revolución social con proyecto de sociedad socialista, con organizaciones de clase al frente de la misma. Eso o no vendrá de ningún lado y seguiremos consumiéndonos, como la rana en la olla a la que se va subiendo lentamente la temperatura para que no aprecie el cambio de la misma y se acomode a ella hasta que, perdido el sentido, se achicharre.

Que IU haya entrado en el juego de la confluencia sólo ha podido sorprender a los ilusos. Su naturaleza socialdemócrata de origen, la condición de profesionales de la política de sus dirigentes, su base afiliada, sólo minoritariamente militante, la falta de formación marxista de sus miembros, que no les permite reconocer lo que su organización es en realidad, el patriotismo borreguil de partido de quienes aceptan lo que salga como mal menor, su deuda electoral, la asfixia por fases a la que le ha sometido la secta podemita desde fuera y los podemizados de ocasión desde dentro, abocaban a ello.

Toda la rebelión interna se ha basado en mantener las siglas de IU. Si éstas se salvaban, la reserva hacia el peronismo podemita era ya insignificante. Ningún dirigente supuestamente crítico (incluido su coordinador general, que pinta menos que la Tomasa en los títeres y se ha cubierto de indignidad con su silencio) se opuso abiertamente a esa confluencia. Es llamativo que los dirigentes de la declaración de Zamora, llamados luego “IU sí con más fuerza” no hiciesen un llamamiento al NO en los dos referendos convocados. A lo sumo alguno ha planteado la abstención. Es significativo que el más reformista de todos ellos, Gaspar Llamazares, sea el único que más resistencia ha hecho a la confluencia con Podemos. Eso sí, sin plantear abiertamente el NO, quizá porque ha sido traicionado por la dirección de Izquierda Abierta, su partido integrado en IU.


La enorme abstención en el primer referéndum sospecho que tiene más de desconexión de hace tiempo de IU con su base y de que la afiliación real es mucho menor que la oficial, que como una forma de mostrar el descontento. Sabedores de que sólo computaba el SÍ y el NO, la abstención, por tramposa que fuera la pregunta en el marco de unas negociaciones que ya se estaban produciendo y sin que se aclarasen cuáles eran los términos de la misma, resulta sospechoso que no se desagregase en los resultados presentados el número de votantes afiliados y el de simpatizantes y qué había votado cada uno. Probablemente porque hubiera mostrado lo menguado de las filas de IU, quizá muy por debajo de los 20.000 afiliados oficiales.

Sólo los expulsados de IUCM están recogiendo firmas para oponerse a la confluencia con Podemos en ese segundo referéndum, pero las habas ya están contadas y el paso dado es irreversible.

En este abrazo del oso, IU será tratado como La Marea Gallega (de portavocía operante nada), incluído en el grupo parlamentario de Podemos, con el mantenimiento de la portavocía por su secretario general y führercito, Pablo Iglesias. A Alberto Garzón, sólo si se porta bien, que lo hará porque le va en su convicción y en su personalidad, le dejarán de vez en cuando subir a la tribuna para hablar de algo menor. Y no vale que se ponga el ejemplo de “En Comú Podem” porque el eje catalán de la confluencia tiene para Podemos mucho más peso que los 900.000 votos de IU. ¿Recuerdan ustedes lo que pasó con el asunto de formar grupos propios de las organizaciones coaligadas en el Congreso? ¿Por qué iba a pasar ahora algo distinto? ¿Acaso iba a tener Garzón la valentía de hacer lo que hizo Compromís? No lo creo.

Si va en las listas con nombre propio, dentro de la lista general al Congreso de la confluencia, lo más probable es que sean las de UP (Unidad Popular) ese engendro que se sacó de la manga Garzón. Y es que UP es su nueva marca para deshacerse de IU, que se comerá su deuda, e ingresar con sus huestes en Podemos, al estilo de como hizo Tania Sánchez con su minipartidillo de bolsillo, para integrarse con unas ciertas garantías de cargo importante.

El invento ese de que IU mantendrá su propio programa, al margen del programa común con Podemos es una mentira indigna que tiene sólo un fin: intentar justificar ante su público su renuncia en el programa común a defender el NO a la OTAN, las nacionalizaciones y la República.

Pero todos sabemos que el programa común sólo es posible si se renuncia al propio. ¿O que va a hacer IU, votar con Podemos en cuestiones de aceptación del capital, la Monarquía y los compromisos militares con la OTAN, que afectan, por ejemplo, a cuestiones como los Presupuestos Generales del Estado y plantear iniciativas individuales como IU en el Congreso sobre salida de la OTAN, República o nacionalizaciones ? ¿Alguien se cree esa esquizofrenia? ¿Creen acaso que un programa común que deja fuera tales cuestiones -es decir, que acepta la OTAN, la Monarquía y las nacionalizaciones- iba a permitir tal ruptura de la disciplina entre socios que, seguramente, estarán en el grupo de Podemos?

En cualquier caso, les dejo una comparativa entre ambos programas, el de IU y el del programa común para que ustedes juzguen hasta qué punto IU se ha vendido por un puñado de escaños, que cuando se concreten los lugares de salida y cuántos sacó Podemos en las anteriores generales en cada provincia, pueden ser como el cuento de la lechera.





Más allá del daño colateral que pueda hacer esta indignidad de IU y su próxima desaparición a la izquierda marxista y revolucionaria, en tanto que acta de defunción de una muerte que se inició en la misma noche de las elecciones europeas, al menos este hecho tendrá un valor clarificador: el de que la izquierda reformista sigue el camino de los reformismos que le han precedido hasta su consunción final.

Quien se sienta comunista no puede seguir ni un minuto más dentro de esa amalgama de oportunistas sin principios ni ideología. Debe tener criterio propio, desengañarse de que sea posible revertir el proceso de IU, romper, por mucho que le duela con tal organización e incorporarse a los destacamentos de comunistas que se van formando en distintos puntos de España. Eso o ser un cómplice que calla y otorga.

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Enlace de la fuente original de la que fue extraído el artículo reproducido: http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2016/05/esa-cosa-la-que-ustedes-se-niegan.html  (Publicado originalmente el día 12 de mayo de 2016; reproducido en este blog con demora)

1.-Marco general:
Conviene aclarar de qué hablamos cuando lo hacemos sobre el reformismo. A estas alturas debiera estar claro pero parece que la ideología dominante y la renuncia ideológica han hecho todo lo posible en su ceremonia de la confusión.
Hay reformistas que, para quitarse de encima la acusación de serlo, se la traspasan a otros, que no lo son. Se lo llaman a sectores desgajados de la derecha capitalista más salvaje, a esos que se autoproclaman de centro, concepto que existe en el mundo físico pero que no existe, por más que se empeñen algunos, en el mundo político y económico. Son los mismos que llaman reformistas a los que se sitúan programáticamente en la transparencia y la regeneración, en ambos casos refiriéndose a la corrupción de las instituciones políticas por las empresas. Ello no es otra cosa que legalizar las mismas estableciendo una forma de dar carta de naturaleza a los lobbys del capital.
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Conviene aclarar de qué hablamos cuando lo hacemos sobre el reformismo. A estas alturas debiera estar claro pero parece que la ideología dominante y la renuncia ideológica han hecho todo lo posible en su ceremonia de la confusión.
Hay reformistas que, para quitarse de encima la acusación de serlo, se la traspasan a otros, que no lo son. Se lo llaman a sectores desgajados de la derecha capitalista más salvaje, a esos que se autoproclaman de centro, concepto que existe en el mundo físico pero que no existe, por más que se empeñen algunos, en el mundo político y económico. Son los mismos que llaman reformistas a los que se sitúan programáticamente en la transparencia y la regeneración, en ambos casos refiriéndose a la corrupción de las instituciones políticas por las empresas. Ello no es otra cosa que legalizar las mismas estableciendo una forma de dar carta de naturaleza a los lobbys del capital.
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Conviene aclarar de qué hablamos cuando lo hacemos sobre el reformismo. A estas alturas debiera estar claro pero parece que la ideología dominante y la renuncia ideológica han hecho todo lo posible en su ceremonia de la confusión.
Hay reformistas que, para quitarse de encima la acusación de serlo, se la traspasan a otros, que no lo son. Se lo llaman a sectores desgajados de la derecha capitalista más salvaje, a esos que se autoproclaman de centro, concepto que existe en el mundo físico pero que no existe, por más que se empeñen algunos, en el mundo político y económico. Son los mismos que llaman reformistas a los que se sitúan programáticamente en la transparencia y la regeneración, en ambos casos refiriéndose a la corrupción de las instituciones políticas por las empresas. Ello no es otra cosa que legalizar las mismas estableciendo una forma de dar carta de naturaleza a los lobbys del capital.
Para muchos marxistas, en cambio, el reformismo es equivalente a socialdemocracia y/o keynesianismo. Aunque hay una confusión teórica-práctica grave en identificar ambas categorías como sinónimas (socialdemocracia y keynesianismo), estamos ya ante una acepción mucho menos errónea. Atajemos aquí la confusión tan habitual entre socialdemocracia y keynesianismo:
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Conviene aclarar de qué hablamos cuando lo hacemos sobre el reformismo. A estas alturas debiera estar claro pero parece que la ideología dominante y la renuncia ideológica han hecho todo lo posible en su ceremonia de la confusión.
Hay reformistas que, para quitarse de encima la acusación de serlo, se la traspasan a otros, que no lo son. Se lo llaman a sectores desgajados de la derecha capitalista más salvaje, a esos que se autoproclaman de centro, concepto que existe en el mundo físico pero que no existe, por más que se empeñen algunos, en el mundo político y económico. Son los mismos que llaman reformistas a los que se sitúan programáticamente en la transparencia y la regeneración, en ambos casos refiriéndose a la corrupción de las instituciones políticas por las empresas. Ello no es otra cosa que legalizar las mismas estableciendo una forma de dar carta de naturaleza a los lobbys del capital.
Para muchos marxistas, en cambio, el reformismo es equivalente a socialdemocracia y/o keynesianismo. Aunque hay una confusión teórica-práctica grave en identificar ambas categorías como sinónimas (socialdemocracia y keynesianismo), estamos ya ante una acepción mucho menos errónea. Atajemos aquí la confusión tan habitual entre socialdemocracia y keynesianismo:
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Conviene aclarar de qué hablamos cuando lo hacemos sobre el reformismo. A estas alturas debiera estar claro pero parece que la ideología dominante y la renuncia ideológica han hecho todo lo posible en su ceremonia de la confusión.
Hay reformistas que, para quitarse de encima la acusación de serlo, se la traspasan a otros, que no lo son. Se lo llaman a sectores desgajados de la derecha capitalista más salvaje, a esos que se autoproclaman de centro, concepto que existe en el mundo físico pero que no existe, por más que se empeñen algunos, en el mundo político y económico. Son los mismos que llaman reformistas a los que se sitúan programáticamente en la transparencia y la regeneración, en ambos casos refiriéndose a la corrupción de las instituciones políticas por las empresas. Ello no es otra cosa que legalizar las mismas estableciendo una forma de dar carta de naturaleza a los lobbys del capital.
Para muchos marxistas, en cambio, el reformismo es equivalente a socialdemocracia y/o keynesianismo. Aunque hay una confusión teórica-práctica grave en identificar ambas categorías como sinónimas (socialdemocracia y keynesianismo), estamos ya ante una acepción mucho menos errónea. Atajemos aquí la confusión tan habitual entre socialdemocracia y keynesianismo:
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Conviene aclarar de qué hablamos cuando lo hacemos sobre el reformismo. A estas alturas debiera estar claro pero parece que la ideología dominante y la renuncia ideológica han hecho todo lo posible en su ceremonia de la confusión.
Hay reformistas que, para quitarse de encima la acusación de serlo, se la traspasan a otros, que no lo son. Se lo llaman a sectores desgajados de la derecha capitalista más salvaje, a esos que se autoproclaman de centro, concepto que existe en el mundo físico pero que no existe, por más que se empeñen algunos, en el mundo político y económico. Son los mismos que llaman reformistas a los que se sitúan programáticamente en la transparencia y la regeneración, en ambos casos refiriéndose a la corrupción de las instituciones políticas por las empresas. Ello no es otra cosa que legalizar las mismas estableciendo una forma de dar carta de naturaleza a los lobbys del capital.
Para muchos marxistas, en cambio, el reformismo es equivalente a socialdemocracia y/o keynesianismo. Aunque hay una confusión teórica-práctica grave en identificar ambas categorías como sinónimas (socialdemocracia y keynesianismo), estamos ya ante una acepción mucho menos errónea. Atajemos aquí la confusión tan habitual entre socialdemocracia y keynesianismo:
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Conviene aclarar de qué hablamos cuando lo hacemos sobre el reformismo. A estas alturas debiera estar claro pero parece que la ideología dominante y la renuncia ideológica han hecho todo lo posible en su ceremonia de la confusión.
Hay reformistas que, para quitarse de encima la acusación de serlo, se la traspasan a otros, que no lo son. Se lo llaman a sectores desgajados de la derecha capitalista más salvaje, a esos que se autoproclaman de centro, concepto que existe en el mundo físico pero que no existe, por más que se empeñen algunos, en el mundo político y económico. Son los mismos que llaman reformistas a los que se sitúan programáticamente en la transparencia y la regeneración, en ambos casos refiriéndose a la corrupción de las instituciones políticas por las empresas. Ello no es otra cosa que legalizar las mismas estableciendo una forma de dar carta de naturaleza a los lobbys del capital.
Para muchos marxistas, en cambio, el reformismo es equivalente a socialdemocracia y/o keynesianismo. Aunque hay una confusión teórica-práctica grave en identificar ambas categorías como sinónimas (socialdemocracia y keynesianismo), estamos ya ante una acepción mucho menos errónea. Atajemos aquí la confusión tan habitual entre socialdemocracia y keynesianismo:
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viernes, 13 de mayo de 2016

El próximo domingo 26 de junio los partidos se repartirán la responsabilidad y la culpabilidad de tragar con las órdenes y exigencias de Bruselas


Adiós al "No a la OTAN", adiós a la República
Por Arash

Algunas cuestiones morales a modo de "bola de cristal"


No es nada difícil darse cuenta de que uno mismo está sometido a los mecanismos de dominación del poder. En lo que respecta a la ideología en particular, no nos encontramos ante una excepción.

Esa es la razón de que muchas veces, la propia introspección sea un recurso para identificar tales mecanismos. A menudo he descubierto muchos de ellos como resultado del cuestionamiento de mis propias actitudes y actuaciones, sin por ello caer en la degeneración sectaria de pensar que la revolución ha de discurrir por algún tipo de comportamiento individual pretendidamente "antisistémico" (que la "izquierda radical" ha demostrado como falso) e indudablemente provocador (esto sí se le da bien a esa "izquierda") como afirmaban tantas asambleas místicas y esotéricas antaño.

Todo eso sólo son tonterías tan estúpidas como contrarrevolucionarias, resultados consecuentes de lo que un sociólogo británico, con el que no me identifico ideológicamente pero que cito con consciencia (por haberme topado "académicamente" con él), caracterizó acertadamente del postmodernismo: la desorientación resultante de una sociedad que no ha logrado comprenderse a sí misma y al mundo circundante. No es mi intención hablar ahora de otras cuestiones relacionadas con Anthony Giddens, como su antiguo papel de asesor del Primer Ministro guerrerista e imperialista del Reino Unido Tony Blair, su impulso a la "tercera vía" desde el Partido Laborista, ni tampoco su perspectiva, influenciada por la sociología culturalista de Pierre Bourdieu, de que el marxismo "reducía" la noción de poder y la capacidad de transformación social a la posesión de los recursos materiales o "adjudicatorios", como si eso significase que centrarse en ellos porque son los fundamentales, algo olvidado en nuestros días, supusiera disminuir la conciencia sobre lo que es el poder.

Se me ocurre trasladar esta cuestión de la introspección desde lo individual a lo colectivo, y desde la psicología social hasta la sociología política, y preguntarme  si esa actitud autocrítica existe en Izquierda Unida (IU) como organización política. ¿Qué pensar de la actitud de silencio y censura durante las últimas elecciones generales de diciembre de 2015, o que mantendrán durante las próximas elecciones generales de junio, sobre lo que la Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA) griega, aquellos con quienes se presentan habitualmente en las Elecciones al Parlamento Europeo, ha hecho desde que los trabajadores y el pueblo griego les dieron su voto de confianza?

¿Es que no merece mayor mención el que sus socios europarlamentarios del Partido de la Izquierda Europea (PIE), que entraron en el gobierno nacional griego con un programa electoral en el que se exigía nacionalizar el sector bancario, las antiguas empresas estatales privatizadas ferroviarias, aeroportuarias, de correos, de agua, los hospitales... y que hoy en día se encuentra gobernando junto con ANEL incumpliendo punto por punto todo el programa electoral que aprobaron los trabajadores griegos?

Suspender el pago de la deuda pública hasta que la economía se recupere y vuelva a haber crecimiento y empleo, cambio de funciones del BCE para que pasase a financiar a los Estados, la subida del Impuesto de Sociedades para las grandes empresas, nacionalización de bancos y antiguas empresas públicas, legislaciones laborales en defensa de los trabajadores... El mundo empresarial, privado y de la derecha liberal se ríe a carcajadas del gobierno de SYRIZA, aprovechando su favor y la ocasión para vender la moto de que es necesario recortar en servicios y otros gastos públicos para "salvar el edificio" y que es una estupidez oponerse y luchar contra dichos recortes. El objetivo de la izquierda en este momento no es salvar el edificio (que si sobrevive será porque la mitad de sus inquilinos ya no pueden pagar el alquiler y están fuera de él), sino oponerse a los recortes. El empresariado liberal puede permitirse el lujo de tomárselo con humor.

"Nein", dice la web libremercado.com [1] a cada punto del programa electoral incumplido por el gobierno griego de "izquierda radical". No se si los trabajadores griegos en uno o dos pares de años saldrán de su país en masa buscando empleo y decidirán o no Alemania como "destino turístico" porque ya conocen a la perfección el idioma (su dativo, su nominativo, su acusativo...), en un país en el que 14 aeropuertos, hasta finales del año pasado con titularidad de gestión y propiedad estatal, han sido vendidos a empresarios alemanes por los syrizos [2]. Que SYRIZA suba el IVA del pan, la pasta, la harina, el arroz, y otros productos de primera necesidad, así como el transporte público, no dice nada precísamente a su favor de su supuesta oposición a los planes de ajuste de la Unión Europea, comandada por la élite alemana [3]. El que apruebe una modificación del sistema de pensiones tampoco lo dice [4].

¿Qué indica, pues, el mencionado silencio y la censura actual, y la ausencia de autocrítica alguna a nivel global de organización, más que su cobardía de saber que no van a oponer resistencia reseñable alguna a los recortes que Bruselas ya tiene encima de la mesa y no tener la decencia de comunicar a sus ya engañados electores en qué se han convertido?


La modificación del Artículo 135 de la Constitución Española

El programa electoral de IU, coalición históricamente impulsada por el Partido Comunista de España (PCE), que tantas veces ha olvidado que no es la única fuerza integrante de la misma, tenía hasta el momento actual una pretensión fundamental, propia e ineludible de quien aspira a la justicia social, de defender los servicios públicos y los derechos laborales de los trabajadores.

Cada vez más militantes comunistas se están comenzando a dar cuenta de que ya no hay espacio para el reformismo parlamentario en la transformación de la sociedad, y algunos de ellos están abandonando la organización en cuestión. El Blog del Viejo Topo reproducía [5] las palabras de Carlos Martínez en su declaración de intenciones en la votación de la "consulta" de IU: "En coyunturas como la actual, resistir es vencer y se puede construir mucho más desde una oposición férrea en la calle y en las instituciones que desde el gobierno". En ese mismo espacio web, Felipe Ramos se preguntaba retóricamente: "qué ruptura con el régimen supone confluir con formaciones que no cuestionan la existencia de la OTAN, plantean el mantenimiento de los conciertos educativos con la Iglesia o rechazan la nacionalización de los sectores estratégicos, como el energético".

El "golpe de Estado político" aprobado por el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (sic) (PSOE) que supone la modificación del Artículo 135 de la Constitución Española de 1978 imposibilita fácticamente a IU y al PCE para llevar a cabo su programa electoral.

¿Cómo piensan defender la sanidad o la educación públicas, o defender a los trabajadores públicos y a los funcionarios (de los sectores educativo, sanitario, ferroviario, telecomunicaciones u otros sectores víctimas de las reconversiones industriales...) y sus salarios, cuestión con la que dicen o decían que se comprometen electoralmente, ahora que es prioridad legal la estabilidad presupuestaria, es decir la reducción del Gasto Público? ¿Acaso son estúpidos e ignoran que sus salarios los cobran del Estado o de otras Administraciones Públicas? No lo creo. ¿Cómo pretenden defender la integridad del conjunto de trabajadores y los más débiles ahora que estos tendrán que costearse exclusivamente su propio acceso a una serie de servicios privatizados? ¿Acaso podemos considerar que obedecer las órdenes de los poderes fácticos, sólo porque ahora la ley no nos permite hacer otra cosa, es defender al proletariado de este país?

La respuesta es sencilla: no entra en los planes de los dirigentes y las direcciones de IU-PCE el hacer algo de lo anterior. Sus socios europarlamentarios -también lo son de Podemos- en Grecia, SYRIZA, ya abandonó todos estos puntos de su programa electoral justo en el momento en que esta sustituyó a los gobiernos de Nueva Democracia (ND) y del Movimiento Socialista Panhelénico (sic) (PASOK) en su papel de gestores del capitalismo en crisis, vendiendo la mitad del territorio griego a empresarios alemanes y europeos, representados por la Unión Europea. Grecia es un país que ya no pertenece a los griegos y que está completamente vendido.

Unos cuantos años antes, el Partido Comunista Italiano (PCI) se atrevió a ir más allá en su andadura desde las posiciones hegemónicas revolucionarias que tenía entre los trabajadores italianos hasta el eurocomunismo, y dejó a la "altura del betún" en su reformismo sistémico a sus homólogos español y francés cuando, cual partido dirigido por oportunistas, ingresó en la Internacional Socialista (sic) de los renegados del socialismo. Lo que el PCE no imitó del PCI en el abandono total de lo que fue su programa, lo hace ahora. Y de esto no puede caber duda alguna porque, cuando la ley impide directamente la aplicación del programa de reformas al que la organización reduce las aspiraciones de los trabajadores, debe quedar claro que, una de dos: o los sectores conscientes se hacen con el control de la misma y están dispuestos a llevarlo hasta sus últimas consecuencias o, como ya parece que han tomado la decisión tanto las direcciones oportunistas como las bases conscientes, aceptan que la organización está políticamente esterilizada, razón esta última por la que los primeros toman la decisión de pactar la organización con Podemos incluso antes de que las bases terminaran sus votaciones de la "consulta", y por la que aquellas, las bases conscientes, la abandonan a toda prisa porque saben en lo que se está convirtiendo.


Donde sí hay autocrítica

No voy a hablar de cómo los Partidos Comunistas de la mayor parte de Europa, los herederos del tronco principal del movimiento comunista oficial,
iniciaron su trayecto hacia el reformismo cortoplacista.

Mencionaré cómo precísamente el Partido Comunista de Grecia (KKE) se mantuvo en su línea mientras transcurrían los "años dorados de la economía" (más para unos países que para otros) y plantaron cara ideológica y realmente, y de manera valiente, a pesar de la incomprensión que ello supondría para los difamadores de la izquierda reformista y "radical", a las tentaciones de mirar al pasado que significaron las movilizaciones de las clases medias [6] mientras, aquí, las direcciones de IU-PCE tonteaban con estas últimas; cómo aquel es ahora la principal fuerza revolucionaria y antifascista en proyecto e implantación en Grecia y en Europa, mientras que estas últimas están aquí y ahora prácticamente fagocitadas y vendidas a uno de los productos principales de tales movilizaciones; cómo el KKE, después del éxito parcial de los partidos emergentes en su infiltración en el discurso y, sobre todo, en las organizaciones de la izquierda europea, decidió abandonar el eurogrupo parlamentario del PIE, demostrando que es momento de mantener las posiciones contra el populismo y el ciudadanismo, justo lo que NO ha hecho Alberto Garzón y sus socios vendiendo IU a Podemos.



La ex Secretaría General del KKE, Aleka Papariga, hija de guerrilleros comunistas contra el fascismo, el metaxismo griego, y contra la Dictadura de los Coroneles, actual diputada comunista en el Consejo de los Helenos, le enviaba el siguiente mensaje al gobierno que está aplicando las contrarreformas: "todavía no habéis visto la verdadera lucha de clases en las fábricas, pero la veréis" [7]. Le recordaba que los trabajadores griegos no se arrodillarán ante los poderes fácticos, como pretende el gobierno. Y entonces, tendrán a una organización poderosa en la que apoyarse y que haga de argamasa temporal de las luchas obreras.

El que los trabajadores de este país dispongan de una organización dispuesta a soportar y servir a las luchas y a combatir a la frustración que vendrá cuando los partidos se repartan la proporción en que cada uno aplicarán las recetas liberales de la crisis, dependerá de si sus sectores más concienciados y avanzados son capaces de darle la vuelta a la involución de la izquierda que llevamos padeciendo desde finales del siglo pasado.


Enlaces:

[1]: "El antes y después de Syriza: su programa económico ya es 'papel mojado'", en libremercado.com . http://www.libremercado.com/2015-02-25/el-antes-y-despues-de-syriza-su-programa-economico-ya-es-papel-mojado-1276541616/  .

[2]: "Syriza completa su primera privatización: vende 14 aeropuertos a una empresa alemana", en libermercado.com . http://www.libremercado.com/2015-08-18/syriza-completa-su-primera-privatizacion-vende-14-aeropuertos-a-una-empresa-alemana-1276555154/ .

[3]: "Syriza impone el IVA más alto de la zona euro a los alimentos básicos y el transporte público", en Canarias-Semanal.org . http://canarias-semanal.org/not/18206/syriza-impone-el-iva-mas-alto-de-la-zona-euro-a-los-alimentos-basicos-y-el-transporte-publico/ .

[4]: "El Parlamento griego aprueba reformas clave pese a cisma en Syriza", en internacional.elpais.com . http://internacional.elpais.com/internacional/2015/07/22/actualidad/1437558160_595271.html .

[5]: "¿Por qué voy a votar NO en la consulta de IU? Dos opiniones de militantes destacados", en el blogdelviejotopo.blogspot.com.es . http://blogdelviejotopo.blogspot.com.es/2016/05/por-que-voy-votar-no-en-la-consulta-de.html .
  
[6]: "Intercambio epistolar entre el KKE e Izquierda Unida", en larepublica.es . http://larepublica.es/intercambio-epistolar-entre-el-kke-e-izquierda-unida/738 

[7]: Cuenta de Twitter de Grecia_Comunista. https://twitter.com/GreciaComunista/status/729004017825755138

sábado, 7 de mayo de 2016

Mi experiencia en Libia durante los bombardeos de la OTAN

Por Lizzie Phelan

Nota editorial: tras la victoria del "Congreso Nacional de Transición" y de la "primavera árabe" sobre el gobierno libio, se ponía fin a uno de tantos Estados que, aún con su propio desarrollo interno, muy aparejado a la evolución de los países que inclinaron la balanza de las guerras de la segunda mitad del siglo pasado del lado de los frentes populares y de liberación, más salvaguardaba la independencia nacional frente al imperialismo y el terrorismo islamista.

Tras el derrocamiento ilegal del gobierno de Gadaffi, de los "diputados" del autoproclamado parlamento libio que están agrupados en formaciones políticas -80 de un total de 200-, más o menos la mitad lo son de la Alianza de Fuerzas Nacionales, una coalición de unas cuarenta organizaciones cuya condición liberal no les es obstáculo alguno para que reconozcan la "Ley Islámica" como fuente del derecho del nuevo Estado, fallido como tantos otros posteriores a la "primavera". Dicen que este conglomerado forma parte de las fuerzas "antiislamistas" en la guerra actualmente en curso en Libia...

En 2014, el susodicho autoproclamado parlamento, el "Congreso General de la Nación", transfirió formalmente sus poderes a la recién creada, por entonces, "Cámara de Representantes de Libia". Ese mismo año, la filial islamista libia de los Hermanos Musulmanes, que había sido parte de la coalición opositora de rebeldes, islamistas, yihadistas de DAESH y la fuerza aérea de la OTAN, se sentía lo suficientemente poderosa como para no reconocer la legitimidad de dicha Cámara y negarse a abandonar sus asientos.

Desde entonces, la guerra iniciada por los rebeldes, que en un comienzo agrupaba en un bando a las fuerzas legalistas y gubernamentales, y en el otro a las fuerzas opositoras, se ha fragmentado en numerosos beligerantes, cada uno de los cuales controla una porción de territorio de lo que fue uno de los países -sino el que más- más desarrollados de África y que más yacimientos petrolíferos del mundo contiene, y de los cuales uno de ellos se declara afín a la "Cámara de los Representantes", y otro de ellos, al "Congreso General de la Nación".

La valiente e independiente periodista británica Lizzie Phelan contaba, creo que por allá por 2011, lo que vio durante los últimos días de la llamada Yamairiya Árabe Libia Popular Socialista. Ahora, las banderas que ondean sobre la mayor parte de Libia son o las de DAESH, o las de la monarquía colonial del Rey Idris que enarbolaron los rebeldes.


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MI EXPERIENCIA EN LIBIA DURANTE LOS BOMBARDEOS DE LA OTAN


Gracias a Stop The War por la invitación. Visité Libia dos veces en los últimos seis meses de la crisis. La primera vez estaba en una misión de paz y la segunda fui como corresponsal de Press TV y también hice algunos informes para Russia Today. Abandoné Libia justo después de la llamada caída de Trípoli y yo estaba allí durante esa terrible semana de combates en Trípoli.

Dan [Glazebrook - analista independiente] ha contextualizado muy bien cómo la guerra contra Libia es una guerra en África. Pero me gustaría añadir algo – Dan mencionó que la OTAN había tenido como objetivo a más de 100.000 soldados en Libia, pero también había miles de hombres y mujeres comunes – había un montón de mujeres que se ofrecieron desde el comienzo de la crisis para defender su país y fueron armadas por el gobierno. Y durante esa semana en Trípoli, cuando comenzaron los combates fui testigo de cómo hombres y mujeres corrientes tomaron las armas con las que habían sido entrenados para defender su país durante los últimos seis meses.

Como periodista, voy a hablar un poco sobre el papel de los medios de comunicación y esto ha sido una increíble guerra mediática. Dan alude firmemente a la criminalización del gobierno de Libia y de Gaddafi.

Los medios de comunicación, dijeron que miles de personas estaban a punto de ser asesinadas en Benghazi, pero nunca nos mostraron ninguna evidencia. Se dijo que seis mil personas habían sido asesinadas por el gobierno. Organizaciones de derechos humanos confirmaron que cerca de 250 personas fallecieron, entre ellas de ambos bandos.

Dijeron que el gobierno libio estaba atacando a su propio pueblo desde el aire. Satélites rusos de inteligencia nos han mostrado que esto era imposible.
Se dijo que el gobierno estaba contratando mercenarios de otras partes de África – nunca nos mostraron la evidencia. En su lugar hemos visto los vídeos de cómo los libios negros y otros africanos negros eran linchados en las plazas públicas por las tropas terrestres de la OTAN – los "rebeldes" – con decenas de personas filmando en sus teléfonos móviles y fuerzas especiales occidentales mirando.

Plaza Verde, Trípoli, Libia
Se dice que Gaddafi era odiado por su pueblo, pero nunca nos mostraron los 1,7 millones de personas en un país de 6 millones de habitantes en la Plaza Verde el 1 de Julio. O las masas en Tarhuna, en Suppa, en Bani Walid, en Sirte y en todo el país que se manifestaron para jurar lealtad a su líder y la Jamahariya.

Nunca nos mostraron a las masas, como ya he dicho, de los hombres y mujeres que habían aceptado la oferta de las armas por parte del gobierno para defender a sus familias, barrios y su país de personas que desean que les condenen a la esclavitud al imperialismo. Dijeron que estaban atacando a las fuerzas militares de Gaddafi – ignoraron a los 33 niños, 32 mujeres y 20 hombres que vi enterrados en la pequeña y tradicional ciudad de Marj en Zlitan a principios de agosto.
Dijeron que el 20 o 21 de agosto Trípoli cayó sin resistencia. Pero no nos dijeron que en sólo 12 horas 1.300 personas fueron asesinadas en esa ciudad y 900 resultaron heridas.

Dijeron que Trípoli cayó sin resistencia y que Saif al-Islam (un hijo de Gaddafi) había sido detenido y capturado y que el complejo de Gaddafi en Bab al-Aziza fue tomado por los "rebeldes". A pesar de que Saif al-Islam se presentó en el hotel donde estaba atrapado y un grupo de periodistas fue a verlo con sus propios ojos. No nos muestran las miles de personas llenando Bab al-Aziza y las calles de Trípoli ondeando la bandera verde en la noche del 22 de agosto.
Dijeron que Trípoli cayó sin resistencia. Pero no nos muestran que en las 24 horas después los periodistas de los principales medios occidentales habían sido testigos de cómo Bab al-Aziza fue bombardeado 63 veces con bombas de la OTAN.

No nos muestran cómo todas las reuniones del pueblo para defender su capital de los que desean enviarles de vuelta a los tiempos colonialistas del rey títere Idris, fueron atacados con misiles y helicópteros de combate Apache.
No nos muestran cómo el bravo pueblo de Abu-Sleem – la zona más humilde de Trípoli, y la más firme defensora de Gadafi, se resistió durante cinco días hasta que el 24 de agosto la OTAN atacó a todo lo que se movía y montones de cadáveres se alineaban en las calles.

Nos dijeron que el país fue liberado. Seis semanas más tarde, los "rebeldes" han admitido que no serán capaces de trasladar su sede a la capital. Los "rebeldes" han confirmado que no serán capaces de tomar Bani Walid y Sirte también sigue resistiendo.

Así que, una de dos…

O Gaddafi – "asesino en serie" – era tan odiado por su pueblo que rogaban a la OTAN bombardear su propio país – y la capital cayó sin resistencia.

O la OTAN – asesina en masa – masacró a las masas de Libia, que iban a morir por su líder, al igual que en Trípoli.

De una de las dos tenemos una montaña de evidencias.

De hecho, hay tanta evidencia que incluso el propio portavoz del partido conservador The Telegraph ha sido incapaz de esconderse de ella. Entre los numerosos informes que muestran que los "rebeldes" carecían del apoyo popular del que goza Gaddafi, un artículo publicado esta semana informó de lo que he oído durante toda mi estancia en Trípoli. Una residente de Sirte, Fajan Susan, dijo: “Vivíamos en democracia con Muammar Gaddafi, no era un dictador. Yo vivía en libertad. Las mujeres libias disfrutábamos de derechos humanos plenos. No es que necesitemos a Muammar Gaddafi de nuevo, es que queremos vivir como vivíamos antes.

En el mismo artículo, Mabuka, de 80 años de edad, dice: “La vida era buena con Gaddafi. Nunca tuvimos miedo.” En el mismo artículo otra mujer anciana dice: “Están matando a nuestros hijos ¿Por qué están haciendo esto? La vida era buena antes”. Y otro dice: “Todo el mundo quería a Gaddafi y lo queríamos porque amamos a Libia. Ahora los rebeldes han tomado el relevo. Quizá tengamos que aceptarlo, pero Muammar siempre estará en nuestros corazones.
El espectacular giro el que ha dado Al-Jazeera, pasado de ser una voz crítica con las guerras imperialistas en Irak, Afganistán y Palestina a ser un promotor de la misma agresión contra Libia, Siria e incluso ahora las naciones progresistas de América Latina; ha sido tal vez el mayor truco de propaganda que he visto en mi vida.

Ganarse el apoyo de sus fieles televidentes árabes en Occidente, cuyas voces han ganado un protagonismo especial durante la moda de la llamada Primavera Árabe fue un paso importante para conseguir que todos los círculos progresistas de Occidente se unieran a la criminalización de Gaddafi, cuando esos círculos deberían, por contra, haber sido capaces de elevar el estatus de la no tan de moda Jamahiriya libia y aprender de ella.

Ahora todas las cartas están sobre la mesa. El director general de Al-Jazeera, Wadah Khanfar, ha presentado su dimisión tras la publicación de los cables de Wikileaks, que revelaban que ha estado a las órdenes de nada menos que de la CIA. Ha sido reemplazado por un miembro de la familia real de Qatar, que ha estado profundamente involucrado en la guerra contra sus hermanos y hermanas árabes de Libia.

Pero a pesar de que el papel de Al-Jazeera está claro ahora, continúa saliéndose con la suya mediante los mismos trucos tocando las fibras del corazón liberal de las audiencias occidentales con sus historias sobre cómo la mayor tragedia de las personas en los estados soberanos del sur es la falta de democracia occidental. No importa que no se haya logrado en Occidente. El interés de Al-Jazeera en la defensa de esta ideología es obvio – Qatar alberga la mayor base militar de los EE.UU. en el Medio Oriente y son, por supuesto, amigos cercanos.

Salir del hotel Rixos donde había estado atrapada durante cinco días fue el más surrealista y, probablemente, el peor día de mi vida. Fue un mal día. La ciudad segura y llena de vida que me dio una calurosa acogida días antes, se había transformado. Estaba en ruinas y no se podía mirar a cualquier parte y no ver armas de fuego o armas pesadas. Muchas personas habían pasado a la clandestinidad; habían sido asesinadas y otros miles habían huido.
Y la gente que conocía que se había quedado y que fue la misma gente que me había ayudado a aprender acerca de la gloriosa historia reciente de la Libia de Gaddafi estaban traumatizados, inevitablemente, y en un completo estado de shock.

Libia llegó al punto, como dijo Dan, de tener el más alto nivel de vida en África – un alto nivel de alfabetización, atención sanitaria universal, una educación universitaria gratuita, un alto estatus de la mujer en la sociedad y el mayor grado de igualdad para población negra en todo el norte de África y Oriente Medio. Los 40 años de logros revolucionarios han sido ahora invertidos.
¿Y para qué? Un año después de las atroces guerras en Irak y Afganistán y con una creciente crisis económica de las naciones imperialistas, parece una posibilidad remota la de que Occidente tenga la capacidad de embarcarse en otra guerra costosa y embarazosa. Parece que la hegemonía de Occidente se desvaneció rápidamente.

Pero, como dijo el hermano de Gaddafi, Hugo Chávez, en su reciente carta a la Asamblea General de las Naciones Unidas – “En este momento hay una amenaza muy seria a la paz mundial”, dijo, “un nuevo ciclo de guerras coloniales, que se inició en Libia con el objetivo siniestro de la restauración del sistema capitalista global.”

Sabe que su país es objetivo en ese ciclo con el mismo modelo que usaron contra Libia y ahora están utilizando en contra de Siria. En ausencia de medios de comunicación anti-imperialistas eficaces que puedan desafiar y anticiparse a los trucos del imperialismo a través de sus medios de comunicación global es responsabilidad de todos los progresistas defender los estados soberanos de los países del sur que, como Libia y Siria, son una espina en el costado de Occidente.

De lo contrario, su labor será echar más leña al fuego moribundo del imperialismo.

Y quiero terminar esta nota con mi más sincero agradecimiento a la heroica resistencia verde de Libia, que sigue asombrando al mundo en su capacidad para evitar el avance de la máquina militar más poderosa. Como Gaddafi dijo, no sólo están defendiendo Libia, sino también Siria, Irán, Argelia, el continente africano y el sur del mundo entero.
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Extraído de La Haine. El vídeo del testimonio contado personalmente por la periodista fue censurado en Youtube. No obstante, puede verlo en esta página web.