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Espacio de producción propia, reproducción ajena y discusión de teoría analítica sobre estructura, relaciones y cambio sociales, y de difusión de iniciativas y convocatorias progresistas.

martes, 26 de abril de 2016

Por un Primero de Mayo de los trabajadores

1º de Mayo de 1936, c/ Recoletos, Madrid
He aquí una publicación del anarquista de origen alemán y sindicalista Adolf Fischer, aparecida en el periódico obrero de lengua germana de Chicago «Arbeiter-Zeitung», cargada del fervor revolucionario propio de alguien a quien le impulsa en su participación en la lucha la convicción de la necesidad de que la clase trabajadora se una por su liberación colectiva y la emancipación de su trabajo, cuyas consecuencias más humanas, aquellas más gratificantes y elevadas, son arrebatadas por la burguesía, enajenada en su ociosidad, a cambio del sudor, el dolor, la sangre y la muerte que le deja por sustitutos de sus productos sociales.

Este breve pero condensador escrito, elaborado un día después de la brutal represión de una histórica huelga convocada el día 1 de mayo de 1886, que rondaba ya las 72 horas de duración, y uno de cuyos reclamos principales que motivaron la represión y las ejecuciones policiales de obreros era el reclamo por las 8 horas, le llevó a él y a sus compañeros a la horca el día 11 de noviembre del año siguiente. Los opresores, como lo hicieron entonces, sacrificarán una y otra vez a un proletariado que no esté erigido en dueño único de su propio destino.

"Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!

¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros.

¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.

Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.

Es la necesidad la que nos hace gritar: ¡a las armas!

Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino ociosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...

¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!

¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!"

(Adolf Fischer, en «Arbeiter-Zeitung». Chicago)

Si sabes que perteneces a la clase de los explotados, aprovecha este 1º de Mayo para olvidarte de una vez de incluir a los verdugos en la protesta social y de demás 15-memeces, y reivindica la exclusividad de la clase trabajadora en el liderazgo de las luchas en las que le corresponde ser protagonista.

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