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Espacio de producción propia, reproducción ajena y discusión de teoría analítica sobre estructura, relaciones y cambio sociales, y de difusión de iniciativas y convocatorias progresistas.

sábado, 5 de marzo de 2016

El Día Internacional de las Obreras

Un congreso de la Liga de Mujeres Democráticas
de Alemania
, representada en la Cámara Popular (parlamento de la RDA)

Por Vladímir Ilich UIliánov, Lenin [extraído de marxist.org el 6 de marzo de 2016; publicación original en el suplemento al núm. 51 del periódico Pravda el 8 de marzo de 1921]

Nota personal del editor del blog: quisiera dedicar esta entrada a todos aquellos preocupados por la evidente desigualdad y opresión de la mujer en el desmembrado Estado afgano pero igualmente ignorantes con el paso de gigante dado durante la democracia popular de 1978 en esta cuestión y en otras muchas tras la Revolución del Saur; a aquellos que hablan de la desigualdad de la mujer en Irán pero callan ante lo que supuso en un inicio el derrocamiento del Estado Imperial y de la dinastía Pahlavi en 1979. Y en general, a los que pretenden arrogar a sus doctrinas unas conquistas populares que no les pertenecen.

Calificándolos como "secundarios" frente a su interpretación dahliana –muy sesgada— de la democracia, área en la que por supuesto también les niegan sus logros, muchos detractores de regímenes económicos y políticos y de sociedades de inspiración socialista restan importancia a los logros de áreas temáticas en las que las democracias liberales les deben mucho precisamente a aquellos: democracia (incluída la social), derechos laborales, imperialismo, y también igualdad de género.

Aunque parece cierto que muchos teóricos progresistas clásicos no se ocuparon de muchas de las cuestiones que afortunadamente hoy están en el tintero y antes no lo estaban tanto, reproduzco esta breve publicación de Lenin en 1921 en el periódico bolchevique de entonces, porque pienso que acierta en identificar dos planos clave de la situación doblemente opresiva de la mujer trabajadora, que no insinúo en absoluto que estén desvinculados: la que resulta de las limitaciones políticas impuestas por las repúblicas burguesas, y la que se deriva de su opresión en el hogar, y que propone superar sustituyendo la economía doméstica privada por la economía socialista.

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EL DÍA INTERNACIONAL DE LAS OBRERAS

Lo principal y fundamental del bolchevismo y de la Revolución de Octubre en Rusia consiste precisamente en la incorporación a la política de los que sufrían mayor opresión bajo el capitalismo. Los capitalistas los oprimían, los engañaban y los saqueaban con monarquía y con repúblicas democráticas burguesas. Esta opresión, este engaño, este saqueo del trabajo del pueblo por los capitalistas, eran inevitables mientras existía la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas.

La esencia del bolchevismo, la esencia del Poder soviético radica en concentrar la plenitud del poder estatal en manos de las masas trabajadoras y explotadas, desenmascarando la mentira y la hipocresía de la democracia burguesa y aboliendo la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas. Estas masas toman a su cargo la política, es decir, la tarea de edificar una nueva sociedad. La obra es difícil; las más de haber vivido bajo el capitalismo, pero no hay ni puede haber otra salida de la esclavitud capitalista.

Y no es posible incorporar a las mujeres. Porque, bajo el capitalismo, la mitad femenina del género humano está doblemente oprimida. La obrera y la campesina son oprimidas por el capital, y además, incluso en las repúblicas burguesas más democráticas no tienen plenitud de derechos, ya que la ley les niega la igualdad con el hombre. Esto, en primer lugar, y en segundo lugar -lo que es más importante-, permanecen en la "esclavitud casera", son "esclavas del hogar", viven agobiadas por la labor más mezquina, más ingrata, más dura y más enbrutecedora. la de la Cocina y, en general, la de la economía doméstica familiar individual.

La revolución bolchevique, soviética, corta las raíces de la opresión y de la desigualdad de la mujer tan profundamente como no osó cortarlas jamás un sólo partido ni una sola revolución en el mundo. En nuestro país, en la Rusia Soviética, no han quedado ni rastro de la desigualdad de la mujer y el hombre ante la ley. Una desigualdad sobremanera repulsiva, vil e hipócrita en el derecho matrimonial y familiar, la desigualdad en lo referente al niño, ha sido eliminada totalmente por el Poder soviético.

Esto constituye tan sólo el primer paso hacia la emancipación de la mujer. Pero ninguna república burguesa, aún la más democrática, se atrevió jamás a dar ni siquiera este primer paso. No se atrevió por temor ante la sacrosanta propiedad privada.

El segundo paso, el principal, ha sido la abolición de la propiedad privada sobre la tierra y las fábricas. Así, y únicamente así, se abre el camino para la emancipación completa y efectiva de la mujer, para su liberación de la "esclavitud casera", mediante el paso de la pequeña economía doméstica individual a la grande y socializada.

El tránsito es difícil, pues se trata de transformar las normas más arraigadas, rutinarias, rudas y osificadas (a decir verdad, son bochorno y salvajismo, y no "normas"). Pero el tránsito ha comenzado, se ha puesto inicio a la obra, hemos entrado en el nuevo camino.

Y en el día internacional de las obreras, en innumerables reuniones de trabajadoras de todos los países del mundo resonarán saludos a la Rusia Soviética, que ha emprendido una obra difícil y pesada hasta lo inaudito, pero grande, de trascendencia universal, verdaderamente liberadora. Resonarán llamamientos optimistas, exhortando a no desfallecer ante la reacción burguesa, brutal y a menudo feroz. Cuanto más "libre" o "democrático" es un país burgués, tanto más brutalidades y ferocidades comete la banda capitalista contra la revolución de los obreros; la República democrática de los Estados Unidos de Norteamérica es, a este respecto, un ejemplo ilustrativo. Pero el obrero ha despertado ya en masa. La guerra imperialista ha despertado definitivamente a las masas durmientes, soñolientas y rutinarias tanto en América como en Europa y en la atrasada Asia.

Se ha roto el hielo en todos los confines del mundo. La liberación de los pueblos del yugo del imperialismo, la liberación de los obreros y de las obreras del yugo del capital avanza inconteniblemente. La han impulsado decenas y cientos de millones de obreros y obreras, de campesinos y campesinas. Y por eso la causa de la emancipación del trabajo del yugo del capital triunfará en el mundo entero.
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Enlace de la fuente de la que fue extraído: https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1920s/8-iii-1921.htm 

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